En este momento la situación se les ha salido de control al mandatario interino y al titular de la Secretaría de Finanzas y Planeación. No tienen el dinero, argumentaron en la reunión que llevaron a cabo en Casa Veracruz la noche del 06 de noviembre del año en curso en la Casa Veracruz [lugar en el cual Javier Duarte de Ochoa, el hoy prófugo de la justicia, pretendía donar a la CEDH, a la CEAPP y la CEAV]. Los ánimos se caldearon luego de que ni el gobernador interino y el titular de la SEFIPLAN sabían argumentar en dónde dejaron los millones de pesos que correspondían a los municipios. Sólo atinaban a repetir en diversas ocasiones que ellos no se habían robado nada.
El alcalde de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez, le espetó una lastimosa herida: lo acusó de ladrón junto con titular de la SEFIPLAN. La serie descalificativos hacia Ríos Alvarado y Gómez Pelegrín hicieron que el primero reaccionara de la manera que se esperaba: Hacerse el ofendido y salir del lugar sin dar respuesta a los alcaldes.
La toma de palacio de gobierno y de Casa Veracruz muestra la débil función de Flavino Ríos Alvarado, en el papel al que se alquiló para tomar el lugar de Javier Duarte de Ochoa [quién debería de ser el que estuviera sufriendo las consecuencias por el robo literal y absoluto que hizo de las finanzas de Veracruz] por su enferma aspiración de sentirse gobernador de uno de los estados más ricos de la República Mexicana aunque sea por un día.
El mensaje absurdo de Ríos Alvarado a través de su televisora y su reacción de mandar a golpear a la gente que se encuentra en las casetas [como lo hizo en la caseta de Cosamaloapan enviando elementos del IPAX para quitar a los manifestantes] para liberar las plumas de las casetas de peaje, muestra la verdadera cara del gobernador interino, quien se ha caracterizado de ser la mano de hierro para callar los reclamos que la sociedad hace por el robo en la que él mismo ha participado. Si golpeó ancianos pensionados del Instituto de Pensiones del Estado (IPE), que más podemos esperar de la calidad moral de este sujeto represor, que desgobierna el estado.
Existe un caos en el ayuntamiento. El cierre de 19 y la amenaza de 40 más, permea la situación en la que el prófugo de la justicia, Javier Duarte de Ochoa dejó al estado. Veracruz está viviendo un literal golpe de estado -sin utilizar las fuerzas del “orden”- al grado de que Flavino Ríos Alvarado ha tenido la necesidad de “despachar” en su domicilio particular luego de la invasión que los ediles municipales en la Casa Veracruz y de Palacio de Gobierno.
En entrevistas en medios nacionales, Flavino Ríos Alvarado, gobernador interino de Veracruz expresó que la “causa” por la que no se llegó a ningún acuerdo en la reunión que realizó la noche de ayer en Casa Veracruz, fue por la “intransigencia e intolerancia” del alcalde de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez. Mi duda es, ¿Qué acuerdo? Si tanto él como el titular de la SEFIPLAN aceptaron que el dinero de los municipios fue utilizado para pagar a los maestros. “Le dimos el dinero a Callejas” aceptaron, luego entonces, ¿Para llegar a un acuerdo pretende dejar sin dinero a otro sector? ¿Pretende hacer mil hoyos para tapar otro?
Una de las mil caras de este gobierno inmoral es el cinismo que tiene para conducirse. La situación no mejorará con el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, porque pese a que este tenga las mejores intenciones para poner nuevamente a Veracruz en el camino, le faltará lo más importante para retomar el rumbo: dinero que se robó Javier Duarte y todos sus colaboradores.
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