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Edgar Hernández.
 

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¡Hacia la república de Veracruz!
2016-11-08

¡La Federación está empujando al nuevo gobierno a la ruptura del pacto federal!


Es cierto.


Veracruz no puede aceptar limosnas del centro. Tampoco respuestas como las del gobernador interino Flavino Ríos, quien aspira terminar su mandato despachando desde su vivienda con un celular al lado quejándose que “De haber sabido la situación no hubiese aceptado ser gobernador”.


Sometido a la humillación, a un innoble insulto de parte de un intemperante berrinchudo, echado de la casa de gobierno, tomado su Palacio, hoy convertido en un zoco, y bloqueadas las carreteras y edificios públicos por ediles y maestros en justas demandas pero que han colocado a Veracruz en el tobogán de la ingobernabilidad.


¿Dónde quedó el orgullo veracruzano por nuestros gobernantes? 


La fatalidad indica que en el bote de basura luego de la docena trágica que nos arrojó a la ruina total.


¿Qué sigue?


Hay quien opina que se están creando las condiciones para que las fuerzas armadas penetren a Veracruz en favor del restablecimiento de la paz social.


Pero hay también quien ya empezó a deslizar que ha llegado el momento de cimbrar a México adelantando la ruptura del Pacto Federal para proclamar a Veracruz como país independiente.


Ya en otros momentos de la historia se han registrado serias fracturas con federación que dieron lugar a que en 1821, Yucatán planteara echar abajo el Plan de Iguala y se pronunciara por la creación de la República de Yucatán.


La ruptura del pacto federal que constitucionalmente hoy integra a la república en 32 entidades con respeto absoluto a la soberanía y autonomía también ha tenido otros momentos de riesgo.


En tiempos contemporáneos el gobernador de Tabasco, Roberto Madrazo Pintado, amenazó en 1997, con la ruptura del pacto federal ante la presión del centro de empujarlo a la renuncia para complacer a Andrés Manuel López Obrador y darle a cambio la cartera ministerial de educación pública.


Hoy en Veracruz, con un tremendo adeudo público de 180 mil millones de pesos, una crisis social que amenaza al desorden y estallido ciudadano y una esperanza de justicia que ponga en prisión a los saqueadores –la cabeza de la banda, Javier Duarte, fue dejado escapar-, así como aspirinas que no alivian el estado en coma, lo están llevando a un callejón sin salida.


Habrá que precisar que el Pacto Federal es un acuerdo de unidad entre los Estados que son Libres y Soberanos, pero que necesitan de un núcleo y una representatividad en donde se depositen poderes que coordinen las actividades de todos los suscribientes.


En México se entiende que los estados de la república tienen sus propias leyes dentro de sus demarcaciones (leyes estatales), pero necesitan de una autoridad que coordine en todo el territorio nacional (leyes federales). 


Es por ello que ancestralmente, tras el México independiente, se designó un Distrito Federal como sede de estos poderes y por la vía del Pacto Federal, se estableció un acuerdo para que en todo el territorio nacional se manejara una única moneda, se hablara un solo idioma oficial -o varios, en su caso-, se establecieran organismos de salud federales, medios de comunicación, etc. 


Todo ello en acuerdo común. 


Incluida la recaudación fiscal que se devuelve a las entidades a través de las participaciones federales que en la mayoría de los casos son terriblemente injustas, parciales y a modo ya que Veracruz, por su tamaño y ubicación geográfica, aporta en riqueza más que las entidades del norte o las establecidas en las zonas áridas.


Eso es solo un repaso, un antecedente histórico que regresa a la memoria de los veracruzanos a la peor crisis económica, política y social de su historia.


Hoy, tal como apuntábamos en la anterior colaboración, el centro se deslinda de la crisis financiera de Veracruz, oculta al principal saqueador, ofrece gestoría y préstamos en abonos, mientras los acreedores en el día a día tocan violentamente la puerta en demanda de pago.


Vaya, para un cuerdo es impensable incluso que en nuestra tierra suceda eso.


Por ello no es necio insistir en que somos más que un país. Ocho millones de veracruzanos asentados al pie del Golfo de México. Somos el granero de la república. La segunda entidad con mayores recursos petroleros y energéticos. Productores del 70 por ciento de cítricos. Primeros en Uranio, plata y azufre. 745 kilómetros de litorales. Segundo puerto del país, también segundo destino turístico. Una potencia pecuaria en ciernes (por falta de apoyo)… y fundamentalmente un legado histórico.


Por Veracruz pasó la Independencia, soberanía en defensa del ataque invasor, el establecimiento temporal de la república por la vía del gobierno trashumante de Juárez, la Revolución y el legado liberal que nos ha dado identidad y respeto de cara a la división de poderes.


Veracruz ha sido de siempre tierra y venero de presidentes de la república, hombres de ciencia y exponentes de las bellas artes, música y cultura popular, así como con tradiciones y gastronomía que nos distinguen en el mundo.


Y de acuerdo al INEGI, Veracruz, con la ciudad de México, Estado de México, Nuevo León, Jalisco, Campeche, Tabasco, Guanajuato, Puebla y Coahuila aportan el 64.8% al Producto Interno Bruto… y eso que somos una entidad saqueada y empobrecida.


Veracruz pues está en el vórtice de las definiciones. Si no se puede dar un paso adelante dada la crisis que vivimos, se deben encontrar nuevos caminos… o ¿Acaso estamos en las puertas de la proclamación de la República de Veracruz?


Se enchina la piel.


Sin embargo, aún es tiempo de que el diálogo y la conciliación abran opciones para salvar a Veracruz del camino sin salida en que nos encontramos. 


Si México no tiene ni en sus sueños de opio 180 mil millones de pesos para salvar a Veracruz ¿Por dónde empezamos?


Necesario se entienda la situación que confrontamos para empezar a levantar al tejido social en agonía. De lo contrario México se va a cimbrar.


Tiempo al tiempo. 


*Premio Nacional de Periodismo

 
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