Lo mismo sucedía cuando se despedía a una docena de empleados. Se les organizaba un pequeño ágape, el jefe del departamento les dedicaba unas sentidas palabras de agradecimiento, alzaba su copa, decía salud… y los mandaba a su casa.
Pero todo evoluciona, hasta los despidos.
El gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares le está dando prioridad y mucho uso a las herramientas que le proporciona la vida contemporánea.
Fue mediante un correo electrónico que 550 trabajadores del Seguro Popular se enteraron que a partir del día primero de este mes se habían quedado sin chamba.
Fue el clásico feliz Año Nuevo; están despedidos.
A ellos hay que agregar otros 7 mil 500 que perdieron su empleo desde el primero de diciembre, con lo que ya suman más de 8 mil los echados a la calle en apenas un mes y días.
La raza que siempre se crece al castigo ya le puso a este gobierno el mote de “La Cruda” por aquello de que agarra parejo. Y es que lo mismo están corriendo a trabajadores de confianza que a sindicalizados.
En la Fiscalía General del Estado fueron despedidos el 70 por ciento de los empleados de confianza, pero más de la mitad estaban por contrato desde hace veinte años.
Nadie duda que entre los corridos haya pésimos elementos, pero no es de Dios que en el montón se vayan miles cuyo único pecado fue laborar en el sexenio anterior.
Dicen por ahí que esto se debe a la tirria que le tiene el gobernador a todo lo que huela a Javier Duarte.
Ve tu a saber lector, qué tan cierto sea este comentario.
Pero si tanto le molesta al señor Yunes Linares el tufillo del gordo, debe saber que muchos de los enquistados en su gobierno juraron fidelidad a Duarte y ahí siguen, mamando del presupuesto.
A ver ¿por qué no los corre a ellos?
¿Por qué no corre a los miles de aviadores de la SEV, muchos de los cuales están desde hace más de veinte años y gracias al mismo Miguel Ángel?
Si tan grande es su deseo de borrar todo lo que huela a Duarte, ahí están al menos siete diputados federales veracruzanos, duartistas hasta las cachas, que se encargaron de hacerle la vida de cuadritos durante su campaña y son sospechosos de malversar el dinero de los veracruzanos.
Por qué no demanda que los desafueren y ya sin fuero los mete al bote para que cumpla, al menos en parte, su promesa de encarcelar a la pandilla de Javier.
¿Por qué correr a la tropa? ¿Por qué esa injusticia?
Si lo que quiere Yunes Linares es vengarse de Javier Duarte está errando el camino, pero allá él, porque la medida se le puede revertir.
Cada trabajador corrido será un laudo a favor del mismo trabajador y un gasto más para las exhaustas arcas estatales. Pero también será un voto menos para el PAN en las elecciones de este año y las del 2018.
Así que aguas.
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