A pesar de las críticas al gobierno fallido del hoy prófugo Javier Duarte, quien habría abandonado el uso de dicho complejo residencial por no contar con el recurso para equiparlas y así hospedar a las delegaciones deportivas que que participarían en noviembre de ese mismo año en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014.
De tal suerte que el negocio estaba dado, ahora, los deportistas serían colocados en Hoteles a lo largo y ancho de las sedes deportivas y los empresarios habrían librado el compromiso de cederlas en un usufructo temporal, para pasar a la operación de compra-venta.
De ese modo, poco a poco y con la ayuda de su fuerza de venta, así como de empresas inmobiliarias comenzó la caza de incautos que por necesidad y presupuesto pudieran comprar en el espacio.
Para ello, Desarrolladora Carpín con años de experiencia en el proceso de construcción y venta de viviendas, monto su red, una red de complicidades que permite a los futuros compradores fijar esperanzas de una realidad, que con el tiempo obnubila y posteriormente se borrará, pues a través de “Convives” una supuesta organización encargada de impulsar la nueva cultura de convivencia con Sustentabilidad Social en los nuevos fraccionamientos y conjuntos habitacionales obliga a los compradores a pagar una mensualidad para garantizarle supuestamente servicios.
En la realidad el compromiso de esta asociación referida en su portal de internet convives.mx asegura que los condóminos y habitantes de los fraccionamientos recibirán servicios como el mantenimiento de áreas comunes; contratación de vigilantes y supervisión permanente de la ejecución del servicio de vigilancia con eficiencia y calidad; asesoramiento a los vecinos para que constituyan su organización vecinal; capacitación a los vecinos y representantes vecinales para que se hagan cargo de dichos servicios en forma autónoma y sustentable; gestión y o regularización ante autoridades del otorgamiento de los servicios urbanos básicos; supervisión del cumplimiento del reglamento interno; concientización sobre el nuevo modelo de convivencia; diseño y ejecución de programas que impulsen el desarrollo comunitario, a cambio todo esto de una renta mensual que varía en función del tipo de vivienda o condominio que se posee, pero que en el fondo solo sirve de distractor, pues pasado determinado tiempo, una vez vendidas todas las viviendas proyectadas, tiende a desaparecer, pues traza la ruta de atacar un nuevo proyecto en desarrollo.
Es así como por un tiempo determinado no superior a los tres años, Convives presenta y muestra junto a la Desarrolladora Carpín el rostro de brindar servicios de seguridad, con la presencia de hasta 15 o 16 vigilantes por turno, dando esa sensación de plenitud que el propietario de su nueva casa sueña al momento de adquirir su propiedad en favor de su familia, pero o sorpresa, conforme pasan los meses y mayor número de casas se han vendido, las deficiencias en los servicios comienzan a ser la constante hasta el momento en que intentan obligar por la fuerza a los vecinos a tomar el control de la Asociación Vecinal, esa que se comprometieron a asesorar pero que nunca lo hicieron.
De ese modo, dejan sin municipalizar servicios como el alumbrado público, obligando a los propietarios a pagar el servicio de luz pública a pesar de pagar ya el impuesto predial, u otros problemas dependiendo del avance de gestión que alcanzarán al momento de tener que salir literalmente huyendo.
De igual modo, el manejo del recurso recaudado para el mantenimiento de áreas comunes, jardinería y vigilancia jamás es trasparentada, e incluso presentan registros de gastos que evidencian según el dicho de algunos afectados como inflados, evidentemente en su afán de continuar con su proyecto, pues es indiscutible que el recurso que recaudan de las áreas que van vendiendo, se destina para el empleo de otros desarrollos en proceso, en el afán de colocar la idea de ese sueño ideal que poco a poco se borra, mientras quienes van quedando a tras se topan con una pesadilla, ante el abandonó en que van dejando las unidades liquidadas.
Es así como vecinos del Fraccionamiento Villas Centroamericanas nombre real del proyecto denominado Villas Arco Sur sufren el que no cuenten más que con tres policías para la vigilancia de tres mil familias por turno.
Aunado a ello, el tamaño de la zona residencial los mantiene en vilo tras haberse presentado ya al menos, el robo de un departamento a plena luz del día.
Las quejas se acumulan poco a poco, contra dicha Desarrolladora y su modelo de negocio, el cual hace cuestionar, ¿hasta cuándo la autoridad municipal habrá de sancionar a la empresa constructora?, ¿hasta cuándo Profeco sancionará a esta supuesta asociación Convives, que a todas luces ofrece servicios que no cumple?
Así mientras los días transcurren, los vecinos del Fraccionamiento Villas Centroamericanas o Villas Arco Sur comienzan a padecer la irresponsabilidad social de una empresa que a todas luces solo pretende lucrar con la buena fe de quienes confiaron en ellos.
Esta es una muestra más de que las empresas que trabajaron con el fallido gobierno de Javier Duarte, cargan un lastre de complicidades e irresponsabilidades sociales para con quienes se deben, sus compradores.
Mucho habrá de explicar la familia Aguayo propietaria de este modelito de negocio, que tiene por el momento, nuevos incautos en Xalapa, que a través de sus desarrollos Lomas de La Pradera, Los Cantaros, y Valle Real, en Tuxpan Cabo Alto Fraccionamiento; en Orizaba, Valle Alegre; en Minatitlán Los Arcos y en Córdoba Villas de San Isidro.
¿A cuántos más estará empinando Carpín y Convives en su negocio redondo?
Al tiempo.
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