Cuentan allá por el árbol que entrega sus favores a cambio de dinero; que es regenteada por Manuel, Cuitláhuac y Rocío; que se mete con cualquiera… hasta con los tricolores, y que, en efecto, está bien buena pero se la están acabando.
Todos se la quieren echar.
Es el Movimiento de Regeneración Nacional –Morena- que de cara a las elecciones municipales en Veracruz ha violentado sus tres principios ideológicos “No mentir, no robar y no traicionar al pueblo”.
Acaso por ello el enemigo histórico Andrés Manuel López Obrador no tuvo más que ordenar a la dirigencia estatal reponer el proceso de selección de los aspirantes a las alcaldías.
Ello en consonancia a la exigencia del Tribunal Federal Electoral que también dispuso apego legal a la convocatoria entre aspirantes.
Y es que no bastó más que rascarle un poco para descubrir los negocios dirigente estatal, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, quien –fiel a su apellido- hizo de su gestión un millonario negocio al vender y entregar a sus cuates las mejores plazas electorales de los 212 municipios so pretexto de que con “Morena hasta una vaca gana”.
Corrompiendo a Morena, prostituyéndola y comprando conciencias, así como entregando municipios –con rendimientos a futuro- es como ha hecho una cuantiosa fortuna.
Es el caso de Xalapa donde impuso a su compadre Hipólito Rodríguez luego de hacerle al cuento del juego democrático permitiendo la inscripción de Marcos Salas y Francisco Javier Escalera para al final de cuentas pintarles un violín.
Sin embargo, el juego no le cuadró al descubrirse la transa.
Marcos Salas y Francisco Javier se quejaron de violaciones jurídicas, pero ahora puntean –sobre todo Marcos Salas- al entrevistarse de manera personal con Andrés Manuel López Obrador y exponerle la imposición de Manuel Huerta.
Ahora Morena tiene que reponer los proceso de selección de candidatos, además de Xalapa, en Poza Rica, Coatzacoalcos, Nanchital, Agua Dulce, Cosoleacaque, Ixhuatlán del Sureste, Teocelo, Perote, Tlacolulan, Xoxocotla, Fortín, Misantla, Playa Vicente y Papantla.
En Coatzacoalcos existe además un rechazo generalizado contra el candidato Víctor Carranza, a quien la militancia considera fue impuesto por la diputada Rocío Nahle.
Todas estas plazas forman parte del bastión del sureste de Morena.
En Medellín –escribe el respetado Luis Velázquez- se consumó una felonía “democrática” de Morena al imponer al Enrique Trejo Morales dejando a un lado a Delio Salas, quien por años ha venido trabajando de manera comprometida y honesta.
Mientras el aspirante a la alcaldía de Córdoba, Celso Noval Plaja impugnó el fraudulento proceso de selección del candidato, expediente 32/2017, por lo que el TEPJF ordenó restituir el proceso.
En tanto, el columnista Jorge Manrique en su legendario espacio “A través del Cristal”, revela el engaño de Morena a su gente.
“Con una dirigencia partidaria endeble y cobarde en la figura de Manuel Huerta, a quien esta semana un grupo de militantes inconformes, lo sacaron del baño, donde estaba escondido cobardemente para no dar la cara y explicar las fechorías realizadas por Roció Nahle y Cuitláhuac García, en la imposición de sus candidatos, con lo cual el partido de Andrés Manuel, se incendia”.
“A Rocío se le señala por imponer en Medellín y Coatzacoalcos, se habla de fuertes sumas de dinero. De Cuitláhuac la que más merma es la imposición en Xalapa de Pedro Hipólito. Pero hay un negocio más de Cuitláhuac García, involucran a Enrique Levet Gorozpe y el Fesapauv, para el beneficio del impuesto candidato en Xalapa Pedro Hipólito”. “Recordemos que el Fesapauv, concedió millonarios préstamos a Javier Duarte para realizar operación política. Uno de esos préstamos fue dividido para que algunos sindicatos realizaran su movilización del voto, uno de estos sindicatos fue la 56 y 32 del Sente (sic)”.
Para la politóloga Blanca Mejía se está favoreciendo a “quienes de plano y sin rodeos ponen el billete pues el partido de El Peje se ha convertido en una franquicia”.
Todo ello dio lugar a que el Tribunal Federal, tras constatar las irregularidades, ordenó la reposición del procedimiento que deberá quedar resuelto antes del martes próximo.
Y es que para el caso de Morena en Veracruz hay antecedentes que lo matan.
Aun en la memoria resuena la revelación de los diputados locales de la anterior legislatura cuando escucharon en voz del gobernador Javier Duarte la complicidad con Morena.
Fue un miércoles. Tres días después de ese infausto 5 de junio cuando se registra la derrota del PRI tras 87 años de supremacía y consecuente pérdida de la gubernatura.
¿Qué pasó?
Congestionado por la ira, gesticulando como niño con juguete destruido, lleno de pánico y con un temor irrefrenable por no ir a la cárcel, Javier Duarte, balbuceaba enrojecido.
Frente a los 34 diputados locales de su partido, todos enjaulados en Casa de Gobierno, el gobernador manoteaba.
“A todos ustedes, bola de inútiles, les quiero confesar que, en efecto, me reuní con Andrés Manuel López Obrador, con quien pacté el apoyo a Morena. Y les voy a decir por qué: ustedes no son confiables; ellos tienen palabra, ustedes no; ellos sí cumplen, ustedes no”.
Enmudecidos los diputados solo acertaban a mirarse entre ellos.
Y uno a uno los fue pasando a cuchillo. Reclamándoles el dinero que personalmente les había dado a cambio de que le garantizaran del triunfo en sus correspondientes distritos electorales.
“Tu fallaste, le dijo a Ricardo Ahued. Te la pasaste tomándote fotos con Héctor como si fuera la garantía cuando “ese cabrón es un malhumoriento, soberbio y traicionero”. Era la segunda vez que maltrataba a Ahued a quien incluso en anterior ocasión lo llamó “¡Pendejo!”.
“Vean, no traigo celular. Karime lo estrelló contra el piso al no poder explicar más a México los errores de ustedes”, les diría a los regañados legisladores.
En el fondo todo mundo sabía que todo el entramado de derrotas las había gestado el propio Duarte, quien en un afán de atajar a Miguel Ángel Yunes y al no coordinar ni llegar a acuerdos con Héctor, se fue por el lado de Morena que ayudó con cuantiosos recursos, moviendo victorias priistas y entregando todo el sur a los morenos, excepción de San Andrés Tuxtla por proteger a Vicente Benítez.
Morena, en efecto, en aquel momento no ganó la gubernatura pero se echó muchos cientos de millones de pesos a la bolsa, operación que hoy pretende replicar en los 212 municipios.
Son historias inconclusas de un partido, Morena, bien prostituido.
¡Qué bueno que es la esperanza!
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |