Primero, sin embargo, hay que pedir permiso al Consejo de los Abuelos, ahí donde están los hombres y las mujeres sabias, donde están todos los viejos -menos el joven abuelo-, todos pacientes, todos reflexivos, conscientes de la necesidad de preservar una cultura en extinción, la totonaca.
Calzón y camisera blanquísimos en contraste con el botín negro y un pañuelo bordado de multicolores son parte de esa identidad que caracteriza que a los totonacas.
Todo en ellos es místico.
Todo en ellos es música, tambores, aromas y ese aromático nicho de los olores y sabores en donde están los bocoles, el zacahuil, los molotes, las empañadas, las estrujadas, las enpipianadas, los frijoles achuchu y ese pan artesanal horneado a la leña, café con panela ¡humm!.. Todo en el “Nicho de los Olores y Sabores”.
Los totonacas están en extinción. Ya solo quedan 400 mil, la mayoría arrojados en lo más escarpado de los montes y sierras de Puebla y Veracruz.
Acaso por ello hace 17 años se decidió ir a su rescate.
Que su cultura fuera declarada patrimonio intangible de la humanidad; que no se perdiera su tradición musical, se preservara el rito de los “Voladores de Papantla” y no perder sus herramientas de vida: el temascal totonaco, las limpias y el masaje aromaterapéutico, los curanderos, el arte del algodón, su gastronomía…
Esas urgencias y muchas más dieron lugar a la creación del Centro de Artes Indígenas, en el corazón del Totonacapan.
La idea, regresar al presente esa cultura milenaria, que la Unesco la haya legitimado y que al mismo tiempo se fuera al rescate de 500 años de olvido.
Así, todo en su conjunto se cristalizó a través de la Cumbre Tajín que empezó a gestar una nueva generación de jóvenes con valores y orgullosos de su cultura.
Se trataba de que los valores de los pueblos indígenas y del mismo pueblo totonaca sean más fuertes.
Así, al borde de la desaparición de la “Cumbre Tajín” producto del saqueo oficial del gobierno de Javier Duarte y su familia, del negociazo de Harry Grappa y la ausencia de patrocinios, es que un grupo de emprendedores fuera al rescate de un evento que va más allá de la feria de pueblo que argumentan los denostadores que encabeza el corrupto Mauricio Cuevas Gayosso –apellido de funeraria- y localizados textoservidores.
Cumbre Tajín, que ha cambiado al país tras las designaciones de patrimonio de la Humanidad por la Unesco a los Voladores de Papantla y al Centro de Artes Indígenas –ejemplo de lo que se puede hacer en centro y Sudamérica, así como países con raíces ancestrales- de nuevo se hizo realidad.
Leopoldo Domínguez Armengual, en su calidad de Secretario de Turismo y Cultura, de la mano de Ernesto Aguilar Yarmuch, Director General de la “Cumbre Tajín” y Salomón Bazbaz Lapidus, Productor General –a quienes no se les puede regatear mérito alguno- hicieron posible el rescate con el mínimo de dinero y el máximo de imaginación.
Ello dio lugar a que rompieran el récord de asistencia en cuatro días donde más de 300 artistas, mil empleados y extraordinarias instalaciones del Parque Temático Takilhsukut, dieron la bienvenida al equinoccio de Primavera.
El 70 por ciento de ocupación hotelera legitimó; la comida y compras artesanales dieron aliento y “La Fuerza del Origen” nos recuerda nuestra identidad.
Y los espectáculos.
Para quienes tuvieron la oportunidad de asistir a precios de acceso populares, comida utra barata y música continua -La Nun.k Muerta, Rebelión, Timothy Brownie, Centavrvs, Technicolor Fabric y Porter, Pamela Rebolledo, Timoneki, María María, Javier Mena y Gloria Trevi- fue como olvidar por un momento la tragedia que vive Veracruz en tiempos de reconstrucción.
La “Cumbre Tajín” a la vista de los más fue un éxito.
Se clausura en este inicio de la primavera, con esa celestial bienvenida que les dan los 20 arpas del grupo Tlenhuicani que rinden culto a una raza inextinguible, los totonacas, cuya lengua “está en peligro si se deja de practicar”, según Gerardo Cruz Espinoza, Presidente del Consejo Supremo Totonaco.
Hoy con el permiso de este Consejo Totonaca y los 165 agentes municipales con los que cuenta el municipio de Papantla para dialogar sobre las principales necesidades que se tienen y sobre las costumbres, se entrega a este reportero la autorización para redactar el siguiente mensaje:
Chuchutsipi tsasná tlihuaca tutunakutachawin “No olvidemos el lugar de nuestro origen… ¡Ahí está nuestra fuerza!”.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
|