Es el payaso del entretenimiento, como opinan los columnistas de Notiver. Es el pushing-bag del régimen. Es el efecto distractor, es la pared en donde rebotan los problemas.
Hoy a la par del cobarde asesinato de tres balazos en la cabeza al periodista Ricardo Monlui, sacrificado por un narcopoder empeñado en descomponerle el escenario de gobierno a Miguel Angel Yunes Linares y no dejarlo avanzar en el siguiente paso electoral, se sucede un estado de descomposición generalizada en materia de seguridad pública.
Muertos, levantados, comandos armados recorriendo pueblos y ciudades y pilas de cadáveres todos los días, son el denominador común.
Mientras la autoridad inerme.
Hay testimonios de que hasta en cuevas se pueden encontrar más cadáveres, sostiene el padre Alejandro Solalinde. “Vivimos sitiados por la delincuencia”, agrega Manuel Ramos Álvarez, en representación de los masones
Las cifras aterran. En tres meses se han sucedido 408 homicidios y 56 secuestros, reporta el Secretariado Nacional de Seguridad Pública.
Así, durante la gestión de Miguel Angel Yunes Linares se han producido 170 ejecuciones, 41 por arma blanca, 135 catalogados como “otros” y de 65 no hay registro.
¿Qué está pasando?.. ¿Quién investiga?.. ¿Quién previene los delitos?.. ¿Dónde está la autoridad?.. ¿Dónde la promesa de que en los primeros 100 días regresaría la paz social a Veracruz?
Hoy “¡Todos somos Solecito!”, dice la conseja popular que reclama la salida del Fiscal, Jorge Winkler Ortiz. “Tenemos el derecho a la verdad y justicia sobre nuestros familiares desaparecidos”, insisten ante oídos sordos.
A Wickler le vale. Ni siquiera recibe a los quejosos.
En Veracruz hay un desorden total en materia de seguridad. Las familias en el norte, centro y sur viven aterradas; la gente ya no sale de sus casas; la Gendarmería sirve para maldita la cosa, la Armada y el ejército, solo se pasean ya que aún no traen acuerdos, Fuerza Civil es una caricatura y a Seguridad Pública le importa un bledo al igual que a la Fiscalía más empeñada en corretear Duartistas que cumplir con su trabajo.
Hoy se habla de 15 mil muertos, la cifra, sin embargo, varía en el día a día ya que amén de Santa Fe, se han encontrado restos en Acayucan, Jáltipan, Nanchital, Chinameca, Cosoleacaque, Minatitlán, Coatzacoalcos, Agua Dulce, Rodríguez Clara, Isla, Moloacán, Oteapan, Las Choapas, Soconusco, Meyacapan y Texistepec.
Eso tan solo en la zona sur donde hay registro de restos humanos en 43 municipios. Se estima, sin embargo, que son más de 80 los municipios donde podrían encontrarse restos humanos.
Los grupos de búsqueda de la Fiscalía han violentado los protocolos al omitir compartir información a grupos interesados y desdeñar el apoyo de las familias de los afectados que son las que en realidad han localizado el 90 por ciento de las fosas clandestinas.
Ahora bien, al estar ubicados parte de los cementerios clandestinos la pregunta obligada es ¿Hay indagaciones para dar con las bandas criminales que provocaron tal genocidio?
Por supuesto que no.
O hay complicidad para atrapar a los responsables o falta de valor para enfrentar al crimen organizado.
En otro sentido: o hay intereses por encima de la gobernabilidad o simplemente no le interesa a la alta burocracia malocuparse de este tipo de temas que al final del día destaparían una cloaca inconveniente a los intereses de poder.
Como sea. Las familias veracruzanas, todas, están molestas, irritadas, con miedo y algunas de ellas dispuestas a tomar la ley por propia mano.
¡Cuidado!
Hoy si el pueblo dice a medianoche que es de día hay que empezar a prender las farolas. Hoy si las mayorías reclaman que se vaya Winkler, más vale que el señor gobernador Miguel Angel Yunes vaya pensando en comprarle una suscripción vitalicia al chavo Winkler en Facebook para alejarlo de tan sustantiva responsabilidad y no arrepentirse después del caos social que le impida continuar con su proyecto político personal de heredar el poder a su gente.
El tiempo no está en su favor.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |