Por fortuna los elementos de seguridad del PRI estatal guardaron la cordura y evitaron en todo momento caer en las provocaciones de los manifestantes, quienes tomaron por asalto el PRI buscando un enfrentamiento.
Si bien es cierto que todo mundo tiene derecho a expresase libremente, también es cierto que su derecho termina donde inicia el de los demás y en este caso se extralimitaron al cerrar las puertas del partido, porque en su interior había niños que hasta la media noche seguían privados de su libertad junto con sus madres que allí trabajan y que al no tener quién los cuide, se los llevan por la tarde a la oficina, ya que se les otorga esa facilidad.
Alrededor de las 21 horas se estableció una mesa de diálogo entre los líderes del movimiento y autoridades partidistas para escuchar sus peticiones, mismas que no fueron dadas a conocer a los medios de comunicación.
Casi a la misma hora llegó otro contingente con colchonetas y cobertores, dispuestos a pasar la noche cuidando los accesos de Ruíz Cortines, Francisco Moreno y Herón Pérez; en todas pusieron cadenas, candados y personal para custodiar que nadie si quiera intentara salir.
Los rijosos de Tepatlaxco se armaron además con palos y una basta dotación de piedras que amenazaron con lanzar para romper los cristales del inmueble en caso de no ser atendidos por el dirigente estatal del Revolucionario Institucional quien en ese momento al parecer no se encontraba en Xalapa.
En el Título III, de los Delitos Contra la Libertad, del Código Penal para el Estado de Veracruz, Capítulo I, de la Privación de la Libertad Física, Artículo 161, se establece que “al particular que ilegalmente prive a otro de su libertad física se le impondrán de seis meses a ocho años de prisión y multa hasta de cuarenta días de salario. Cuando la víctima sea menor de edad o incapaz, la pena de prisión será de tres a diez años”.
Por lo anterior la dirección jurídica del PRI se reservó el derecho de proceder legalmente en caso de que los quejosos se negaran a liberar a las personas ahí retenidas contra su voluntad y particularmente a los menores.
Este tipo de protestas suceden año con año y es válido que se expresen, pero reitero, sin afectar a terceros y se ven mal aquellos actores políticos que violan la ley, porque precisamente la política es un instrumento para resolver conflictos de forma pacífica.
Lo que llama la atención es que a pesar de todo el alboroto no se vio presencia de ninguna corporación de seguridad, que son las encargadas de preservar el orden y la paz pública ¿será por aquello de que los policía estatales visten de azul y los priistas de rojo?, como siempre, usted dirá.
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