Dicen que Dios no cumple antojos ni endereza jorobados, pero como presagio, dogma o mera coincidencia, la tan esperada aprehensión del Judas Iscariote veracruzano, ocurrió en plena Semana Santa, el Sábado de Gloria para ser exactos y de este hecho sin duda habrán de desencadenarse muchos otros que sin ser profecías, podemos anticipar basados en indicios o señales políticas que observamos a nivel estatal y nacional.
¿Por qué Duarte es un Judas? Se preguntará usted amable lector. Sencillo, porque según el Evangelio de San Juan, antes de su felonía a Jesús, Judas fue el tesorero, el encargado de manejar las finanzas de su maestro y de los apóstoles, pero solía apropiarse del dinero destinado a los pobres, tal como lo hizo el nativo de Córdoba al que se le imputa un probable desfalco del orden de los cuatro mil millones de pesos, de acuerdo a la denuncia de hechos que interpuso ante la PGR la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Duarte fue inmisericorde con nosotros los veracruzanos, principalmente con los más necesitados, con la gente de las zonas serranas, con los enfermos, con los ancianos, con los pensionados, con las mujeres, con los niños, a los que dejó de construirles aulas, una torre pediátrica hospitalaria, de pagarles becas deportivas y de aprovechamiento, pero incluso su ambición desmedida llegó al grado de comprar medicamentos caducos y otros falsos, más allá de que los hayan aplicado o no, esa vileza, esa marranada no tiene perdón de nadie, mucho menos de Dios.
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Por traicionar y entregar a Jesús de Nazaret a los miembros del Sanedrín, Judas recibió 30 monedas de plata, aunque más tarde, arrepentido, pretendió devolverlas pero ya no le fueron aceptadas y las dejó tiradas. ¿A caso arrepentido Duarte de Ochoa podría devolver los miles de millones de pesos que presuntamente se robó? Todo puede suceder, al menos podría intentar negociar una reducción de condena, así como protección para su familia.
Lo que debe estar firme en el criterio colectivo y más aún en de los jueces, magistrados y ministros encargados de impartir justicia es que aún cuando se devuelvan propiedades y dinero en efectivo, el castigo a Javier Duarte debe ser ejemplar, máximo, duro, llano, evidente, sin contemplaciones, como no las tuvo él al hundir a Veracruz y a millones de familias que hoy carecen de un empleo, que están endeudadas, que perdieron su casa, su auto o algún otro bien, incluso que perdieron a algún ser querido que agobiado por las deudas optó por el suicidio, mientras otros se llenaban las talegas.
Según la escrituras, arrepentido por sus actos, Judas Iscariote se suicidó colgándose de un árbol. ¿Javier Duarte sería capaz? Siempre hay una posibilidad, quienes lo conocieron muy de cerca, saben que es un hombre depresivo y sí lo consideran viable.
Estudios psicológicos recientes señalan que las causas de la presencia de pensamientos suicidas pueden ser muchas y muy diferentes, pero entre las más generadoras se encuentran por ejemplo: sentimientos profundos de dolor, culpa y/o vergüenza que escapan al control del individuo y le sumen en un estado de desesperación en el que no encuentra ninguna solución posible; una situación ansiógena de la que no se puede escapar, un aislamiento prolongado, la bancarrota, o perder a la familia.
Se afirma que en algunos casos, el dolor sufrido es tal que la persona no es capaz de hacerle frente, sintiendo un nulo control sobre su vida y llegando a creer que no puede hacer nada para mejorar su situación. En definitiva, pierden la esperanza, de lo cual deriva la idea de acabar con la propia vida.
Hay que mencionarlo, la animadversión popular hacia Judas se expresa fielmente en la quema, apedreamiento o linchamiento ritual de numerosos muñecos llamados “Judas” en Carnaval, Semana Santa u otras fiestas populares. Tal es la repulsión, enojo, coraje, rechazo ya no solo hacia Javier, sino a la familia Duarte-Macías. En carnavales han quemado su figura y en múltiples protestas quemaron sus fotografías.
Es más, apuesto doble contra sencillo que si lo exhibieran maniatado en la Plaza Lerdo de la capital veracruzana, una turba lo lincharía o al menos lo apedrearían hasta verlo sangrar, hasta escucharlo pedir clemencia, así de enorme es la tirria en su contra.
Así pues, el Judas de Córdoba ya fue detenido. Ahora falta que lo traigan a México, yo escribí hace dos semanas que se paseaba por el municipio de Suchiate, Chiapas en la frontera con Guatemala y ninguna autoridad dio crédito, no así algunos compañeros de los medios que me pidieron reproducir la información.
Si la captura de Javier Duarte de Ochoa fue genuina o es pactada, negociada o hasta condicionada, lo comentaremos en la próxima entrega y ya usted dirá...
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