La pregunta que todos los coatepecanos se hicieron es para qué tanto brinco estando el piso tan parejo. Y es que, siendo abril, ¿para qué anunciar una obra que no comenzará a realizarse sino hasta julio? Pues porque antes será domingo 4 de junio y Yunes Linares está desesperado (como lo estuvieron en su momento Fidel Herrera y Javier Duarte) en mostrar la actividad del gobierno panista con el único objetivo de obtener la simpatía ciudadana a favor de los candidatos a alcaldes de su partido y de los que van en alianza con el PRD. ¿Ve usted algún cambio político respecto del PRI?
Y es que, en efecto, en medio de la algarabía mediática desplegada a través de las redes sociales en torno a un evento al que acudieron alcaldes y diputados locales de la región, pocos se percataron de que el subsecretario de Infraestructura, Federico Sandoval Dueck, dijera que los trabajos de reconstrucción de la carretera Xalapa-Coatepec comenzarán a partir del mes de julio, para supuestamente terminarse en cinco meses, y que con 6 mil 300 metros de reconstrucción por donde transitan unos 40 mil vehículos diarios, serán beneficiados alrededor de 650 mil pobladores.
Unos días antes. Yunes Linares había estado en Misantla. Ahí, el mismísimo secretario de Infraestructura y Obras Públicas, Julen Rementería del Puerto, quien se ha destacado como uno de los principales promotores electorales del régimen, que lo mismo hace declaraciones de obras espectaculares que opera la selección de candidatos panistas a alcaldías, dijo que se invertirán 120 millones de pesos en la reconstrucción de la carretera Misantla-Banderilla, lo que suena al inicio de un larguísimo proceso de reconstrucción que se llevará más de este año.
Si para la autopista Xalapa-Coatepec, donde a partir del mes de julio (no antes) se rehabilitarán 6.3 kilómetros, supuestamente será destinado un presupuesto de 60 millones de pesos (unos 10 millones por kilómetro), ¿cómo podemos entender que para una carretera de difíciles especificaciones como la Banderilla-Misantla, de 72 kilómetros, se anuncien apenas 120 millones de pesos, es decir, menos de 1.7 millones por kilómetro? Como un engaño que busca tener un efecto electoral positivo para el PAN en los comicios municipales del próximo 4 de junio.
Nada ha cambiado. Como en los dos sexenios precedentes, el de Yunes Linares piensa que los veracruzanos somos tontos. Y a lo mejor tiene toda la razón.
Los medios de comunicación somos los malos
Para Miguel Ángel Yunes Linares, los medios que valen son los nacionales. Primero fueron el periódico Reforma, el noticiero de Ciro Gómez Leyva y, por supuesto, Televisa. Como El Universal (que recibió incontables recursos en el duartismo) no estuvo de acuerdo, empezó a golpear la figura de Miguel, cuyo equipo seguramente lo convenció de destinarle pingües recursos del erario veracruzano para asegurar su apoyo. A los estatales, salvo honradas excepciones, ni un peso.
Pero eso no quiere decir que Yunes gobernará sin prensa y que solo usará las redes sociales. Que su proyecto sea nacional (algunos opinan que en su mente loca se anida la idea de ir por la candidatura presidencial), lo dicen los recursos que está destinando a los medios nacionales, y de qué manera.
Esperamos que Elías Assad Danini, presunto Coordinador General de Comunicación Social, no diga que los impactos casi diarios en medios nacionales son gratuitos. Esos periódicos, noticiarios de radio y televisión y portales informativos no dan paso sin mocasines de diseñadores italianos cuyas empresas se cotizan en la Bolsa de Nueva York.
“Vamos a dejar atrás las etapas complicadas y dejar atrás al Veracruz negativo, que dio malas notas, y permitir que vuelva a ser la locomotora de la economía; que lo que haya pasado antes, lo dejemos atrás”, dijo Yunes en Coatepec, cuando no puede deshacerse del estigma de la venganza.
Ya ha insistido en sus últimas intervenciones en el supuesto de que la mala percepción de lo que ocurre en Veracruz es obra de los medios de comunicación, de los columnistas, como si la realidad de violencia y falta de oportunidades no golpeara todos los días el rostro de los veracruzanos.
Yunes Linares ha tratado de engañar a los veracruzanos con el discurso de que no destinará recursos del erario para la compra de espacios en medios de comunicación; de hecho, hablar de gasto en comunicación gubernamental ha servido para atacar a todos los medios estatales y a todos los periodistas, sobre todo cuando son críticos al sistema, señalándolos como mercenarios.
Apenas si vale la pena añadir que muchos medios de comunicación locales solo han surgido como negocios, como empresas que basan sus ganancias en el más torpe chantaje, en el que suelen caer como moscas muchos políticos; la mayoría, por cierto. Son estos últimos quienes se han dedicado a enriquecer a mercenarios, asfixiando a los medios y periodistas que sí se dedican al periodismo; gracias a ello hemos observado cómo ha surgido una pléyade de delincuentes convertidos en dueños de medios de comunicación, amafiados con funcionarios corruptos, temerosos de que sus trampas sean amplificadas por ‘periodistas’ a quienes, por cierto, nadie lee, nadie ve y nadie oye.
¿Es diferente el actuar del gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares? Por supuesto que sí. Pero no en el monto del presupuesto estatal destinado a Comunicación Social que, durante 2017, seguirá siendo superior al que se destina, por ejemplo, a los sectores de Turismo, Cultura y Cinematografía, Protección Civil o Desarrollo Económico y Portuario.
En nota aparecida el sábado en el portal Al Calor Político, firmado por el periodista Miguel Ángel Barragán, quien se basa en el análisis del Presupuesto de Egresos presentado el 30 de enero al Consejo Nacional de Armonización Contable de la SHCP, casi el 10 por ciento (183 millones de pesos) de los 101 mil 988 millones presupuestados se destinan al rubro de comunicación social.
De hecho, para “Difusión e Información en Medios Informativos”, el presupuesto de 2017 es de 109 millones 400 mil 008 pesos, un presupuesto de casi la mitad de los poco más de 206 millones destinados en 2014, en la época de Gina Domínguez, con el gobierno de Javier Duarte, buena parte de ellos destinados a empresas fantasma, y que fue como la explosión más potente en este rubro pues un año antes era de apenas 75 millones de pesos.
¿A dónde está fluyendo este recurso que, por cierto, fue autorizado por el exgobernador Flavino Ríos Alvarado con el apoyo de la anterior legislatura, y que fue atacado cruentamente por Miguel Ángel Yunes Linares, quien cómodamente prefirió dejarlo tal cual? Por supuesto, no a medios estatales. Todo se irá a seguir enriqueciendo a los lobos de Wall Street, gracias a políticos que se creen con los merecimientos para destacar más allá de la aldea.
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