Fuentes oficiales, como El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), reporta que tan solo en los rubros de victimas de homicidio, secuestro y extorsión, para Veracruz, de enero a mayo de 2017, que se registraron: 1171, 84 y 216 respectivamente. (http://secretariadoejecutivo.gob.mx/index.php)
NO IGNORAR EL TODO Y LAS PARTES.
Por lo pronto, en este importante tema, a pesar de los anunciados esfuerzos institucionales, los problemas crecen, se complican y acumulan. Más con la impunidad y complicidad de los delincuentes en el gobierno.
Sin duda, en todo caso y momento, es y será responsabilidad federal, estatal y municipal, la seguridad y protección de la vida y patrimonio de las personas; y desde luego, entender y atender que muchos ocurren y son determinados, por contextos más amplios y complejos.
Por otro lado, la percepción que predomina en general, es que como siempre, tanto promesas de campaña, como compromisos institucionales siguen sin hacerse realidad.
En todos los ámbitos de gobierno y órganos autónomos, los hechos hablan por sí mismos, probándose y comprobándose que, aún por encima de las buenas intenciones (si las hay) y de los contados esfuerzos en algunas áreas (si se realizan y sostienen), es notorio que desde las esferas gubernamentales, contra la vehemencia de los resultados adversos, se decide insistir y persistir en la estrategia y acción de más de lo mismo, consiguiéndose inevitablemente, los mismos o peores resultados. Total, el que paga es el pueblo, condenado a solventar y padecer lo que no pidió, ni merece.
Destaca por innecesaria y costosa, la conocida y obsoleta transparencia oficial, que sigue basada en acto y mensaje faraónico, proclive al culto a la personalidad de quienes dicen o creen mandar; el efímero o fantástico boletín oficial, abundante en imaginaciones y buenos deseos, en excusas y pretextos, o en inexistentes o exagerados logros y acciones; la cacareada, justificadora autopromoción del supuesto cumplimiento del deber y el trabajo realizado; y, desde luego, el escándalo distractor o el manipulable sensacionalismo justiciero, que los mismo entretienen que divierten, con la fabricación efímera de villanos y malhechores de ocasión, propios de la evasión y distracción.
Espionaje gubernamental contra la sociedad y, sobre todo, contra periodistas independientes; y producción permanente de videos, audios y arregladas confesiones y denuncias.
Una, otra y muchas veces más la realidad supera a la fantasía de los discursos y declaraciones oficiales.
Pobres de los pobres. Inexplicable y sin sentido crecen opacidad, no hay transparencia ni acceso a la información; falta seguimiento, control y rendición de cuentas efectivo; y la simulación impide, las imprescindibles fiscalización y evaluación.
En esencia el cambio no llega. Veracruz no se recupera. Sigue emergencia de las finanzas públicas; crece endeudamiento del gobierno estatal y de los municipales; la economía en recesión o estancamiento; el empleo formal no se crea, por el contrario, se pierden miles de fuentes de trabajo y el trabajo informal crece. ¿Ineptitud o incapacidad frente a la responsabilidad adquirida? ¿Ignorancia o deliberada intención, de olvidar o minimizar lo económico y social, como determinante y prioritario?
Hay que insistir y recordar que en cuestión de seguridad pública, no solo es imprescindible aumentar policías y coordinar esfuerzos. No solo alentar y apoyar que se intente y haga realidad.
Obligatorio también tener siempre presente, que como toda política de gobierno necesita acompañarse y formar parte de una estrategia integral, que empiece en lo económico y social. Orientada siempre, al bienestar de los seres humanos, no de unos cuantos y sus cómplices.
¿Delincuencia alentada por pobreza social e ineficiencia gubernamental? ¿Asegurar empleo y salario digno, para evitar delinquir por hambre? ¿Ignorar y desatender el caldo de cultivo o medio propicio para el crecimiento de la violencia?
Viejas lecciones que no deben olvidarse, ni menospreciarse. Sobre todo, por el retroceso previsto.
No está por demás insistir que hay y habrá poco o nulo avance, sin prescripción y estrategia clara y completa que, en principio, expliquen situación y perspectivas, unifiquen y orienten todos los esfuerzos, e impulsen y fortalezcan la participación individual y colectiva en estos importantes y determinantes, asuntos públicos.
Y también reiterar que se debe cuestionar y evitar caer, en la fácil y repetida costumbre de gastar más y endeudar más.
Reestructurar deuda es por lo general un gran negocio, a costa de generaciones presentes y futuras.
La recurrente y acostumbrada salida del endeudamiento es más fácil de tomar y hasta de explicar, porque quienes pagan y pagaran no son los que gobiernan. Ellos son los que, en su mayoría, usan y abusan del préstamo obtenido, quienes gozan de los beneficios y ventajas de administrar lo que no es suyo.
Para hacerlo, es usual y padecido, que los presuntos responsables mantengan, en buena medida, opacidad y falta de acceso a la información; y persistan, en un alto grado, en mal informar, distorsionar y aprovechar lo que les conviene. Si es posible, trataran de convertirse en héroes del momento, en salvadores del gobierno, aunque en poco tiempo la historia sea la misma o peor, y la quiebra sea inminente.
En fin, en otras palabras, creo que en lo que se está de acuerdo, es en no permitir que la delincuencia mande en Veracruz…y ciertamente, que de todos y para todos, es deber ineludible enfrentarla con valor e inteligencia.
Ahora y siempre, del dicho al hecho, los resultados hablan.
*AcademicoIIESESUV@RafaelAriasH.Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH |