Hay que pagar el rescate en bitcoins y luego enviar el comprobante de pago a una cuenta de correo electrónico y esperar la liberación del equipo “secuestrado” con toda su información.
¿Sonó fantástica la descripción anterior? Efectivamente lo es, pero también es poco entendible para la mayoría de quienes hoy día utilizamos una computadora para nuestras actividades laborales, empresariales o educativas.
Por esa razón bien vale la pena considerar lo vulnerable que queda la mayor parte de los usuarios mexicanos que de forma obligatoria utilizamos sistemas para el cumplimiento de nuestras obligaciones fiscales, para emitir la Factura y Nómina Electrónica CFDI, la Contabilidad Electrónica y el pago de impuestos por vía de la Banca Electrónica.
Posiblemente una gran mayoría utiliza software pirata o con licencia no actualizada; otros, puede ser que utilicen equipos públicos y su USB estará infectada hasta de VIH; pocos serán quienes estén enterados de los riesgos y tomarán acciones preventivas con sistemas antivirus y estén actualizados constantemente con lo último.
Los sistemas de Facturación Electrónica que utilizan la web, promueven las ventajas de utilizar “la nube” y poder realizar operaciones desde “cualquier sitio”, lo cual aumenta el riesgo de pérdida de la información, mucho más cuando se utiliza el teléfono o Tablet personal para hacer la factura electrónica, porque seguramente nuestro teléfono tiene “whatsapp” el cual, como todas las App de descarga “gratuita” nos pide “autorización” para acceder a TODA nuestra información y obviamente “se las damos”, dejando expuestas claves de acceso, números confidenciales, firma electrónica y certificado de sello digital, además de la información comercial de la empresa.
El “timbrado” de la Nómina en plataformas web representa el riesgo de robo de la información que contiene el resumen del ingreso de los trabajadores, lo que en el mercado negro tiene un alto valor, para segmentarlos de acuerdo al poder adquisitivo.
Cuanta información personal hoy está concentrada en bancos, establecimientos comerciales, instituciones educativas, programas gubernamentales, etc., que de forma obligatoria proporcionamos; y cuanta información “casual” de forma voluntaria subimos en redes sociales.
Exponer nuestra información social pudiera ser irrelevante, pero el riesgo de pérdida de información de la empresa o resultar víctimas de suplantación de identidad puede ocasionarnos graves riesgos de pérdida patrimonial y eso es más grave. Mejor utilizar sistemas confiables para la facturación electrónica. (pregúntame).
Es mejor que comencemos a preocuparnos y a tomar acciones que pongan todos los datos personales en mejor resguardo, porque independientemente de que exista la Ley de Protección de Datos Personales, queda claro que los virus se la pasan por el arco del triunfo y si caemos víctimas de un ataque cibernético ni el Chapulín Colorado nos podrá defender. Es mi pienso. |