Las anécdotas son como cuentos fantásticos. En lo particular, me gustan más las de los políticos aunque las cotidianas, a veces, tienen mucho sazón y lo mejor, es que en algunas ocasiones, se relacionan con las de nuestros políticos. Mire si no:
Hace unos dos días, Jardines de Xalapa se quedó sin agua. Ni una pinche gota. Este pasado martes, tuvimos que salir tempranito a casa de la suegra para darse un baño y de mi parte, además de llevar la toalla, el estropajo (o cómo se le llame a esa telita que hace las funciones de esos estropajos de antaño, que algunos mamones le dicen esponja para el aseo corporal), el shampoo y demás aditamentos propios de la ducha, llevé dos garrafones vacíos para suministrarme del vital líquido pensando en el sanitario.
Ya ven cómo es uno de payaso que no encuentra lugar más sacro y bendito que su propio sanitario y religiosamente, cada mañana, “hago del cuerpo”, que en buen castellano no es otra cosa que hacer las necesidades “fisiologicacas”... bueno, pues imaginen cómo estaba mi santo lugar. Por eso fui a llenar a casa de mi suegra esos dos garrafones.
Para no hacer el cuento largo, subí tales garrafones hasta el tercer piso en un viaje… “ai” voy puja y puja, sudando la gota gorda y diciendo: “¡Valió madre el pinche baño!”
Lo primero que hago al entrar a su casa, es dirigirme al sanitario, abrir la tapa del tanque de la taza, y echarle agua… ¡cuál es mi sorpresa que ahí se fue medio garrafón de agua!!
Hago el cálculo: ¡10 litros en cada jalada! digo, cada vez que le jalo la cadena y en espera de que realmente me estén vendiendo en un garrafón 20 litros… ¡es mucho!
Ya empecé a ver la manera de tratar de disminuir la cantidad de agua que se va cada vez que paso al sanitario…
Lo más terrible fue darme cuenta que pujé más para echarle agua al sanitario que lo que pujé previo a ello…
En pocas palabras: ¡ahorremos agua!
La otra anécdota me la contaron del mismo palacio municipal de Xalapa… yo insisto en que hay mucha similitud con lo que acabo de platicarles líneas arriba… usted dirá si no:
El tema sale a relucir por los últimos acontecimientos político-judiciales que se viven en Veracruz y fue inevitable que saliera a la luz la señora Xóchilt.
Cuentan que recién nombrada directora de Espacios Educativos, Xóchilt tuvo a bien recibir a un comité del Ayuntamiento de Xalapa encabezado por su alcalde Américo Zúñiga. Lo acompañaban los regidores Rogelio Álvarez, Daniel Fernández, Nely Miranda así como Lino Jiménez y Fernando Velasco Montiel, director de Obras. Ya que se realizó una mesa de acuerdos, se pasó a la informalidad de una plática y alguien por ahí le preguntó a Xóchilt que de dónde era y quizás motivada por una pena malentendida, en lugar de decir que era de Juanita, comunidad de San Juan Evangelista, dijo que era de Acayucan.
¡No! Pero la pena por su origen no es la anécdota... el asunto acá viene, cuando Lino Jiménez, regidor, haciendo gala de parca memoria, le comenta que los del Verde Ecologista le pusieron una "madriza" a una candidata del PAN en Acayucan, "ésa, a la que le sacaron fotos encuerada"... con el rubor en la cara, se alcanzó a escuchar fuerte y claro un "era yo" ante el silencio de los presentes que era sepulcral... de inmediato, Américo Zúñiga tomó la palabra y continuó con otro tema... aunque Lino ¡ya la había ca...labaceado!
¿A poco no hay cierta similitud en las anécdotas?
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