Los priistas quieren demostrar inútilmente en esta asamblea que el Presidente ya no es el que manda en el partido, pero no es tan fácil la situación. Se ha divido el PRI entre quienes quieren sacarlo de la decisión de designar candidato y quienes quieren que el presidente siga dando señales nada discretas por cierto, de sus favoritos.
Los priistas tradicionales intentaron, desde la víspera, ponerle candados al Presidente. Lo que se aprobó desde días antes de la asamblea fue abrirle las puertas a los externos, a los simples simpatizantes.
Es decir, dentro de los hombres del poder el beneficiario con esta medida es el secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña, amigo desde la adolescencia de Luis Videgaray, de quien dicen las malas lenguas es el poder tras el trono.
La fragilidad actual del PRI tiene que ver no sólo con las derrotas electorales, las cuales parecen no evaluar nadie ni aprender nada de ellas. Lo importante para los priistas esta vez es buscar un candidato que no divida las filas de su organización; sin embargo, la división se advierte desde el momento en que los debates de la Asamblea ocurren en diferentes estados de la república, como muestra de una anunciada separación inminente.
La diversidad de sedes no tiene como origen la pluralidad cultural del país sino los temas que deberían ser tratados por separado para que los acuerdos pudieran firmarse rápido. Así, Zapopan, Saltillo, Toluca, Campeche, se muestran como sedes de acuerdos parciales y la totalidad carece de consenso.
A kilómetros de distancia, los acuerdos sobre un futuro en común se reducen a simples especulaciones acerca del “tapado”, polémica tan añeja como las actitudes antidemocráticas del propio PRI.
Hay varios problemas graves que han dejado los priistas para después a pesar de que representan una prioridad dentro de sus debilidades, que no son pocas.
Uno de ello es la formación de cuadros. No hay líderes juveniles, bases partidistas regionales, dirigentes estatales. El chapulineo se convirtió en una manera de mover cuadros de un lado a otro; a pesar de que la reelección en algunos niveles de la política será posible a partir del próximo año, el PRI no se preocupó por crear candidatos a lo largo y ancho del país.
Un factor que no han tomado en cuenta es la crisis financiera, que quieren mantener en secreto. Los edificios de insurgentes están embargados y por recomendaciones, sugerencias, peticiones de priistas en el poder, el aseguramiento de los inmuebles no ha llegado a mayores; sin embargo, es un problema que deben resolver, sobre todo porque se trata de un conflicto que también divide al tricolor.
Quienes carecen de un cargo, es decir que no están en el poder, no pagan sus cuotas. Situación que desmembra al partido y señala a una clase en el poder separada de reglas elementales para operar con lógica y congruencia desde su gestión pública. Luego de la asamblea del PRI no habrá armonía y mucho menos unidad. De ahí que muchos priistas, decidan abandonar el barco y militar en otras organizaciones y movimientos ante una marginación tal que los discrimina y deja fuera de toda posibilidad de convertirse en candidatos o en funcionarios públicos ante el monopolio de los cargos y puestos en manos de egresados del ITAM o de las universidades estadounidenses.
El PRI es frágil también en su unidad. Desde días antes de la conclusión de la XXII Asamblea del tricolor se advirtió la victoria de Peña Nieto al abrirle la puerta al secretario de Hacienda, amigo entrañable de Luis Videgaray, éste muy cercano a los designios de Donald Trump.
El PRI ya no es noticia ni en sus asambleas, alrededor de las cuales se especulaba en otras ocasiones sobre su refundación, su cambio de nombre, su reestructuración a fondo. Los resultados de esta asamblea fueron previsibles desde una semana antes. Sólo un poco de maquillaje para salir a la gran fiesta electoral de 2018. No más.
¿Cómo puede abandonar un partido como el PRI el “Chapulineo” si carece de cuadros? El chapulineo es aparentemente producto de la carencia de líderes reales dentro de los partidos, pero en realidad se trata del monopolio de las plazas heredadas y compradas, tal y como sucede con las plazas de los profesores del país y que tan rabiosamente combatió el imberbe secretario de Educación y probable candidato de segunda división a la Presidencia de la república, Aurelio Nuño. Sin embargo, la llegada al poder de los priistas de manera individual se convierte en una suerte de venta de plazas al mejor postor, o a la herencia de puestos como sucede en Oaxaca, el Estado de México, Guerrero, Tamaulipas, etc.
No hay mayor contradicción que la de negar la movilidad de los mismos hombres y mujeres en los puestos de elección popular como un círculo vicioso que sólo muestra su adoración por el poder pero no por el servicio y menos aún por la justicia social, que identificó ideológicamente a ese partido antes de que le volviera la espalda y condenara al olvido sus orígenes.
Así, no sólo podremos ver una escisión importante luego de esta Asamblea que no tomó en cuenta la historia del partido, no quiere ver el presente y niega cualquier posibilidad de ver el futuro a no ser que sea como el gran partido político que ya no es. PEGA Y CORRE:- La justicia federal suspendió dos órdenes de aprehensión dictadas en Veracruz contra Javier Duarte de Ochoa. El Juzgado Primero de Distrito en Materia Penal de la Ciudad de México otorgó la suspensión definitiva de dos órdenes de aprehensión dictadas en marzo pasado, cuando el juez de Proceso y Procedimiento Penal Oral de Xalapa accedió a las órdenes de aprehensión solicitadas por la Fiscalía General del estado de Veracruz, del gobierno de Miguel Ángel Yunes, para quien esto significa una derrota más ante Javier Duarte… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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