Dicen los que de esto saben. Que si en algo ha puesto especial atención el nuevo gobernador de Veracruz, es en el tema del combate a la pobreza.
No, aunque quisiéramos anotar un punto a su favor, este interés no obedece a su vocación altruista, ni nada parecido. Su objetivo es apoderarse de ese caudal de votos que representan los “jodidos”.
Si en algo ha invertido Miguel Ángel Yunes Linares los escasos fondos que posee su gobierno, es en el fortalecimiento de su estructura electoral que está íntimamente ligada al padrón de beneficiarios de la Sedesol federal.
Desde los tiempos de Felipe Calderón Hinojosa, cuando su hijo (y potencial sucesor) Miguel Ángel Yunes Márquez estaba al frente del programa Oportunidades en Veracruz, fueron colocados en posiciones estratégicas de la dependencia federal sus principales operadores electorales.
Y no sólo eso: A todos ellos se les dotó de una base laboral y se aplicaron candados (a través del servicio civil de carrera) para evitar que, en caso de perder el PAN la Presidencia -como sucedió en el 2012- sus mapaches fueran desplazados.
Durante todo el gobierno de Enrique Peña Nieto, al menos en Veracruz, los operadores a nivel de tierra de los programas sociales están comprometidos, no con el PAN, sino con el clan Yunes-Márquez.
Con ellos operaron la elección del 2016 que le dio el triunfo a Yunes Linares, y los volvieron a utilizar en las elecciones municipales de este año. Esa misma estructura es la que pretende explotar en el 2018 y por ello está trabajando para reforzarla.
Este jueves Miguel Ángel Yunes Linares anunció que en el 2018 incrementará en 50 por ciento el número de beneficiarios de los programas sociales estatales.
Esto es: habrá de sumar a un mayor número de veracruzanos pobres a su reserva de votos cautivos.
La delegada en Veracruz de Sedesol, Anilú Ingram Ballines (quien tendría que haber trabajado para desactivar esa red de operadores electorales de Yunes Linares incrustados en la dependencia a su cargo, y no lo ha hecho) replicó en Veracruz la conmemoración del aniversario 25 de la dependencia que representa.
Pero no fue un evento del gobierno federal. En realidad ofreció en bandeja de plata, para los intereses del gobernador de Veracruz, los logros en materia de combate a la pobreza.
Las cifras oficiales aún no se dan a conocer, pero ya Anilú Ingram adelantó algunas. Dijo que a nivel nacional el número de mexicanos considerados en “pobreza extrema” bajó de 11.4 millones que había en 2014, a poco más de 7 millones contabilizados en 2016.
Sobre Veracruz no dio aún los números más recientes.
El Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social) realiza un diagnóstico cada dos años. El último que se conoce es el del 2014, y está por salir la medición que se hizo en 2016.
Según este organismo, una persona se encuentra en situación de “pobreza” cuando tiene al menos una carencia social en los seis indicadores establecidos, que son: rezago educativo, acceso a servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos en la vivienda y acceso a la alimentación, y su ingreso es insuficiente para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias.
También define a la “pobreza extrema”, que es cuando una persona tiene tres o más carencias, de seis posibles, dentro del Índice de Privación Social y que, además, se encuentra por debajo de la línea de bienestar mínimo. Las personas en esta situación disponen de un ingreso tan bajo que, aun si lo dedicasen por completo a la adquisición de alimentos, no podrían hacerse de los nutrientes necesarios para tener una vida sana.??
Las cifras más recientes publicadas por Coneval datan del 2014. Hace tres años el estado de Veracruz contabilizaba a 4 millones 634 mil 239 habitantes en situación de “pobreza” (un 58 por ciento de la población), de los cuales, un millón 370 mil 456 veracruzanos cabían en la clasificación de “pobreza extrema”.
En ese entonces, la cifra de mexicanos pobres era de 55 millones 300 mil, que significaba el 46.2% de la población, mientras que en pobreza extrema había 11 millones 400 ciudadanos, el 9.5%.
Si la cifra de pobreza extrema a nivel nacional bajó de 11.4 millones a 7 millones, es de esperarse que en Veracruz la reducción en ese rubro también sea significativa.
No está de más recordar: Los resultados que dará a conocer Coneval en los próximos días, corresponden al 2016, que en Veracruz significa el último año de la administración de Javier Duarte.
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Epílogo.
Fue el propio gobernador, Miguel Ángel Yunes Linares, quien advirtió que la entidad no estaba “en situación de desastre” y por lo tanto no pedirían al gobierno federal la declaratoria respectiva para recibir el apoyo del Fonden. “No creo que lleguemos a solicitar declaratoria de desastre, porque no estamos en esa situación y nuestro gobierno es serio. Nosotros no le vamos a subir de ninguna manera el volumen a un tema de esta naturaleza, que es delicado, debe ser tratado con responsabilidad y profesionalismo”, dijo. Sin embargo, este jueves la secretaria de Protección Civil, Yolanda Baizabal Silva, informó que el huracán “Franklin afectó 14 mil viviendas, que las familias afectadas ya están recibiendo los paquetes de ayuda del Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden) y que sí hay una declaratoria de desastre por parte de Gobernación, que incluyó a 70 municipios en la entidad. ¿A quién le creemos?
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