Sureños abandonados
Uno de esos casos es el de los damnificados por el sismo del viernes 8 de septiembre, en Coatzacoalcos, justo donde se dio el caso de la Fundación Yúnete repartiendo apoyos a nombre de la familia en campaña, y donde una vez que fueron canceladas estas acciones de claro corte proselitista, ni el gobierno estatal ni el municipal han movido un dedo en favor de los damnificados.
Habitantes de colonias de Coatzacoalcos, cuyas viviendas sufrieron tal nivel de afectación que debieron ir a otros sitios a vivir ante el riesgo de que se desplomen mientras están dentro de ellas, lo más que han recibido ha sido una despensa. ¿Ayuda del gobierno de Miguel Ángel Yunes? Ni siquiera una palabra de aliento. El señor gobernador seguramente ha de decir que no tiene dinero para ello.
En una nota firmada por el periodista Armando Ramos, corresponsal de la agencia AVC, escribe: “En el mejor de los casos, las familias de Coatzacoalcos que lo perdieron todo tras el sismo de 8.2 grados han recibido una despensa. La mayoría se quedó sin un lugar donde vivir y han tenido que irse de arrimados con familiares y amigos. Otros han empezado a demoler lo que quedó de sus casas por cuenta propia, pues a una semana del desastre el apoyo no ha llegado por parte de los tres niveles de gobierno”.
El gobierno federal a duras penas da lánguidas respuestas a los habitantes de los estados de Chiapas y Oaxaca que fueron afectados por el terremoto. Pero la zona del istmo no solo contempla a esos estados, sino también a Veracruz, en particular la región Coatzacoalcos-Minatitlán, donde decenas de viviendas sufrieron hace una semana los estragos del movimiento sísmico, y tienen siete días sufriendo el desdén y el olvido del gobierno veracruzano, ya no digamos del federal.
Muchas viviendas sufren agrietamientos, pero hay muchas que constituyen daño total, y sus propietarios, en su mayoría de escasos recursos, deben destinar lo poco que tienen (su fuerza de trabajo) no para repararlas sino para demolerlas. Ya después pensarán como levantar una nueva vivienda.
¿Han tenido respuesta del gobierno estatal? En absoluto. Tampoco del municipal. Todos los gobernantes se recluyen en actos públicos donde ensalzan sus acciones de apoyo a los damnificados por el huracán Katia o por el sismo de hace una semana, pero los afectados no reciben ni palabras de aliento.
Muchos han debido rentar un sitio dónde pasar los días, otros se han arrimado con familiares y muchos se arriesgan a sufrir un accidente al mantenerse en viviendas dañadas que pueden colapsar con las réplicas del sismo.
Ni el Secretario de Gobierno Rogelio Franco Castán, ni la titular de Protección Civil Yolanda Baizabal Silva, ni Indira Rosales San Román, secretaria de Desarrollo Social (Sedesol), se han acordado de acudir en auxilio de estas familias.
Es más, todo parece indicar que ni siquiera han promovido la declaratoria de emergencia por parte de la Secretaría de Gobernación para que reciban recursos federales.
Los mentirosos de la SEV
Aunque pocos le creímos, deben haber caído mal las palabras falsas del titular de la SEV, Enrique Pérez Rodríguez, por lo menos a los habitantes de Chapa Chapa, comunidad del municipio de Misantla, cuya escuela Enrique C. Rébsamen presenta cuarteamiento en su techo desde el terremoto del viernes 8 de septiembre.
Luego de que se decretó suspensión de clases para el jueves 7 en las áreas que serían impactadas por el huracán Katia, y de que por la noche se extendió la suspensión a los municipios del sur por los posibles efectos del sismo con epicentro en las costas frente a Chiapas, el titular de la SEV aseguró que serían revisados los más de 22 mil planteles para cerciorarse de que no representaban riesgos para docentes y alumnos.
La escuela de la comunidad de Chapa Chapa, sin embargo, nunca recibió a personal de la SEV y su techo ya empieza a pandearse, según el reporte de MS Noticias, de Martínez de la Torre. Las autoridades escolares y comunitarias denuncian: hasta el momento, ninguna autoridad ha ido a supervisar el plantel, ni personal de la Secretaría de Educación de Veracruz ni mucho menos de Protección Civil.
La falacia involucra también a autoridades educativas de la región. El delegado regional de la SEV, Miguel Ángel Núñez Bustos, habría declarado el lunes que se había hecho un levantamiento en los 12 municipios que componen su jurisdicción, que establecía 16 escuelas afectadas por el temblor. La escuela primaria de Chapa Chapa no estaba en la lista.
El 11 de agosto, con el paso del huracán Franklin, esta escuela ya había sufrido daños: los fuertes vientos volaron las láminas del techo del comedor, construido por los padres de familia. Desde entonces, la escuela nunca fue visitada por las autoridades.
El caso salió a la luz, y el lunes 11 de septiembre, MS Noticias dio a conocer la situación que, tras el temblor, padece esta escuela primaria; el presidente de la sociedad de Padres de Familia, José Luis Acosta, describió que el temblor provocó que se formaran grietas, lo que representa un serio riesgo para los alumnos que allí toman clases. De hecho, los niños se han debido apretujar en la pequeña biblioteca para tomar clases, ante el temor de que el techo de su aula les caiga encima.
La pregunta que salta es: ¿realmente se supervisaron los 22 mil planteles para estar seguros de que los niños y personal docente no corren riesgos por afectaciones en los edificios o pronto habrá noticias de un accidente fatal?
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