Darían al traste una eventual victoria que permitiera el rescate de la gubernatura.
Así, a escasas semanas de que se dé el banderazo de salida para Veracruz, allá en la Ciudad de México –en los Pinos y en el PRI particularmente- el juego se tiene claro. No hay confusión. No hay duda.
Sin embargo dentro de la aldea, en el solar veracruzano, persiste un localizado afán de echar a perder la fiesta y no dejar bailar a quien le toca.
Son las rémoras de siempre.
Aquellos que con localizado afán de perpetuarse crean factores de distracción olvidando que será más lo que se pierda que el beneficio personal que obtengan.
Son los dinos, los de siempre desde hace 40 años. Aquellos Britos, chanclas, cabezas de lata, Amadeos y Renatos… que siguen pensando que sin ellos no se gana, que sin su valiosa aportación a la causa todo está perdido.
Son quienes dicen tener el dominio de legiones de seguidores que a una voz suya se volcarán en las urnas.
Son además los Duartistas. Esa retahíla señalados por corruptos –Mota, Spinoso, Deantes, Erick Lagos, Jorge Carvallo, Benítez, Del Castillo- que quieren montarse de nueva cuenta en el carro de la Revolución “aportando” parte de lo que tienen, garantizando el control de plazas y negociando renovados fueros.
Más que un ánimo generalizado lo que se observa en estas rémoras, es un interés personal o de grupo.
Olvidan que los números no mienten y que si bien después el estado de México los padrones electorales con mayor número de ciudadanos inscritos son los de la CDMX y el del Estado de Veracruz y a pesar de ello, con todo ese potencial, la derrota asoma.
Es cierto.
Los cinco padrones más importantes son el estado de México, la ciudad de México, Veracruz, Nuevo León y Guanajuato, pero –dirían los priistas- somos perdedores: la gubernatura la detenta Miguel Angel Yunes y sus azules y amarillos… y para el año próximo a un arrodillado más, Dante Delgado. Son los que llevan la batuta.
Pongamos incluso que no, que la batuta la llevan los Morenos. Peor aún ya que el PRI con quien se alíe, no dejará el tercer lugar, menos ahora que se queda sin dinero para las compañas electorales y la compra del voto.
Hoy al son que baile la república lo hará Veracruz.
Ya viene el “destape” del presidenciable del PRI, luego el desgrane de siete, acaso ocho candidatos a gubernaturas que en simultaneo van a elecciones el primero de julio.
En la mesa están ya las definiciones.
Pero en Veracruz siguen las indecisiones. Están en el que siempre no es Pepe. Que Héctor es el bueno. O en el que el efectivo es el neoporfirista Diez –de apellido Diez ¿Que tal eh?..-.
Mientras Miguel Angel Yunes aplaudiendo. Frotándose las manos. En malévola sonrisa. En el “¡Se los dije!.. Esos cabrones se destruyen solos”.
Y ahí los números que tintinean en contra del PRI:
Con un padrón electoral en Veracruz de 5 millones 714 mil 059 en las elecciones estatales del 2016, cuando se la llevó Yunes Linares, los partidos quedaron así:
Movimiento Ciudadano: 36,992; Coalición PAN-PRD: 1,054,733. Total Frente: 1,091,725. Mientras, Morena: 809,626; y Partido del Trabajo: 49,567. Total Morena-PT: 859,193. El PRI tercero con menos de 700 mil.
Eso en el 2016, ya para este año, después en los comicios de junio de 2017 en Veracruz se eligieron 212 Ayuntamientos y los números quedaron así:
Movimiento Ciudadano: 221,583; Coalición PAN-PRD: 1,050,213. Total Frente: 1,271,796. Mientras, Morena: 556,875 y Partido del Trabajo: 151,640, arrojando un total Morena-PT de 708,515; PRI, 41 alcaldías y 577 mil votos perdiendo además las diez ciudades más pobladas de la entidad.
El PRI pues, en ambas circunstancias electorales quedó en tercer lugar, por tanto la dialéctica electoral, atendiendo al comportamiento comicial el Frente Ciudadano ganaría Veracruz, seguido muy de cerca de Morena, mientras el PRI se mantendría en su posiciones de tercero.
Varios especialistas como Sergio Zaragoza afirman que la elección presidencial del próximo 1 de julio del 2018, pueden ser unos comicios “espejo” de lo que sucedió este año en la disputa por la gubernatura del Estado de México y consecuentemente el Frente Ciudadano en Veracruz podría repetir su triunfo.
Y entonces sí ¡a correr se ha dicho!
Con Miguel Angel Yunes Márquez de gobernador, su papa de asesor y ministro federal –porque algo le tendrán que dar en México- los azules no soltarán nunca más la plaza sede del liberalismo, la del gobierno trashumante de Juárez, la de las guerras independentistas y revolucionarias, bastión contra el invasor y granero de la república.
De ese tamaño será la pérdida.
Es la última llamada para el PRI. o se aplican o irán muchos de ellos a Pacho.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |