¿Cómo era ese chiste? Creo que era algo así: ¿Qué sale de la cruza de Fidel Herrera y Javier Duarte?: ¡Un Javier Herrera! Recuerdo esto porque se viene mencionando con insistencia en que el diputado federal del Verde Ecologista estaría en breve pidiendo licencia para contender por la Senaduría. Realmente no entiendo por qué la prisa para que deje la curul al menos que los tiempos electorales digan otra cosa, aunque yo apostaría a un mero acto de cortesía para su suplente, el abuelo de Valentina.
A Valentina nunca la conocí, pero sí al abuelo, Roberto Sánchez Escalante, un político de Emiliano Zapata, que además de ser cabrón (en el mejor sentido de la palabra), hacía unas décimas con más ponzoña que la lengua de cualquier columnista… podríamos decir que se da “un entre” con la lengua de Erick Lagos.
II
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Hace unas semanas me encontré a don Roberto en un café platicando con un grupo de amigos, por cierto, todos ellos presumidos, porque cada uno presume un achaque, que si la gota, que si las “riumas”, que si el colesterol, etcétera. No lo había reconocido por dos poderosas razones: su cabello gris pasó a blanco y su característico bigote había pasado a la historia. Lo que se mantuvo fue su buen sentido del humor y la amabilidad que siempre me ha brindado.
A don Roberto lo ubicaban más por su hijo, a quien identificaban como “Cometín”, Gabriel Alejandro Sánchez Domínguez, quien durante el sexenio de Fidel Herrera Beltrán, fungió como director de Aeronáutica de Gobierno del Estado y en un tiempo con el de Javier Duarte de Ochoa… allí no estoy seguro si hubo un cambio o una renuncia o ambas, pero de que la salida de Gabriel Alejandro de Aeronáutica caló, y hondo, porque bien se dice que duele más el cuero que la camisa.
III
A mí no me crea, pero la salida del PRI al PVEM de don Roberto Escalante era más que un cambio de ideología, un corte por lo sano de todo lo que pareciera, oliera o sonara a duartismo… aunque había cosas de las que difícilmente no podía hacer una escisión… cuentan que en la zona residencial Campo de Golf, la que está enfrente del aeropuerto de El Lencero, se escenificó la versión bizarra de Don Ramón y el Señor Barriga. Y hablamos de bizarro, porque quien hizo el papel del dueño de la vecindad era don Roberto, que es delgado, que no flaco, mientras que el que se hacía guaje con la renta, era Javier Duarte… así es, todo indica que don Roberto tuvo el desatino de rentarle una casa al entonces Gobernador de Veracruz ¡y pues resultó mal inquilino!
Insisto: A mí no me crea… pero dicen que al final, don Roberto tuvo que demandar a Duarte de Ochoa por falta de pago en la renta y si hubo tal, créame que no fue por un mes o dos de retraso… el gordito se ve que fue encajoso.
IV
Bueno, pero lo importante es que si Javier Herrera acelera su licencia de San Lázaro, estaremos viendo que la alianza PRI-Verde ha de llevar en el hijo del ex gobernador una de sus cartas fuertes a contender por un escaño y se estaría a la espera de ver si Anilú Ingram Vallines iría a la par con el retoño del Chanoc de Nopaltepec. ¡Ojo! porque si Javier Herrera se lanza como Senador, y gana, podríamos estar hablando de que en el 2024 pudiera estar compitiendo por la Gubernatura de Veracruz, ya sin tanto resquemor o falsos pudores, digo, siempre y cuando en este 2018 compita el hijo de Yunes Linares para gobernador… mientras, a esperar a que don Roberto llegue al Congreso de la Unión…
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