Esto es inverosímil; un ladrón jamás “dona” lo que se robó y menos a quienes se los robó.
La palabra donación choca con esa lista y temiendo que tuviera un significado que desconozco, me fui al diccionario de la Real Academia de la Lengua Española y encontré esto:
Donación: 1 f.- Acción y efecto de donar. 2 f Der.- Liberalidad de alguien que trasmite gratuitamente ALGO QUE LE PERTENECE a favor de otra persona que lo acepta.
Por su parte donar es: Traspasar graciosamente a otra persona algo o el derecho que sobre ello tiene.
Hasta donde se sabe, ninguno de los presuntos “donantes” traspasó a Yunes Linares algo que les perteneciera, porque nada de lo que traspasaron era de ellos sino parte del botín que robaron a los veracruzanos. Mucho menos creo que lo hayan hecho graciosamente o de buena fe.
Quien dona un bien sabe que va a recibir la gratitud y admiración de los beneficiados, y un ladrón recibe la repulsa y el rechazo no sólo de su víctima sino de la sociedad en pleno.
Los sujetos con los que trató Yunes Linares están acusados de estafa y latrocinio. O como dice la ley, de operar con recursos de procedencia ilícita. ¿Entonces?
Por donde se le mire, la palabra donación a lado de un objeto que devuelve un ladrón se presta a muy malas interpretaciones. El sólo hecho de devolver algo que no es suyo lleva implícita la aceptación de que se lo agandalló.
Pero por otra parte, el haber “donado” varios bienes podría evitarles incluso la cárcel y esto dará pauta para que los políticos sigan robando.
¿Cómo se les podrá acusar de latrocinio cuando están donando (que no devolviendo) lo que hace unos años se llevaron a la bolsa de muy mala leche?
Reitero, un donador es un hombre o mujer de bien, no un bandido o una ladrona. Lo que hizo Yunes Linares fue incautar bienes que fueron robados al erario.
¿Donaciones? Por Dios, a otros tarugos con esa falacia.
No quiero pensar mal, pero es casi seguro que hay algo turbio en esas presuntas donaciones que sólo el gobernador y los ladrones saben.
Y a todo esto ¿cómo se llaman? Digo, para agradecerles el favor. ¿O es que acaso su modestia es tan grande como su filantropía y por eso quieren seguir en el anonimato?
Sólo tenemos los nombres de Javier y Karime, pero ¿y los demás?
Ojalá nos hicieran el favor de llevarlos a la Plaza Lerdo, para que reciban el homenaje y las muestras de aprecio de la raza jarocha que los tiene en sus pensamientos; tanto a ellos como a sus mamacitas.
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