Hace 22 años economistas, activistas y partidos de izquierda se oponían a la firma del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.
Los argumentos eran muy parecidos a los que actualmente esgrime Trump. La izquierda mexicana decía que era asimétrico firmar un tratado con un país mucho más rico que nosotros, que nos iban a inundar de productos y causaría desempleo. Ahora Trump habla de que nos aprovechamos de Estados Unidos, es injusto el TLC y hemos generado desempleo en su país.
Tanto Trump como los izquierdistas mexicanos parten de la teoría llamada 'suma cero': lo que gana uno lo pierde necesariamente el otro. Eso es cierto sólo cuando hay robo y en las épocas donde el botín y el despojo eran la principal forma de adquirir riqueza, no su creación.
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La industria automotriz norteamericana se salvó de la quiebra gracias a las autopartes que se producen en México, que, al bajar el costo de la mano de obra, redujeron el precio de los autos norteamericanos. El TLCAN creó cientos de miles de empleos en México, que son de los mejor retribuidos en nuestro país, y también los creó en Estados Unidos. La visión mercantilista y marxistas, que lo que beneficia a un país necesariamente perjudica al otro, aun cuando el intercambio sea libre, derivada de la teoría de la suma cero, fundamentó el proteccionismo que mantuvo atrasada a Iberoamérica el siglo pasado.
Terminar con el Tratado de Libre Comercio perjudica a los dos países. El presidente de la US Chamber of Commerce le pidió a Trump que deje en paz al Tratado de Libre Comercio; pero en México debemos prepararnos para su probable terminación, que nos causaría reducción de la inversión y del crecimiento. En Estados Unidos restaría competitividad a las empresas exportadoras y encarecería los productos a los consumidores norteamericanos.
Hay salidas ante la obsoleta y corta visión de Trump sobre el TLCAN, pero hasta ahora, como lo demuestro en el libro EPN: El retroceso, el gobierno mexicano no las ha implementado. Si el gobierno sigue gastando a los niveles actuales, con los mismos altos impuestos, deuda y corrupción, la terminación del TLCAN con Estados Unidos sí nos hará un grave daño. Si hay un Presupuesto austero en 2018, reducción de impuestos, de reglamentaciones, de deuda y de la corrupción, no sufriremos un quebranto de importancia con la terminación del TLC con Estados Unidos, quien se llevaría la peor parte.
*El autor es profesor de Economía Política.
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