Fue el día de la Virgen de Guadalupe, el 12 de diciembre de 2016. No había cumplido aún dos semanas como gobernador, cuando Miguel Ángel Yunes Linares convocó a conferencia de prensa en Boca del Río, el municipio que, por ser gobernado por su hijo el mayor, lo asume como “la nueva capital de Veracruz”.
Ahí, Yunes Linares declaró a la entidad en “emergencia financiera” y explicó que tan solo para ese mes requería de 10 mil millones de pesos, y sólo tenía 3 mil millones.
En ese momento anunció acciones para reducir los costos de operación del gobierno estatal, e incluso de municipios, a pesar de la autonomía que la Constitución les otorga a los ayuntamientos. Fue su primera amenaza de cesar a “aviadores”, anunció la reducción del presupuesto a Comunicación Social, y un fuerte recorte en materia de viáticos y transportación.
Dio a conocer que reduciría el número de regidurías en los 212 ayuntamientos veracruzanos, y que los miembros de su gabinete no cobrarían su sueldo “hasta que haya recursos”.
El panorama que pintaba era catastrófico.
Desde entonces, la postura del gobernador con el gobierno federal fue de exigencia: “Veracruz requiere apoyo, no limosnas, de la Federación”, advirtió desde que rindió protesta.
La respuesta del gobierno de Enrique Peña Nieto no se hizo esperar: “El gobierno federal apoyará a las entidades que enfrentan complicaciones financieras, en la misma medida en la que los gobiernos locales hagan un esfuerzo por superar la crisis”.
Dicha respuesta no dejó satisfecho al gobernador veracruzano, quien llegó al despropósito de amenazar con salirse del esquema de coordinación fiscal.
En la ciudad de México las amenazas de Yunes Linares fueron tomadas con prudencia. “Es producto de la desesperación”, comentaban. “Pronto entenderá que lo que no haga él por sus gobernados, no lo pueden hacer otros”.
Y la Federación no abandonó a Veracruz. El propio titular de la Secretaría de Finanzas en la entidad, Guillermo Moreno (el segundo que ocupa ese cargo desde diciembre del 2016) admitió que las participaciones federales que habían llegado a la entidad eran superiores a lo previsto y que eso había permitido hacer frente al déficit que enfrenta el estado.
Y no sólo eso. El senador José Yunes Zorrilla, Presidente de la Comisión de Hacienda y amigo personal del secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade, anunció este fin de semana que como nunca en la historia moderna de Veracruz, el presupuesto del gobierno federal contempla aumentos considerables en los rubros más sensibles para las finanzas locales.
En el Ramo 28 de Participaciones Federales (de los llamados “de libre disposición”, esto es, que no están etiquetados) en 2017 se aprobaron 38 mil 798.5 millones de pesos. Para 2018 podrían asignarse 46 mil 394.9 millones de pesos, una variación nominal de 7 mil 596.4 millones de pesos.
Si el déficit anual ronda los 10 mil millones de pesos, tan solo en una partida el gobierno federal estaría cubriendo el 70 por ciento.
En el Ramo 33 de Aportaciones Federales, en 2017 se aprobaron 49 mil 16.8 millones de pesos. Para el próximo año se esperan 50 mil 728.9 millones de pesos, una variación de mil 712.2 millones de pesos.
El gobernador de Veracruz no se puede quejar. La Federación está haciendo su parte.
¿Cuándo conoceremos las medidas de austeridad de nuestras autoridades estatales?
No todo es pedir. Primero hay que demostrar que existe un verdadero interés por salir de esta crisis.
¿Quién dice yo?
* * *
Epílogo.
Y a propósito de disciplina financiera, ¿cómo le hará el gobierno estatal para comprobar la aplicación de recursos federales que ya fueron depositados y que no han llegado a los beneficiarios? Ese es el caso de los adultos mayores, o los programas de apoyo alimentario, del DIF estatal. El dinero ya llegó y no se ha entregado nada. ¿No que no había licuadora? *** En Pánuco este fin de semana el senador Pepe Yunes encabezó un “encuentro de la unidad priista”. Ahí dijo que “el PRI es un partido comprometido con las mejores causas de México y que hace propias las causas de la gente”. El domingo, Pepe Yunes se reunió con representantes de la llamada “corriente crítica” del partido tricolor, quienes externaron su preocupación por la falta de liderazgos formales y la exclusión que aplica el PRI en fechas recientes. *** En Las Choapas, en el interior de un vehículo Stratus, fueron encontrados los cadáveres de dos hombres. El hallazgo ocurrió la noche del sábado en un camino de la zona rural. Ambos cuerpos se encontraban en la parte de atrás de la unidad y presentaban impactos de bala. Incluso, fueron encontrados varios casquillos calibre 9 milímetros. *** En el puerto de Veracruz, trabajadores del sector salud del estado se manifestaron para exigir justicia por el homicidio del reconocido neurocirujano David Casanova López. El galeno asesinado fue reportado como desaparecido ante la Fiscalía General del Estado (FGE) desde el martes y fue hallado muerto la noche del jueves entre unos cañaverales a un costado de la carretera Córdoba-Naranjal, en el municipio de Fortín. De 55 años de edad, David Casanova murió degollado, presentaba signos de violencia y en el abdomen le fue marcada la letra “Z” con arma blanca. *** Sólo falta que el gobernador lo acuse de “andar en malos pasos”.
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