Estamos a merced del crimen organizado.
El nuestro es un gobierno fallido resultante de la impericia, incapacidad y promesas incumplidas de quien nos garantizó paz social a cambio del voto que lo llevaría a la gubernatura.
¡Que pena! Nos equivocamos, pero la circunstancia nos obliga a la reflexión para no repetir el mismo error de junio.
Hoy resulta inevitable el voto de castigo en las urnas para quienes no supieron, no pudieron o se aliaron con los saqueadores y lo peor del Duartismo, para darnos más de lo mismo. Para repetirnos la dosis.
Y es que Veracruz llegó al límite.
De cara a la nación, Veracruz es exhibido por la prensa nacional con vergonzosos titulares como el que este miércoles publica el diario Reforma donde destaca a ocho columnas que “Azota el crimen a veracruzanos”.
Se dispara la delincuencia en el gobierno de Miguel Angel Yunes, dice el cotidiano luego de hacer el recuento criminal a un año del gobierno del “cambio” que más ha parecido un cambio, pero en reversa.
“Los homicidios y secuestros han aumentado 39 y 37 por ciento respectivamente en los primeros 10 meses en comparación con el mismo periodo del 2916”, lo cual se traduce en que estábamos mejor cuando estábamos peor.
El robo con violencia subió el 50% y la extorsión se disparó un 200 por ciento, dice la infausta nota que para quienes vivimos en Veracruz se traducen en miedo, en ese temor de no saber si regresaremos a nuestras casas por las noches o nos encontraremos con nuestro hogar robado y esposa e hijas violadas.
De ese tamaño es nuestra tragedia.
Es el Veracruz que nos toca vivir bajo el mando de un hombre que no tiene control sobre sí mismo y que ejecuta el mando amenaza tras amenaza. Nomás no llega la paz espiritual a su ser.
Ese es pues, el Veracruz que en lo cotidiano presencia como crecieron los delitos del fuero común en un 21% y los robos de todo tipo, 31%.
Y está bien que la cuestionada familia del ex priista Ricardo García Guzmán quiera defender a su nuevo patrón con datos falsos o que el izquierdista, ahora redomado panista, Uriel Flores critique a quienes critican a Yunes Linares en el tema de la seguridad, pero ¿Cómo tapar el sol con un dedo?
Cómo, cuando ayer mismo cinco personas más fueron ejecutadas –aparte de dos presidentes municipales acribillados en días pasados- y dos hombres baleados cuando circulaban por la carretera Totomoxtle, en Cazones, al norte del Estado.
Entre los occisos están el empresario Luis Ernesto Gamundi, representante de la Asociación Nacional de Fiscalistas, además de su chofer.
Cómo convencer a la ciudadanía que la joven fiscal Yendi Guadalupe Torres Castellanos asesinada en las puertas de la misma fiscalía andaba en malos pasos ya que “traía problemas con maleantes” cuando la realidad es otra; fue criminalizada.
Tampoco creíble el dicho gubernamental que la escaldad de violencia desatada en Veracruz el último año es por disputas entre criminales como si los Zetas, Nueva Generación y el Cartel de Golfo vivieran en otro planeta y fueran tema ajeno a la violencia generalizada, a la población abierta.
Es un hecho que las ejecuciones no solo han afectado a presuntos criminales, pero innegable que durante este 2017 han sido asesinados políticos, líderes cañeros, empresarios, periodistas, personal de salud y civiles que han quedado en medio de enfrentamientos.
En los últimos 27 días –reseña Reforma- han muerto 122 personas, según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Nacional, elaborada por Inegi.
Y la escalada sigue.
Los veracruzanos, al menos buena parte, ya no ven la hora en que este amigo se vaya del gobierno o que finalice su gestión para dar paso a un nuevo proyecto que de verdad nos regrese la tranquilidad y paz social a pueblos y ciudades.
Para la familia veracruzana tal vez sea muy complicado no darle a la familia alimentos en la proporción debida, acaso le falte techo digno y desee una educación salud que tal vez nunca lleguen, pero si no hay seguridad no hay vida, no hay tranquilidad, la zozobra es permanente y el odio al gobierno es creciente.
Nuevas elecciones para renovar al gobierno del Estado habrán de sobrevenir. El pueblo es sabio. Manda y, como dicen los políticos de sí mismos, si se equivoca vuelve a mandar.
El primero de julio es previsible el voto de castigo contra Miguel Angel Yunes Linares.
Hoy más que nunca aplica la expresión aquella de que los carniceros de hoy, serán las reses de mañana.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |