Alcanzamos finalmente el primer lugar, pero en la tristemente célebre calificación del ser la entidad con mayor inseguridad pública de la república mientras el crimen organizado nos tiene de rodillas: a su modo, a sus reglas, a sus leyes.
El miedo es una realidad… ¡Y hay razón!
La masacre de la semana -22 ejecutados- concluye el fin de semana con la aparición de 90 pedazos de cuerpo correspondientes a nueve descuartizados que gracias a Dios eran gente mala.
Esos cabrones seguro que no merecían nacer y, tal vez desde la óptica gubernamental, debían ser exterminados con todo y padres e hijos, primos y suegras para que esta gente malvada no se vuelva a reproducir.
Ya mismo el gobernador, Miguel Ángel Yunes Linares, daba cuenta que “no son personas de bien” los sujetos descuartizados y regados en Xalapa. Precisó además que fueron nueve las personas halladas dentro de una camioneta en el fraccionamiento El Tejar, en Xalapa y una más que perdió la vida al tratar de escapar.
Así, en esa óptica, ¡Qué bueno que se lo echaron! al tratar de escapar de sus captores ya que estaba “identificado plenamente como el jefe de una banda”, según el señor Miguel Angel Yunes Linares.
“Son nueve y no son personas de bien...”, indicó el Mandatario.
Así pues, ni para qué espantarse, ojalá sigan los ajusticiamientos.
Pero además demos crédito a los honorables e imparicales diputados panistas que sostienen que la “pinche prensa” –el entrecomillado es del autor- al gritar que “los medios magnifican la violencia ya que los veracruzanos no se quejan”, declara el diputado local del PAN Sebastián Reyes Arellano.
Tiene razón el empanizado Reyes al asegurar que los veracruzanos no se quejan sobre todo los que ya están muertos que ni pio dicen.
¿Dónde está el gobierno y la gobernabilidad?
Pues la realidad oficial dice que no estamos tan mal como publican los periodistas al regresar este lunes a su casa la señora que habían secuestrado en Costa de Oro de Boca, sana y salva gracias a las tareas de “inteligencia” de la Fiscalía.
Y vaya que son inteligentes al fincar sus estrategias más que en prevenir el delito en resolverlo una vez cometido.
Así que, pa´que quejarse si estamos a toda madre.
Hay que separar la violencia de lo electoral, se dice. En efecto, tal vez sea mejor que los aspirantes se empeñen en promesas incumplidas, sueños de opio y quimeras para no lastimar a las instituciones, que en realidad no lo son ya que vivimos una monarquía, según el Peje.
A ese si –al Peje- hay que combatirlo.
Es un loco, parasito, que no paga impuestos, está guango y ¿qué creen? Es un tragón por eso está gordo “se la pasa comiendo todo el día”, jura Yunes Linares.
¿Dónde está el gobierno, dónde la gobernabilidad?
La neta es que como esto no va a parar ¡Que viva la alegría! Esta tarde del lunes el señor gobernador nos informa que “Veracruz tiene más visitantes que nunca al descartar que la violencia en el estado repercuta en el turismo.
No sabe el gobernador que la industria sin chimeneas firmó un convenio de colaboración con el Z-35 y de los de Nueva Generación para que envíen la agenda de masacres de los fines de semana a fin de que los turistas puedan llevarse la primicia de la masacre del día, que ya es parte del inmobiliario urbano.
Ya no habrá necesidad de pagar la franquicia de “Body Worlds Vital”, esa exhibición educativa sobre la anatomía, la fisiología y la salud humana, que permite a los visitantes observar el cuerpo humano desde una perspectiva sin precedentes, gracias a las innovadoras técnicas de preservación del doctor Gunther Von Hagens.
Así, el Museo del Cuerpo Humano de Veracruz, nuestro museo, será el más fresco del mundo.
¿Dónde está el gobierno, dónde la gobernabilidad?
El gobierno y la gobernabilidad en los hechos no existen. Ganaron la violencia y la muerte.
Decía Fernando Gutiérrez Barrios que en una sociedad organizada pudiera no haber dinero para el sustento, menos para el entretenimiento o compra de vestido y pago de la educación de los hijos, pero cuando no hay seguridad, no hay nada.
Veracruz, diga lo que se diga, vive momentos de zozobra. Van 13 años en donde en el día a día se registran decenas, cientos miles de masacrados –incluidos 22 periodistas- todos criminalizados, todos ligados a los Zetas y demás Carteles que pululan en el solar jarocho.
Tan solo en el sexenio anterior sumaron más de 22 mil desparecidos y masacrados.
En el presente la cifra crece en el día a día y por más que se justifique, pague publicidad en redes, se doble el chayote a los afines o se quiera engatusar a los veracruzanos, la realidad es una: en Veracruz el baño de sangre nadie lo para, menos con declaraciones que solo exacerban la irritación ciudadana.
En Veracruz el cambio es la solución.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |