Cuando su padre, Miguel Ángel Yunes Linares, emprendía como secretario de Gobierno del chirinato la feroz persecución en Veracruz del incipiente perredismo –la suma de organizaciones y partidos políticos de izquierda que primero, en 1988, se habían unido en torno de la candidatura presidencial del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano–, el hijo primogénito del actual mandatario estatal del PAN, Miguel Ángel Yunes Márquez, ya no era un menor de edad.

Por ejemplo, en la sucesión municipal de 1994, en la que en San Andrés Tuxtla –uno de los primeros bastiones más fuertes del neocardenismo en Veracruz– hubo un perredista muerto durante el desalojo policiaco del palacio municipal ordenado desde Xalapa por el alto funcionario chirinista, Yunes Márquez acababa de celebrar su cumpleaños número 18 en el mes de mayo.

Es entendible, pues, que por conveniencia política ahora el hijo simule padecer lagunas mentales y busque sepultar en lo más profundo de su memoria esos agravios del pasado que su padre perpetró en contra de la militancia y liderazgos del PRD para quedar bien con sus jefes: el gobernador Patricio Chirinos y el presidente Carlos Salinas de Gortari, señalados del fraude electoral contra Cárdenas. 

Por eso sonó aberrante el discurso que este miércoles, en su registro como precandidato a gobernador,  pronunció Yunes Márquez. “Estoy orgulloso de ser candidato del PRD, porque sé de su historia, sé de su lucha, sé de su esfuerzo, comparto sus ideales y estoy convencido que junto con ellos haremos un gran gobierno que consolide lo que empezamos en 2016”, expresó sin rubor el hijo del mandatario panista. 

“Comparto los ideales del PRD de buscar siempre la justicia social y siempre poner al centro de las decisiones a las personas”, remarcó el ex alcalde de Boca del Río, quien al igual que los dirigentes estatales y nacionales del sol azteca se olvidó de exigir justicia para el ex alcalde y ex diputado local perredista Víctor Molina Dorantes, ejecutado impunemente hace apenas 16 días en su rancho de Colipa.

Yunes Márquez presumió también de que “juntos PAN y PRD logramos desterrar la corrupción del gobierno de Veracruz”, cuando contradictoriamente ha estado reclutando a políticos y ex funcionarios muy cuestionados, ligados al ex gobernador priista Javier Duarte, para postularlos como candidatos a diputados locales y federales.   

El pasado fin de semana le dio la bienvenida al ex alcalde de Las Choapas y ex diputado local duartista Renato Tronco Gómez, quien después de militar en el PRI y PVEM acaba de pronunciarse a favor del hijo de Yunes Linares, coincidentemente después de ser exonerado por el asesinato de Alfredo Pérez Juárez, quien fue regidor en su polémica administración municipal.

Yunes Márquez declaró que el ex duartista “es un luchador social y garantiza el voto en el sur”. Tronco, a su vez, dijo  que el precandidato del PAN-PRD-MC “representa no la perfección, perfecto solo Dios, pero por currículo y por historia es lo menos malo.”

Aparte de su alianza con el ex contralor duartista Ricardo García Guzmán, a quien en campaña Yunes Linares prometió meter a la cárcel por ser “tapadera” de Javier Duarte, Yunes Márquez destapó también como precandidato a diputado de la coalición “Veracruz al Frente” a Eduardo Sánchez Macías, empresario periodístico y primo de Karime Macías de Duarte, a quien perfilan por el distrito de Martínez de la Torre, no obstante que en diciembre de 2016, el gobernante panista aseguró que la Fiscalía General del Estado investigaba a los propietarios de “Los Heraldos” por una asignación irregular de convenios publicitarios por 260 millones de pesos.