No logro ver a quienes dieron su confianza a Margarita Zavala, una ex panista, votando por un ex priísta, como Jaime Rodríguez, y viceversa; o a uno de los firmantes que apoyaron a Pedro Ferriz, quienes no deberían creer en los usos de la política, sufragando por Armando Ríos o la esposa de Felipe Calderón. Insisto, se tardaron.
Se unan o no, declinen total o sólo de manera parcial, en términos reales y estadísticos, los porcentajes de apoyo no pueden sumarse. La mayoría de las encuestas dan a los independientes, juntando sus porcentajes, en el mejor de los casos, de 13 a 15 puntos en la intención del voto. No hay posibilidad a estas alturas.
Habría sido interesante observar a Jorge G. Castañeda como “candidato” con el apoyo de todos los que hoy buscan ser independientes. Incluso, “una Margarita Zavala” tendría cuando menos posibilidades de competencia con el tercer lugar; o por qué no, a “un Pedro Ferriz” como el único sin pasado político evidente, respaldado por todos los hoy catalogados “rebeldes”.
Así como están: aislados y cada uno en su lucha, los que buscan ser candidatos “por la libre” no representan a un sector significativo de la sociedad, por el contrario, pervirtieron (quizá sin querer) la esencia de la independiente, convirtiéndola en una opción para “robar votos a alguien”.
De la manera como están actualmente, ningún “independiente” tiene opciones de rebasar el 10 por ciento de la votación. Zavala sólo robará votos a Ricardo Anaya; “el Bronco” al PRI o quizá a Morena; Ríos Piter al PRD, en su alianza con el blanquiazul, y Pedro Ferriz, a todos un poco.
En cualquier democracia del mundo resulta complicado que una candidatura independiente triunfe en una elección. Aquí, en Mexico, al menos en esta ocasión, a lo mejor “sin querer, queriendo”, se empeñaron en hacerla fracasar.
alejandroaguirre77@gmail.com
Twitter: @aaguirre_g
www.alejandroaguirre.com.mx |