La voracidad por el dinero y el poder no tiene límites, y la indiferencia se hincha acorralada por el miedo. Las calles se inundan de violencia y sangre, aunado –anegado- ahora de terror ahí mismito al interior de las casas y los hogares –que no es lo mismo-, la debas o no la debas. Caminamos con temor a la siguiente esquina y todos somos sospechosos. ¡Ah qué México acobardado!
Canto con José Alfredo Jiménez: “yo pa’ arriba volteo muy poco, tu pa’ abajo no sabes mirar…” Más pobres y más pocos ricos.
Que la bandera mexicana haya sido puesto al revés, no es la culpa del indio, sino de quien lo hace compadre, como compadre somos todos, pero no socios ni cómplices, ni compinches; sólo somos invitados, de honor sí, pero sólo invitados y ni siquiera nos conocemos, pero cuatachos sí que sí. Así son ahora las relaciones políticas-empresariales, de “amigis… migis”. ¿Y la justicia? Pos dicen que anda en malos pasos, como drogada, como contagiada… ¿de qué?
|
Lo más fuerte hoy es el crimen organizado, pero bien organizado, donde confluyen, dicen, cuates gobernadores y funcionarios y de todo un poco. Y aguas si te pasas tantito, porque no vives pa’ contarlo, ni tú ni tu familia.
Ya todo es igual, la vida no vale nada, ni un centavo: el peso mexicano sigue a la baja y ya estamos en el lodo. Pobre banderita mexicana, y aún falta mucho para el mes de septiembre, cuando entonces sí se nos hinchan los wuevos y gritamos: “¡Viva México, cabrones!” Ajá...
Pasa aquí y en China, en todos los rincones: un mundo patas arriba. Bueno, al menos no estamos solos o no somos los únicos. ¡Qué linda pendejez compartida! ¿Qué hacemos, Quimosabi?
Los días y los temas
Sale a flote la cloaca, la danza de los millones perdidos –que no desaparecidos- por políticos y funcionarios y empresarios y etc. Pero la pregunta es: ¿realmente se hará algo al respecto? ¿Los malhechores serán castigados? ¿Veremos de nuevo el dinero robado pero que sea utilizado, ahora sí, pa’ los más necesitados?
El cambio está por venir… Mi nieve la quiero sabor vainilla.
De cinismo y anexas
Por cierto, en una interesante entrevista publicada recientemente, el actor Héctor Suárez expresó: “Los políticos son los mejores comediantes en cualquier país; son unos cínicos y unos sin vergüenzas, lo digo en serio y hablo parejo, el que no roba de una manera roba de otra, el que no, hace tráfico de influencias, pero todos abusan del puesto que tienen y hacen todo menos su trabajo.
“Ya empieza a oler a mierda por toda la ciudad, que hacen popó en todos lados, con todas las cochinadas y trampas que hacen; preparémonos porque va a ser un olor espantoso, no les importa lo que suceda, el poder es lo único importante, ya ningún partido ofrece nada, ni el verde o el colorado o el tutifruti, lo único que quieren es quedarse con el poder a como dé lugar. Va a ser un año difícil.”
Más adelante afirma: “He estado tres veces a punto de perder la vida, esta última vez fue fuerte. Con el pavor, el terror y el pánico que tenía comencé a proteger a los malandrines; en público no dije cómo fue, donde sí lo dije fue en la Procuraduría, cómo fue de violento y de fuerte. He llegado a la conclusión de que creo no vale la pena arriesgar la vida de mi hija de seis años, de mi hijo 18, de mi hijo de 48, de mi hija mayor y de mi esposa, no vale la pena.
“Hasta que deje de respirar va a dejar de preocuparme este país que tanto amo.”
El actor señala: “Para salvar una nación no se necesita estudiar cualquier carrera, se necesita amor, amar a tu país y estoy cansado ya de esta indiferencia que mostramos, no reclamamos nada, no hay cultura del reclamo. Estoy harto de esa actitud, ¿por qué me la voy a jugar yo cuando está lleno de imbéciles que no dicen nada? Aquí para lo único que tenemos valor es para gritarle pu… a un portero cuando va a despejar, para eso sí tenemos valor y (estamos) perdidos en el anonimato.
“No nos descalifiquen de un mundial por un penalti que no fue, porque entonces ahí sí la hacemos de pe… salimos a la calle a reclamar, pero cuando nuestros derechos son pisoteados nos quedamos callados, mudos, quietos; ya estoy harto, no pienso arriesgar mi vida más, ni la de mis hijos diciendo más, no vale la pena. No es una actitud comodina, yo he llegado a esto para no perder la vida; sigo enfermo, mi vida no ha sido la misma, me entran ataques de ansiedad desde que me amenazaron de muerte, lograron amedrentarme.” (ttp://www.eluniversal.com.mx/espectaculos/television/los-ideales-electorales-casi-me-cuestan-la-vida-hector-suarez).
No, pos sí. Ahí nos vemos, jijos de su… |