A los morenos les importa un bledo que a nivel congreso federal y estatal hagan ganar a como dé lugar a personajes de papel, ya que lo importante es que sean fácilmente manipulables, comprables. Todo con tal de tener un poder legislativo a modo, arrodillado.
Es más, ni siquiera al mando de un eventual gobernador moreno, Cuitláhuac García, sino de Andrés Manuel López Obrador que está en el plan de toma todo, en un proyecto de totalitarismo, una verdadera dictadura.
Acaso por ello en las puertas de la jornada electoral más importante del último siglo, es imprescindible atajar afanes absolutistas con propuestas democráticas.
En el escenario electoral se está moviendo la mujer como factor de cambio.
Un serio intento lo está haciendo el PRI al nombrar una nueva dirigente de OMPRI, cabeza de un sector tan importante que es justamente la que habrá de decidir la elección de primero de julio.
Acaso por ello vale la pena voltear a propuestas tan importantes que han llamado la atención pública veracruzana como la candidata a diputada federal por la coalición “Por México al Frente”, Noreya Portilla Gumecindo, quien plantea el rescate de Xalapa rural hoy sumida en atroz miseria.
“Xalapa rural es un espejismo. Nada que ver con Xalapa urbano. Nada que ver con la Atenas veracruzana y nada comparable a la Ciudad de las Flores. Xalapa rural es el traspatio del abandono”.
Y tan abandonado está Xalapa rural, con más de 600 mil habitantes que jamás llegan los candidatos a diputados o alcalde, menos de los de Morena, al estar ciertos de que ganan las elecciones desde el café de “La Parroquia”.
Hablamos del distrito VIII de Xalapa rural.
Hablamos de Monte de Oro y Jerero pertenecientes al municipio de Úrsulo Galván; y usted preguntará, ¿qué hace una candidata a diputada federal por Xalapa rural allá por Chachalacas?.. Pues ese es, ni más ni menos, el Xalapa rural, incluida la comunidad Arroyo de Piedra, del municipio de Actopan.
En todos sus recorridos Noreya Portilla no sólo va a que la escuchen, sino que además va a escuchar a los habitantes de esos municipios. Noreya Portilla dice: “Les di a conocer mis propuestas, mientras tanto me llevo sus necesidades, prometiendo volver una vez ganando la diputación federal este próximo 1 de Julio, porque soy #MujerDePalabra”.
Pero bueno, en lo esencial esta dama va al rescate de lo esencial.
En Xalapa rural urge la regularización de la tenencia de la tierra, el propio reconocimiento al fundo legal, poner un alto a la brutal contaminación que arrojan a los ríos las cuencas lecheras, caminos, hospitales y escuelas.
En realidad Xalapa rural está en cero, “Se requiere, por ello, de una auténtica gestora de recursos federales hacia ésta abandonada región, hoy en agonía”, dice la aspirante.
Afortunadamente sus contrincantes de Morena son unos verdaderos impresentables: por el distrito fue designada la actual diputada local de ese partido, Daniela Griego Ceballos y para el Distrito de 10 de Xalapa a Rafael Hernández Villalpando.
En el primer caso, la señora Griego, que se enteró que ganó la diputación al día siguiente de la elección, nunca visitó el distrito electoral ya que se alzó en triunfo por el efecto Peje y ya en el Congreso local ha dedicado su vida legislativa a proyectar odios y corajes contra el PRI y el PAN, sin propuestas ni alcance legislativo alguno.
En el segundo caso, Rafael Hernández Villalpando fue el primer alcalde de oposición de Xalapa, en el periodo de 1997-2000, por el partido Convergencia de Dante Delgado, otro impresentable.
Villalpando entra a Morena con fórceps ya que los últimos 15 años de su vida los había dedicado a cuidar a sus nietos en apacible retiro. Hoy, sin embargo, busca el regalo Dante, de la diputación federal desde la ciudad de México.
¡Qué lindo pelado!
Xalapa rural, por tanto, merece un mejor destino.
Tiempo al tiempo.
*El autor es Premio Nacional de Periodismo |