PRACTICAMENTE, con la jornada electoral, termina el proceso político que nos ha venido ocupando desde hace varios meses, aunque, como se sabe, las consecuencias, como son las impugnaciones que se hagan, también forman parte de este mismo panorama político, ya que este tipo de inconformidades se tienen que resolver por las autoridades correspondientes, las cuales tienen que dar su veredicto, incluso hasta unas cuantas horas antes de que los nuevos puestos de elección sean protestados y ocupados por los que resulten, finalmente, ganadores de la contienda.
Pero todo esto, sin duda alguna, es cuestión del mismo proceso electoral y todo lo que suceda en la posteridad tendrá que irse acomodando de acuerdo a los tiempos que se tienen que dar en cumplimiento de las propias disposiciones político electorales.
Sin embargo, dentro de todo este asunto, no hay que olvidar que en muchos días y meses, hubo, dentro de la competencia electoral, varias acusaciones se hicieron mutuamente los candidatos y que al calor del proceso electoral, se presentaron descalificaciones que ahora, los mismos protagonistas de este importante momento político, tendrán que continuar para dar respuesta al pueblo mexicano, pues si bien, concluido el proceso, se quedan aquellas interrogantes de si fueron o no ciertas las acusaciones que se hicieron o fueron parte, solamente, de la guerra política, en donde se dice que se vale de todo.
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Será justo que una vez concluido todo el proceso electoral, parte por parte, todo aquello que se expuso públicamente, se le de seguimiento, de tal manera, que si un Ricardo Anaya, fue puesto en el banquillo de los acusados por ciertos delitos cometidos en determinado momento, pues que se le siga investigando para que haya una decisión final por parte de un tribunal y en todo caso, de ser culpable, pues que se le castigue como a un ciudadano normal. Esto, como ejemplo, pues lo mismo puede suceder en otros casos, no precisamente, de los que aspiraron, sino en todos los cargos públicos que se eligieron y donde aparecieron, incluso pruebas fehacientes de que tal o cual candidato, tenía una larga cola que le pisaran.
No pues quedar impune nadie de los que fueron exhibidos por haber cometido irregularidades dentro del marco de la ley, por lo que justo sería que al pueblo mexicano que fue el principal receptor de todas estas acusaciones, sepan, finalmente, en que quedará el asunto o los asuntos y el castigo que merecen los que sean, finalmente, casos probados de deshonestidad políticas, económica y electoral.
Si las cosas, quedan como antes, pues de nada habrá servido que dentro del proceso electoral, se haya desenmascarado a los delincuentes, aún cuando éstos hayan sido candidatos, porque a la vista del pueblo mexicano, las investigaciones que tienen que arrojar, desde luego, los resultados y dejar plenamente esclarecidas estas acusaciones, trátese de quien se trate. Es tiempo, pues de hacer responsables de los que fueron candidatos y que en determinado momento sacaron a la luz todos los trapitos sucios de cada uno de ellos, para que ahora, tengan que responder por esas acusaciones, pues si nada sucede, volverá a quedar en entredicho la palabra de quienes acusaron y una especie de impunidad para los que pudieran ser responsables de los hechos denunciados.
Es cierto, el proceso electoral, ya terminó, aparentemente, pero qué pasará, pues, con todas las acusaciones que se hicieron, pues es de entenderse que son verdades que salieron a la luz como consecuencia de una competición electoral, y de no dársele seguimiento, entonces, de qué se trata, de una tomadura de pelo para el pueblo mexicano o simplemente, inventos para atacarse mutuamente y que ahora, tranquilamente, se diga que hay perdón para todos.
Las estrategias políticas tienen su objetivo, el de descalificar a los contendientes, pero sí las acusaciones vertidas no son tomadas en cuenta por la autoridad o bien se perdona, finalmente, estos asuntos, cuál será la cara que tengan que dar los partidos políticos, los candidatos y todos aquellos actores políticos que entraron a la contienda para ser parte de toda esta escaramuza, donde todos salgan perdonados, dejando al pueblo mexicano, en espera de que haya una respuesta a todo lo que se dijeron, a todas las pruebas que presentaron, a todos los documentos que se publicaron.
Si no hay aclaración respecto de las acusaciones, ¿quién, cree usted, amigo lector, que en el futuro crea todas estas farsas?.
No, concluido el proceso electoral, que se diga exactamente que pasará con la compra venta irregular de la nave industrial de Querétaro, que se diga el resultado de las investigaciones acerca de los sobornos de Odebrecht, incluso de lo que, verdaderamente ha vivido López Obrador, así como de muchos otros casos que el pueblo conoció en las campañas políticas.
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YA QUE MUCHOS CANDIDATOS abrieron la caja de pandora, pues ahora que se cumpla con las promesas y compromisos contraídos, respecto de quienes aseguraron que llevarían a la cárcel o cuando menos que sean investigados a todos aquellos que pudieran ser responsables de ciertos hechos políticos, administrativos y electorales, en este caso del proceso electoral que apenas ayer termino en su fase más interesante, aunque, como ya comentamos, seguramente que las consecuencias no se harán esperar, sobre todo por las impugnaciones que seguramente se harán.
Todos son responsables, de alguna manera, de haber expuesto todos los males de algunos de los candidatos, por lo que, siguiendo el comentario anterior, lo más conveniente es que se llegue hasta las ultimas consecuencias y que si salieron trapos sucios, que se leven y que no sea, precisamente en casa, sino públicamente y puestos a consideración de una autoridad.
Hasta ayer, era el comentario, pues depositado el voto, los ciudadanos, se preguntaban que pasará con todo lo que se dio a conocer durante las campañas políticas y esa es la responsabilidad que ahora tienen todos aquellos que dijeron y prometieron ante millones de mexicanos, que harían durante su gobierno.
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A DETERMINADAS HORAS, del día y de la noche, las autoridades de Tránsito del Estado, han decidido dejar pasar a buena parte del transporte pesado por el centro de la ciudad, especialmente, por la avenida Lázaro Cárdenas, que en consecuencia de lo mismo, se han venido dando diversos accidentes en donde se ha puesto en peligro permanente a toda la población de esta ciudad.
Hay varios ejemplos de lo que ha estado sucediendo, pero basta, solamente, señalar el ocurrido la noche del sábado, donde un transporte pesado, se incrustó en los árboles que se encuentran en el camellón central, frente al Cementerio Palo Verde.
Este se ha convertido en un constante peligro para los habitantes de la ciudad, pues sin respetar las determinaciones anteriores, la Dirección de Tránsito, ha estado incurriendo en responsabilidad, hasta que se dé un accidente mayor, sobre todo en esta avenida que resulta ser en la actualidad sumamente peligrosa y por donde transita la mayor parte de la gente de esta capital veracruzana.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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