Mayo del 2016. Eran los tiempos en los que el economista Hilario Barcelata Chávez destacaba por la agudeza en sus análisis, difundidos en diversos medios de comunicación.
Eran tiempos de campañas electorales y se aventuró a hacer un diagnóstico de las propuestas que en ese entonces presentaba el candidato de la alianza PAN-PRD, Miguel Ángel Yunes Linares.
En los temas económicos, sus especialidad, Hilario Barcelata opinaba:
“Miguel Ángel Yunes centra sus propuestas en un uso desmedido de los incentivos fiscales y los subsidios con el propósito de generar crecimiento económico, mejorar el empleo y atraer nuevas inversiones, pero en ninguna de esas propuestas representa un instrumento de impacto económico considerable, además de que en conjunto no constituyen parte de una estrategia integral de desarrollo económico sino esfuerzos aislados que sólo tendría efectos limitados regional y sectorialmente”.
Al inicio de su segunda campaña por la gubernatura, en el 2016, Miguel Ángel Yunes Linares presentó a los veracruzanos diez puntos que, dijo, haría realidad en caso de llegar al gobierno estatal:
Programas de ahorro y austeridad. Reestructuración de la deuda. Negociar una tasa de interés interbancaria de entre 2.5 y 3%. Crear la Oficina de Promoción que oferte a empresas de Veracruz en el país y el extranjero, y cerrar las representaciones del estado en Miami, Estados Unidos, y Madrid, España. Mejora regulatoria, simplificación para la apertura e instalación de negocios. Fomentar la capacitación y seguridad social al empleo (reducir la informalidad). Crear un registro para los cerca de 45 mil empleados del sector petroquímico que serán despedidos a consecuencia de la reforma energética, con la intención de promoverlos en México y el extranjero en empresas del mismo giro. Acordar con empresas dedicadas a la exploración y producción que el 60% de las plantillas laborales estén conformadas por veracruzanos. Crear una nueva estrategia turística. Dar un nuevo impulso a exportadores, y garantizar equidad para las mujeres y grupos vulnerables en el ámbito laboral.
Pero no fueron las únicas propuestas en esa materia. Como bien lo detectó el economista hilario Barcelata, Yunes Linares se comprometió en múltiples ocasiones a reducir el impuesto a la nómina, del 3% al 2%. Esto opinaba Hilario Barcelata:
“Aunque la magnitud de los ingresos públicos es limitada, propone reducir la tasa del impuesto a la nómina del 3 al 2%, lo cual representará la reducción de casi 600 millones de pesos en el presupuesto estatal. Es cierto que el incremento de la tasa autorizada el año pasado fue una pésima decisión, pero también lo sería revertirla en este momento en que el gobierno del estado pasa por un momento de profunda debilidad y es altamente vulnerable a cualquier intención de reducción de los ingresos o incremento del gasto”.
Para tranquilidad de este especialista en temas económicos, y de todos los veracruzanos, el 90% de los “compromisos de campaña” no fueron cumplidos.
Este lunes, a poco más de un año de distancia de aquellas promesas hasta hoy incumplidas, los dirigentes del sector privado de Veracruz calificaron como “un acierto” la decisión del gobernador electo, Cuitláhuac García, de incorporar en su gabinete, como titular de la Secretaría de Desarrollo Económico y Portuario (Sedecop) al empresario xalapeño Ernesto Pérez Astorga, porque –dijeron- “es un empresario franco y directo, y conoce el calvario que se vive para abrir un negocio en Veracruz” y confiaron en que será un funcionario “que sabrá coordinarse con los empresarios”.
En opinión de los dirigentes empresariales, para impulsar la economía de Veracruz se requiere “atraer nuevas inversiones y crear fuentes de empleos”, por lo que quien esté al frente de la Sedecop debe tener cercanía y constante diálogo con los inversionistas.
Dijeron que “por décadas” han solicitado a los gobernadores de Veracruz que en este cargo nombraran a un empresario que conociera del ámbito y mantuviera el contacto directo, sin embargo no eran escuchados.
¡Ojo! No hay que perder de vista que estos mismos empresarios son los que –según el propio Yunes Linares- se coludieron con Javier Duarte y sus colaboradores.
“Veracruz durante 12 años tuvo una sociedad acrítica, y muchas organizaciones incluso empresariales, que no tuvieron, que no tomaron la decisión de oponerse a lo que sucedía en Veracruz, cuando todos sabían lo que sucedía (…) Y no lo hacían no solo por temor, lo hicieron porque muchos de ellos participaron de la corrupción, la corrupción no era el Gobierno nada más, la corrupción también eran empresarios y hay que decirlo”, afirmó el aún gobernador el 9 de marzo del 2017.
¿Y el estímulo a la inversión y a la generación de empleos?
¿Y los estímulos fiscales y los apoyos a Pymes?
Sería “ingenuo” (dixit Miguel Ángel Yunes Márquez) pensar que todo esto lo iba a cumplir en sólo dos años, cuando la prioridad era imponer la monarquía.
* * *
Epílogo.
Dicen que desde hace un buen rato las cosas no están bien entre el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares y el dirigente estatal de su partido (sí, suyo, de su propiedad) el PAN, José de Jesús Mancha. Tan fuerte es el distanciamiento, que ya se especula sobre la posibilidad de que Pepe Mancha sea relevado de la dirigencia. Quien ya aparece apuntado es el actual secretario de Desarrollo Agropecuario de Veracruz, Joaquín Guzmán Avilés. No hay que perder de vista que Tantoyuca, el feudo del “Chapo” Guzmán Avilés, es el municipio con el más alto padrón de militantes panistas en todo el país. Es, además, de los operadores de mayor confianza del gobernador. Si levanta la mano, con seguridad le darán el partido.
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