Al final, cada quien hace política como las entendederas se lo permiten.
Lo cierto es que la cesión política del mandatario estatal, así de simple, deja marca, deja huella, en el anecdotario del quehacer político de Veracruz... por supuesto, de quien tenga la casta para recordarlo, como igual se ha de recordar el encuentro que tuvo López Obrador con Javier... pero no se espanten... nos referimos a Javier Corral, gobernador panista de Chihuahua.
Si usted espera que haya un encuentro entre AMLO y MAYL en lo que resta de este año administrativo para el segundo, créame que de darse, se estaría hablando del talante político del mandatario de la nación electo y entonces allí sí se creería su “nobleza obliga”.
Pero cuando desde el altiplano y en la aldea se busca darle un trato igual a Yunes Linares como el que los mismos priístas le dieron a Javier Duarte de Ochoa, pareciera que Morena quiere hacer de lado a la Mafia del Poder y al duartismo para generar un “villano propio” en la figura del choleño... baste recordar “el vuelo” que le dieron a una columna nacional titulada “Dos gobernadores y Lozoya en la mira”.
El PAN bien podría aprovechar esta inercia que desde las pasadas elecciones el mismo López Obrador hizo sobre el mismo Yunes Linares. Las confrontaciones que hubo entre el entonces candidato a la presidencia y el Gobernador, puso en la misma categoría, en el mismo peso, en la misma condición a Yunes Linares al subirlo a su ring AMLO.
¿Y cómo aprovechar esta inercia?
Con un Gobierno sin contrapesos como el que se avecina con López Obrador, agregue a ello la sumisión que el PRI adoptó, el PAN vuelve a uno de los terrenos en los que históricamente se desenvuelve mejor: la oposición.
Y no hablo de ser “contreras” por serlo nomás… sino por una condición natural de contrapesos propios que requiere la alternancia que en breve se ha de vivir en México con un partido que ha de conocer en la mayoría de sus simpatizantes el concepto de “aplanadora”.
¿A qué voy con ello? Sólo lo pongo en el imaginario… Yunes Linares, conocedor no sólo de la administración estatal, sino también de los asuntos federales, que maneja las tesis políticas al derecho y al revés y por supuesto, entrón, al estilo del Bronx político, ¿como contrapeso de un Gobierno local… o por qué no, federal?
Por supuesto, su reacción ha de obedecer a filias o fobias… a como las entendederas se lo hagan saber. Yo sólo pretendo ponerle sabor al caldo...
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