El Presidente Electo, Andrés Manuel López Obrador tuvo que compartir, creo que por primera vez, los reflectores mediáticos, aún y cuando su evento debería haber sido lo más importante en las noticias.

Sin embargo, la maestra Elba Esther Gordillo se lo echó a perder.

Su liberación la medianoche del martes sigue robando titulares y columnas de opinión. Hay toda clase de supuestos acerca de su liberación, supuestos que claro, son de café, nadie puede probar que haya sido una negociación política como asegura el secretario general del PRD.

Lo que si deja en claro esta resolución de un juez federal, es que México es una cochinada en cuanto a impartir justicia se refiere.

Con la mano en la cintura te encochinan, te despedazan mediáticamente, rompen familias, llevan a  la quiebra a las mismas y te dejan así, sin siquiera con un usted disculpe, con los años de cárcel a cuestas y el descrédito total.

Lo de Elba Esther, de ser totalmente legal, habla de una pésima integración del expediente por parte del ministerio público y una terrible defensa del mismo. La propia ministra en retiro, Olga Sánchez Cordero, afirmó en entrevista radiofónica, que ella desde un principio vio poco sólidas las acusaciones en contra de la maestra.

Sin embargo, así y todo, pasó cinco años en la cárcel, siendo no culpable, de acuerdo con el resolutivo. Queda claro que en este País puedes salir del bote si tienes con que pagar un abogado caro que te sepa defender. En caso contrario, te lleva la fregada de por vida. 

Pero si por otro lado, como se dice en los chismes, su libertad es producto de una supuesta negociación, pues solo reafirma que vivimos en un México en donde la justicia es selectiva, es para ricos y para quienes tienen  influencias. De otra manera, estás jodido.

Que pinche justicia. Y todavía se preguntan porque arrasó  López Obrador en la elección, pues por eso, porque estamos de hartos de tanta porquería, de tanta injusticia, de tanta desigualdad.

Por eso el Presidente Electo es para muchos, es el gran salvador, porque ya no es posible seguir viendo que, o te acusan sin solidez, o lo hacen por joder, simple y llanamente.

Ese no es un México de justicia, de igualdad y democrático. Eso se tiene que acabar y es por ello que AMLO tiene en las manos la responsabilidad histórica de acabar con todo esto.