Desatinos y políticas públicas erróneas están provocando desánimo social. La ciudadanía está dejando de creerle a quien aún no toma posesión de la silla del águila.
El siempre sí a los gasolinazos, el incumplimiento a Ninis, Amloveres y Chairos y el ejército de huevonazos que votaron por él, el nuevo aeropuerto siempre sí va, los militares que seguirán en las calles y la rebelión del tonto útil de Cuauhtémoc Blanco, están provocando que al nuevo gobierno se le haga bolas el engrudo moreno.
Los virreyes que tienen tan molestos a los 32 gobernadores, la deserción de los equiperos de AMLO, el chantaje del “gober precioso” de Chiapas, Manuel Velasco que se pasa por la entrepierna la Constitución.
Los devaneos de las divas Porfirio Muñoz Ledo y el porro de Gerardo Fernández Noñora, y el irrealizable “Tren Maya”, nos regresan a una forma de gobierno que rechazamos 30 millones de mexicanos el pasado primero de julio.
Lo de Peña Nieto y el perdón y olvido. El asunto Bartlett. La inconformidad de Tatiana Clouthier. El sueño imposible de una Guardia Nacional. Los pillos del panismo y el priismo incorporados a la próxima elite del poder.
¡Uff!.. El pudridero político está rebosante.
Y la cereza del pastel que da el impresentable Cuauhtémoc Blanco, quien en mala hora fue inventado por un partido desaparecido (PES), pero que gracias al chapulineo fue cachado e incorporado por Morena con los resultados ya vistos.
Que no sorprenden a nadie cuando el de la mochila natural desdeña t reniega sus orígenes que lo hicieron grande en la política, al Peje a su cuarta transformación.
Y también a todos los que los aplaudieron y ayudaron a que ganara primero la presidencia municipal de Cuernavaca y luego la gubernatura del estado de Morelos.
Para el histórico dejar anotado lo que dice este joronche que piensa con lo que le hizo famoso, sus pies.
El “Cuau” dice a Morena que “no venga a decir que por el señor Andrés Manuel López Obrador, yo gané”.
¡Up´s!
Para este bruto su victoria fue gracias al gran trabajo que hizo y la gente que votó por él. Olvidó que fue el efecto Morena, que fue el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador, que fue el dinero que se invirtió, que fue el hartazgo canalizado por el ex futbolista quien ascendió gracias a quien le mentaba la madre todos los días, al gobernador Graco Ramírez.
Eso y a que la estructura lo hizo ver como inteligente y ganador.
“Yo si tengo humildad y Morena no me hizo ganar (o) la Coalición, aquí ganamos todos”, sostiene el decadente futbolista más conocido por sus francachelas y su fama de golpeador de sus mujeres.
Y ora sí que valiente apoyo y respaldo al Peje cuando afirma que la gente votó por él para hacer un cambio verdadero en donde “yo –según afirma- no he traicionado a nadie”.
“Que no se equivoque por decir españolete –afirmación de Morena en su contra al pretender nombrar a un español como su jefe de gabinete- porque ello es insultar a los españoles que viven y están casados en México”.
Todo un desmadre el armado por este que piensa con las patas. Todo un conflicto para la causa pajista que siendo dueña de la República es dueña de nada.
Aun no toma posesión el presidente electo López Obrador y la barca ya le está haciendo agua. Su paz y amor que ha venido proclamando se está volviendo un sueño de opio.
Y el cambio profundo al menos en el estado de Morelos está chocando con un disidente atarantado que declara “¡El estado soy yo”!
Cuauhtémoc Blanco, como otros, son gobernantes improvisados, cortos de lenguaje, prestos para a mentada de madre, irascibles ante el mínimo reclamo, intolerantes a la crítica y amos y señores de pueblos y ciudades.
Pobre México ¿Cómo es que seguimos de pie?
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |