Se llama Héctor Ruiz Escalante y es licenciado en educación física por la Universidad Veracruzana. Ha sabido cultivar la amistad de la medallista Ana Guevara, quien se convertirá en la titular de la Comisión Nacional del Deporte (Conade) en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y Ana, desde su privilegiada posición, impulsa a su ahijado para que ocupe la dirección del Instituto Veracruzano del Deporte (IVD) en el gobierno de Cuitláhuac García Jiménez, solo que… solo que Ruiz Escalante se desempeñó como Director de Desarrollo del Deporte y responsable de las selecciones de atletismo del estado durante la administración de Roberto Bueno Campos, al frente del instituto, y fue acusado de acoso sexual por una atleta menor de edad y denunciado por el padre de la misma, lo que obligó al Flamer a destituirlo (faltaba menos), mientras que la Federación Mexicana de Atletismo lo inhabilitó por dos años.
Triste historia, la del Instituto Veracruzano del Deporte.
De entre las muchas dependencias del poder Ejecutivo que requieren una reingeniería y un saneamiento urgentes, se encuentra el Instituto Veracruzano del Deporte (IVD), entidad de gran importancia ya que es, dentro de la educación integral, uno de los tres aspectos primarios: el cognoscitivo, el afectivo y el psicomotor o deporte. Luego entonces su importancia en el ámbito educativo es fundamental.
Pero el IVD no ha cumplido, desde su creación, con los objetivos para los que fue concebido; en cambio, sí ha servido para el pago de favores (facturas) a quienes han sido directores, desde el primero en tiempos del gobierno de Dante Delgado Rannauro, que impuso ahí a su compadre Fernando Pérez Campos, quien siempre atendió el changarro del IVD en estado de ebriedad; posteriormente, lo hizo la dupla Sedas-Gavito, para después entregar la dependencia a Roberto Emanuel “Cacala” Blanco, un priista recalcitrante, recomendado del marchista Raúl González, quien en aquel tiempo era titular de la Conade.
A Roberto Blanco lo sustituyó el ingeniero y ganadero Carlos Sosa Lagunes, quien cooperó económicamente para la campaña de Miguel Alemán, pero como no le pudieron dar la Dirección de Ganadería, que él buscaba, lo mandaron con su aparatosa figura a dirigir los destinos del Instituto Veracruzano del Deporte, dependencia que usó solo para promover su deporte preferido, el béisbol (cuando menos se ocupó del rey de los deportes), y posteriormente, gracias a su compadre Fidel Herrera Beltrán, fue ratificado en el cargo, llevándose la sede del IVD al Puerto de Veracruz para poder atender sus ranchos y, al mismo tiempo, el negocio del IVD, solo para entregar desastrosos resultados en las olimpiadas infantiles y juveniles, por lo que fue relevado y en su lugar entró el expresidente municipal de Veracruz, Roberto Bueno Campos, propietario del grupo musical Los Flamer´s, quien ni tardo ni perezoso dio de alta a toda la banda musical en la nómina del IVD. Lo único que se recuerda de Roberto Bueno a su paso por esa noble institución es el escándalo que protagonizó el Director de Desarrollo del Deporte y responsable de las selecciones de atletismo del estado, Héctor Ruiz Escalante, acusado de acoso sexual por una atleta menor de edad, lo que obligó al Flamer a destituirlo. Eso seguramente lo ignora Ana Guevara.
Roberto Bueno Campos pasó por la titularidad del IVD sin pena ni gloria y, tras ser acusado de no pagar las becas a los deportistas más destacados, de los pésimos resultados que tenía y de los aviadores que sostenía en su nómina, fue sustituido por otra fichita, Rafael Cuenca Reyes, “Fallo Cuenca” para los porteños, quien convirtió al IVD en un harem del gobernador Fidel Herrera Beltrán y terminó su estancia al frente de esa institución hasta la llegada del gobernador Javier Duarte de Ochoa.
En la administración duartista, como pago a los favores de su señor padre, el ganadero Carlos Sosa, el de las cabalgatas partidistas, y para la organización de los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2014 fue nombrado Carlos Sosa Ahumada, quien después renunció a la titularidad del IVD para competir como candidato priista a la diputación local por el distrito de Medellín de Bravo y, en su lugar, entró Fátima del Ángel, reconocida alpinista, quien ya se encontraba en el Instituto como Secretaria Técnica.
Con la llegada de la alternancia, el arribo al gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, que se hizo llamar “el gobierno del cambio”, al IVD llegó María de los Ángeles Ortiz Hernández, calificada por los directivos de asociaciones de deportistas veracruzanos como la peor directora que ha llegado a esa institución; hace poco fue denunciada por dejar de pagar las becas de diez mil pesos a presidentes de Asociaciones Estatales Deportivas y entrenadores, de box, halterofilia, atletismo y fútbol, entre otras, para reducirlas a tres mil pesos mensuales, cantidad insuficiente para dar entrenamientos a jóvenes y niños, según lo denunciaron los afectados.
En conferencia de prensa, la presidenta de la Asociación de Juegos y Deportes Autóctonos del Estado de Veracruz, Griselda Rivera Sánchez, expuso que la directora del IVD, María de los Ángeles Ortiz Hernández, cerró las puertas y eliminó los apoyos, por lo que solicitó al gobernador Miguel Ángel Yunes Linares que los escuchara.
Dijo que a todas las Asociaciones Deportivas de Veracruz, el IVD les retiró las becas y suspendió los pagos a entrenadores y aun así, han participado en competencias nacionales. “No es justo que a nuestros deportistas se les tenga en esta manera tan indignante. No es una revolución sin causa, queremos dar a conocer lo que está pasando en Veracruz”, dijo Rivera Sánchez. Por su parte, el entrenador de la liga xalapeña de Halterofilia y Levantamiento de Pesas, Luis Tapia Arizmendi, señaló que hay “corrupción” al interior del IVD porque a una mujer atleta se la llevaron a competir del puerto de Veracruz al Regional de Levantamiento de Pesas en Guanajuato, y no le dieron alimentos, ni ropa de calidad.
Como se puede ver, al deporte veracruzano tiene mucho tiempo que no le va bien, los paisanos que han querido practicar un deporte con el apoyo oficial no han tenido esa oportunidad porque al frente del IVD no ha llegado la persona idónea. Lo peor es que un pederasta como Héctor Ruiz Escalante, tampoco lo es.
REFLEXIÓN
Las megafosas serán el camino hacia un penal de las autoridades que ya se quieren ir. Escríbanos a mrossete@yahoo.com.mx formatosiete@gmail.com www.formato7.com/columnistas |