El tema, como se sabe, no es nuevo, sino que se viene arrastrando desde que el Ex gobernador del Estado, Javier Duarte de Ochoa, salió inesperadamente de la entidad, siendo todavía Gobernador del Estado, con una licencia otorgada mientras huía de quien podría ponerlo tras las rejas, aquí mismo, en la propia entidad veracruzana.
Se fue, se ocultó y finalmente fue descubierto, luego apresado y trasladado, mediante un proceso de extradición, a la ciudad de México, al cumplirse la orden de aprehensión girada en su contra y ejecutada por la Procuraduría General de la República, a través de las autoridades de la Republica de Guatemala, donde ya se encontraba prófugo de la justicia mexicana.
Pero esto, como decíamos, es un tema viejo, aunque lo más nuevo es la controversia que ha generado, desde luego, la esposa del Gobernador, que ahora se descubre que tenia una mansión en Miami, cuyo costo es fue de siete millones de dólares, es decir, el mismo costo que tuvo la casita blanca de la Gaviota, en la ciudad de México.
Efectivamente, la primera dama de Veracruz, aspiraba a convertirse igual que la primera dama del país, por poseer dicha mansión de siete millones de dólares, aunque no en México, sino en los Estados Unidos. Así es que, las dos primeras damas, la del Estado, como la del país, tuvieron, casi al mismo tiempo, una casa del mismo valor, por lo que las dos, seguramente, tenían ya en mente que merecían abundancia.
La Gaviota, esposa del Presidente de la República, conserva, todavía, esta propiedad, que luego del escándalo no se tocó para nada y ahora que ya se van del poder nacional, conservarán, seguramente, este llamado insulto a la nación y a los más de cincuenta millones de pobres que se han acumulado a todo lo largo y ancho del territorio nacional, porque de acuerdo a las recientes declaraciones del Presidente electo de México, no verá para atrás, sino para adelante, lo que quiere decir, que no perseguirá a nadie por los escándalos de corrupción que se han dado, también, a nivel federal.
Así es que si alguien desconocía el precio de la casa blanca, pues también es similar al costo de la casa recientemente descubierta en Miami, como propiedad de la ex primera dama de Veracruz, cuyo valor de ambas, es de siete millones de pesos, al momento de haberlas adquirido, aunque en este momento, seguramente que los costos han aumentado debido a la plusvalía que ya tienen.
En fin, de que tanto en la federación, desde hace tiempo, se tostaban habas, como en Veracruz, las mansiones de ambas, tanto la de Doña Karime, como la de la famosa Gaviota, tienen el mismo costo y son tan grandes las dos propiedades que les sobra espacio, mientras que en Veracruz, como a nivel nacional, hay infinidad de familias que no han logrado tener hasta estos momentos, una casa modesta donde vivir dignamente.
Los casos, son producto, desde luego, de la corrupción, que ahora derivan en abundancia para quienes han servido con esfuerzo, tanto a Veracruz, como a México, y que debido a esas altas preocupaciones por los demás, han buscado merecer abundancia en todos los sentidos, principalmente, la riqueza en dinero, y la abundancia en odio, porque eso es lo que, finalmente, es lo que expresan los pueblos hacia sus gobernantes, cuando éstos no cumplen, ni siquiera parte de lo prometido, al gobernar un Estado, o una nación.
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SIGUE LA POLEMICA en relación a los sueldos devengados por titulares de diversas dependencias del gobierno federal. Después de haberse legislado para evitar que algún funcionario gana más que el Presidente de la República, se ha desatado, prácticamente, una ola de comentarios que no llevan, de ninguna manera, a nada bueno.
Y es que, primero, la discordia por el sueldo. Que si el fulanito gana más que el Presidente, y que si algunos otros funcionarios, tienen sueldo escandaloso. Todo puede suceder con respecto a esta situación, pero nadie ha dicho que en la realidad, el sueldo del Presidente, es lo menos que importa o cuando menos que ha importando en las últimas décadas.
Todos aseguran que un sueldo igual o mayor al Presidente, es un sueldo fijo, del cual se tiene que pagar la escuela de los hijos, la alimentación y el vestido, los servicios médicos, los transportes, en fin, una serie de necesidades que no tiene, en la realidad, el mandatario nacional.
Es más, cuantos en todo el país y seguramente casi todos, aceptarían el reto de gobernar a México, sin necesidad de sueldo y no es necesario que se explique porqué, sencillamente, al Presidente, lo menos que le interesa es precisamente lo que va a ganar. Que me pongan de Presidente, y no cobro nada, ningún sueldo, podrían asegurar muchos ante esta polémica que se ha desatado a nivel nacional, porque sencillamente no se pueden comparar las actividades presidenciales con las de un empleado, así sea el titular de alguna dependencia federal, siempre estarán supeditados a las instrucciones de quien manda a nivel nacional y aunque quieran, el sueldo será el mismo. No así para el Presidente, que en principio, tiene todo pagado. El sueldo, prácticamente lo puede guardar por todo el sexenio. No le hace falta y en esto nadie se ha detenido a pensar que no se deben fijar sueldos basados en lo que gana el Presidente.
Si hay necios que aún no entienden las razones por las cuales se dice que lo menos que importa es el sueldo del Presidente, pues que pregunten, porque así se darán cuenta que de nada sirve la polémica en torno a los sueldos, si bien se sabe, que el sueldo de Presidente, lo compone todo, incluyendo su propia comida que va por cuenta de la nación.
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SI ANDRES MANUEL López Obrador, y Cuitláhuac García Jiménez, se pusieran en el plan de castigar a todos aquellos que han incurrido en serias irregularidades dentro del ejercicio de su responsabilidad, seguramente que no habría penal alguno que pudiera albergar a tanta gente.
Sí, lamentablemente, es verdad, pues a nivel federal, las cosas no terminan bien, pues hay muchas irregularidades que en estos momentos se están dando a conocer y que pudieran ser motivo jurídico suficiente para mandar a muchos funcionarios a dormir un tiempo en laguna celda fría de cualquier cárcel mexicana.
Por eso, quizá, López Obrador, no quiera picar tanto el panal, aunque se espera que sí haya, cuando menos, uno o dos escarmientos para quienes han usado mal el poder del cual fueron investidos.
Hay acuerdos, ya se evidenciaron en estos días y seguramente que López Obrador, los tendrá que cumplir. No barrer para atrás, como ya decíamos en anterior entrega de esta columna.
De Cuitláhuac, en Veracruz, se espera que no le tiemble la mano para castigar a quien se lo merezca.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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