Que si por la inexperiencia de Cuitláhuac García Jiménez en cargos de la administración pública, fungirá como un gobernador débil y que las acciones de gobierno más importantes se las impondrán y controlarán desde la capital de la república.
Los rumores sin sentido esparcidos por doquier van más allá: que los principales integrantes del gabinete veracruzano vienen recomendados por el propio Andrés Manuel López Obrador y que Manuel Huerta se dedicará a torpedear a Cuitláhuac García para posicionar su imagen y alistarse para ser el próximo candidato a gobernador.
Demasiada fantasía o exceso de ingenuidad. Cuitláhuac será un gobernador con todas las facultades que le confiere la ley y con el respaldo y el aval político del presidente López Obrador.
Por su parte, Manuel Huerta, abogado y sociólogo, luchador social de izquierda desde muy joven, cumplirá al pie de la letra con su encargo y se coordinará con el gobierno estatal. Lo ha declarado una y otra vez. Nada de vicegobernador… ni cogobernador.
Los hombres del campo aluden a manudo a un dicho muy certero: “sólo el perro de adelante sabe a qué le ladra… los de atrás corren y repiten los ladridos”.
¡Para qué diantres hacerse bolas! Cuitláhuac ganó la gubernatura con la votación más alta de la historia. Parece lugar común pero es la verdad.
Veracruz le otorgó en las urnas su voto de confianza. Esperemos que tome posesión y empiece a gobernar. Si falla, entonces levantemos la voz para reclamar y exigir que cumpla.
Ya bailaron y nos bailaron los priistas y los panistas. Es hora de que se sienten. Ahora a los de MORENA les corresponde gobernar.
A los veracruzanos nos conviene un gobernador fuerte y, sobre todo, honesto, muy honesto.
En conclusión, no habrá choque de trenes. Cuitláhuac García y Manuel Huerta saben conducir y conducirse. Si me equivoco, Dios nos libre.
|