A la reunión también acudieron los integrantes del próximo gabinete: Graciela Márquez Colín, Carlos Manuel Urzúa Macías y Román Meyer Falcón, futuros titulares de Economía, Hacienda y Sedatu, respectivamente, quienes participaron dando respuesta a las diversas dudas de los mandatarios estatales.
Poco después, López Obrador estuvo con los mandatarios de Jalisco, Aristóteles Sandoval Díaz; Nayarit, Antonio Echevarría García y Colima, José Ignacio Peralta, y se programan otras reuniones con gobernadores del país, por regiones. Una visión asertiva dado que comparten problemas específicos comunes y las soluciones tendrán que darse con mayor precisión y viabilidad.
Este tenor de acercamiento con los tres niveles de gobierno pareciera ejemplificar el reiterado sustento de AMLO de que una política interior sólida que atienda primero a los de casa, generará prestigio y reconocimiento a la política exterior de nuestro país. Las grandes coordenadas a decir de AMLO en materia internacional serán: abarcar un mayor espectro de naciones, la defensa del interés nacional, así como los acercamientos clave en la actual coyuntura política.
López Obrador también ha sostenido que la política exterior de su gobierno abarcará más territorios y no solo una relación bilateral con Estados Unidos. Así mismo, ha adelantado que, en la Secretaría de Relaciones Exteriores, también habrá austeridad, que se revisará el modelo de la Cancillería y de nuestras embajadas en el mundo, y se dará prioridad al personal del Servicio Exterior: “Porque es y ha sido siempre motivo de orgullo para México.”
A la fecha han buscado un acercamiento con AMLO las presencias más relevantes a nuestro entorno geográfico, político y comercial: Michael Pompeo, secretario del Departamento de Estado de Estados Unidos, así como Chrystia Freeland, ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, en un ambiente cordial, con ánimo de colaboración, pero sin destacar en ningún momento la sombra de las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio.
Marcelo Ebrard Casaubón designado por AMLO como futuro Canciller de México, ha declarado que se impulsará una política de migración ordenada, “sin muros ni militarización de las fronteras”. Su mirada al sur, en el encuentro con los 22 embajadores de Centroamérica y el Caribe, Ebrard ofreció fomentar una relación de cooperación con todas las naciones de la región, promoviendo un mayor desarrollo económico que permita, gradualmente, la reducción del fenómeno migratorio.
Hasta la casona de la colonia Roma han llegado los embajadores de China, Japón y Rusia, potencias que tienen claro interés en el intercambio que se pueda generar con el mandatario electo y su administración. También están los embajadores de países latinoamericanos y de la Cuenca de Asia, embajadores de países europeos y hasta el nuncio apostólico del Vaticano.
No se ha referido AMLO a los conflictos actuales o estructurales de la geopolítica global, que tarde o temprano deberá de abordar. Tampoco se ha referido a algunos temas por demás espinosos como la protección de los derechos humanos de nuestros connacionales, la seguridad transfronteriza, el tráfico de armas o el muro de Donald Trump. Pero dice el refrán: “De grano en grano se llena la gallina el buche.”
¿Será cierto que tantas intenciones se conviertan en realidades? Al tiempo.
(*) El autor es Economista
@acanovelez
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