CUANDO faltan, aproximadamente, sesenta y cinco días para rendir protesta como Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, se muestra agradecido con todo el pueblo de México, por haber confiado en él y sobre todo, por haberlo hecho Presidente de México, que como dijera recientemente en entrevista exclusiva al Heraldo de México, Javier Duarte de Ochoa, Ex gobernador del Estado de Veracruz, y retenido en el Reclusorio Norte de la ciudad de México, por diversos delitos cometidos en la entidad, es el Presidente más legitimado de la historia política del país.
Efectivamente, López Obrador, logró, a través de una lucha permanente de varios años, en busca de la Presidencia, que por fin, en estas elecciones pasadas del primero de julio, el pueblo mexicano, le diera la oportunidad para conducir el destino del país, en medio de enormes problemas y retos que tiene para poder responder, eficazmente, con todos los mexicanos, que creyeron en sus mensajes y en sus propuestas de programas y proyectos que tiene para fortalecer a la nación en todos los sentidos.
Pues bien, el famoso Peje, se ha convertido en el Presidente de México, gracias a la abundante votación que obtuvo, arrasando, prácticamente, con todas las expectativas que ya se daban antes del proceso electoral, donde se le venía considerando el favorito para ganar el puesto político más importante de toda la estructura del gobierno federal, es decir, la Presidencia de la República.
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Por eso, ahora que dispone de tiempo, todavía, su agenda le permite hacer recorridos por todo el país, agradeciendo de antemano todo el apoyo recibido para su causa y seguramente, reforzando todos aquellos compromisos políticos que hizo durante su campaña presidencial, independientemente, de las promesas que hizo llegar a todos los sectores de la población, sobre todo, en grandes temas como la corrupción, la inseguridad y la impunidad y sin tener que recurrir a la venganza política, la cual, indudablemente, hace perder el tiempo a los gobernantes, aunque los castigos, necesariamente tienen que darse, pero dentro del marco legal que corresponda, dejando que las autoridades judiciales hagan su trabajo.
López Obrador, fue lastimado, injuriado, maltratado y hasta de viejo loco, no lo bajaron, pero siguió adelante y demostró que a pesar de todos los obstáculos que le se impusieron, salió adelante, dejando a los demás políticos, muy lejos de la meta para conseguir la victoria.
Así, el ahora Presidente electo, ha declarado que no usará la venganza política, porque en cierta forma sabe y entiende que todas las ofensas recibidas, fueron parte de una lucha política, donde la civilidad ya no se aplica, porque los intereses políticos, ligados necesariamente con los económicos, son más fuertes ahora más que nunca y el uso de estas estrategias queda solamente para los débiles, los que no pueden, de otra manera, ganar en las elecciones y prefieren soltar a diestra y siniestra, las descalificaciones unidas a las provocaciones y al desprestigio personal.
Aquí mismo, en esta misma columna, se dijo constantemente, que López Obrador, representaba una política basada en estrategias del pasado, sin razones que sustentaran su eficacia en los nuevos tiempos de la política en el país y que por lo tanto, sus ideas, fuera, muchas veces de contexto, podrían recaer en un verdadero peligro para México, tal y como muchos analistas lo consideraron en su momento.
Sin embargo, López Obrador, se ha mostrado diferente, con una pasión pocas veces vista en un político, para lograr que el país alcance su propia dimensión y pueda ser una nación verdaderamente independiente. Representa, eso sí, el cambio que todo mundo espera sea para bien, porque de los malos gobiernos, el mismo pueblo esta cansado y lo ha demostrado claramente con su voto depositado en las urnas electorales del primero de julio pasado, donde con reflexión o sin ella, decidió que el voto era el camino más preciso para lograr que las cosas cambien y ahí están los resultados que han hecho presidente a López Obrador, y a Gobernador de Veracruz, a Cuitláhuac García Jiménez.
Pero, el agradecimiento que viene repartiendo el Presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, tiene ante sí el mayor compromiso con los mexicanos, es decir, el debido cumplimiento de promesas y proyectos, así como los programas definidos para darle, en verdad, un giro de trescientos ochenta grados, al quehacer público de México.
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YA VAN TRANSCURRIENDO veintidós meses del gobierno yunista en la entidad veracruzana, y el ahora Diputado Federal, Héctor Yunes Landa, sigue protagonizando, ya sin mucho eco, un enfrentamiento político con el que es Gobernador de la entidad, Miguel Ángel Yunes Linares, quien, a pesar de los grandes golpes políticos que le ha lanzado, quien además, es su primo hermano, no ha respondido en el mismo plano de las agresiones.
Y vaya, que para los efectos, mucha gente no se explica, la sensatez del gobernante, pues bien se le conoce como un hombre dispuesto a todo, es decir, que no se raja tan fácilmente cuando los ataques le llegan derechito, como es el caso del constante enfrentamiento político con su familiar cercano.
Quizá, la prudencia del Gobernador, tenga mucho que ver con los lazos familiares que lo unen con el Ex senador de la República, Ex candidato a la Gubernatura del Estado, y ahora Diputado federal plurinominal, Héctor Yunes Landa, quien no ha dejado ni deja de hacer graves señalamientos a su gobierno y a su administración, como un pendiente que viene, desde los tiempos electorales, en que Miguel Ángel Yunes Linares, le ganara la gubernatura del Estado.
Algo hay detrás de todo esto, que no ha dejado tranquilo a Héctor Yunes Landa, muy a pesar de que ha logrado obtener posiciones políticas importantes a raíz de su fracaso electoral al querer ganar la primera posición política del Estado.
Miguel Ángel Yunes Linares, ya se va del gobierno, en casi dos meses más y con ello, podría tranquilizarse a la sociedad veracruzana, que no ha visto resultados concretos de quien ofreció el cambio y no cumplió, pero de que Héctor Yunes Landa, se calme en sus constantes agresiones políticas al aún mandatario estatal, no hay la plena seguridad de que así sea.
Héctor, seguirá lanzando piedras y haciendo mucho ruido en el camino de Veracruz, porque, tarde o temprano, ha de querer volver al escenario político que lo lleve, nuevamente, a la búsqueda del sueño más grande que ha concebido, es decir, la gubernatura de Veracruz.
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YA FIGURAN NOMBRES para suceder a Américo Zúñiga Martínez, en la Presidencia del Comité Directivo Estatal del PRI.
Apunte, por lo pronto, a Marcelo Montiel, a Marlon Ramírez Marín y una mujer que se encuentra funcionando como Diputada Federal, y a la que, todo indica, que le tienen confianza para dirigir los destinos del tricolor en Veracruz. Su nombre es Anilú Ingram Vallines, quien ha realizado un buen trabajo político en la entidad, pues buscó llegar siempre, hasta los más recónditos lugares del Estado de Veracruz, lo que le ha valido una gran experiencia política.
Desde luego, que poco a poco sonarán más aspirantes, aunque ya no serán tantos si el PRI, estuviera en otras condiciones políticas, pero de todos modos no faltaran quienes aspiren a esta oportunidad que se les presenta en estos momentos en que muchos de ellos, permanecen, prácticamente, en la banca.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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