Vaya, como quién dice Julen salió limpio, libre de polvo y paja.
Así tal cual.
Sin embargo, ante la posibilidad de que existan inconsistencias en los procesos de contratación, y cómo no se ha podido confirmar alguna ilegalidad, el auditor sugiere se continúe con la investigación de dichos procesos, temas que seguramente vendrán a quedar exactamente igual, ya que las observaciones son solamente de carácter administrativo, revalidándose en este sentido que la SIOP en épocas de Rementería no entregó obras a empresas “fantasmas”.
De esta manera, se puede corroborar que más que rarezas en esta importantísima Secretaría de Estado, estos temas pudieran entrar en la posibilidad de la construcción de una guerra sucia, la que cual tuvo consecuencias en materia electoral, usándose como bandera política y menguando a una institución que a días de distancia finalmente tuvo la razón, corroborándose que no existen situaciones irregulares en la asignación de contratos en obra pública.
POR CIERTO, los que sí tienen muchas cosas por aclarar son varios alcaldes veracruzanos quienes presentaron millonarias irregularidades, tal es el caso de Manuel Rosendo Pelayo de San Andrés Tuxtla y Ricardo Llamas Huber de Lerdo de Tejada.
De Rosendo Pelayo, ya se sabía su enorme desaseo financiero, y fue nuevamente el ORFIS quién detectó irregularidades correspondientes al año 2017 durante su administración, reportándose la detección de anomalías en el uso de recursos públicos por la cantidad de 56 millones 397 mil 250 pesos con 80 centavos.
Con lo anterior, “Chendo” suma esto a una larga lista de desvíos generados durante su mandato, donde ya ha sido llamado a cuentas.
Caray, quién en su momento se decía ser soldado de Javier Duarte de Ochoa, se encuentra "en capilla" pues los señalamientos que pesan sobre su persona cada vez son más y las evidencias de un gobierno municipal desastroso y de una quiebra financiera histórica parece ser ya le está cobrando factura.
Del ex primer de edil de Lerdo de Tejada Ricardo Llamas sorprende que pese a ser un municipio muy pequeño exista la presunción de daño patrimonial por la orden de más de 34 millones de pesos. Pero bueno, que se puede esperar que si la población de Lerdo era una de las tantas “cajas chicas” de Jorge Carvallo Delfín en sus tiempos de la plenitud del “pinche poder”.
Esperemos a ver qué pasa.
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