Fue desde ahí donde fincó su vida profesional basada en la ciencia ficción misma que exportó a la Fiscalía General de Veracruz.
Así, cuando todo mundo pensamos que el Fiscal escondía su identidad en Bruce Wayne, en la realidad por las noches se transformaba en Batman. Pero no, no; corrijamos: como le gusta pelear con los periodistas hay quien jura por ésta que Winckler es Clark Kent, el periodista de lentes transformado en el Superman que sale a combatir a los corruptos duartistas.
¡Qué va!, opinan otros. Winckler es Lex Luthor, quien escondido de cocinero con la especialidad en la paella, fríe a los malos.
En realidad son tantas las opiniones que ya no sabe uno ni que pensar.
Hay quienes están ciertos que el abogado de los veracruzanos es Acuaman ya que recién lo vieron en las inundaciones porteñas montado en una tabla de surf.
Sin embargo, mujeres de negro con fotografía en mano muestran que se le ha visto pedir perdón al gobernador de la Liga de la Justicia, Miguel Angel Yunes Linares.
Pero Elias Asadd, el del perro que movilizó a un ejército de sabuesos de la Fiscalía, exige no equivocarse en temas tan serios como la verdadera identidad de este misterioso hombre de baja estatura y severos lentes de pasta negra.
Nos ha dicho que su verdadera personalidad escondida en una máscara azul, es la de Flash ya que de pronto aparece y de pronto desaparece. Como exhalación escapa; se va de la escena de la fechoría como alma que lleva el mismísimo Diablo.
Y es que como Flash, en los hechos se transforma en Flecha Verde al igual que de pronto se le ve como El Atomo o el Rey Halcón y cuando se enoja lo comparas con el temible Canario Negro que actúa malévolamente con su hermana Dinah Drake.
Hay, sin embargo, quien jura ante la Biblia que es Acuario y a veces que es Tierra 1 y que nunca ha sido tutelado por Walt Disney ni ha pertenecido al sindicato de Marvel Comics.
Por ello en Veracruz sí que tenemos razones de orgullo por nuestro Fiscal, que es todo un Firestorm que los fines de semana se transforma en el Detective Marciano, acompañado del Fiscal Anticorrupción, quien no lo cuente, pero es el Avispón Verde.
El punto es que este polifacético personaje quien se enfrascó este fin de semana con el próximo Secretario de Gobierno, Eric Cisneros comparándose con “Matrix” es quien, en los hechos, habrá de enfrentarse en lucha de dos a tres caídas sin límite de tiempo con el hombre fuerte de Cuitláhuac, en un combate en la que no se apuesta la cabellera porque el gladiador moreno no tiene pelo.
No importa.
La idea es desenmascarar a Winckler, quien hoy está más solo que el gusanito de la canción “Nadie me quiere…”.
El Fiscal de los nueve años que no llegara ni a tres, ha sido abandonado por su comandante en jefe y puesta su cabeza en charola de plata a los pies de Cuitláhuac.
Se aprovecharon de su ingenuidad –aunque sea Matrix- y a que nadie le aconsejó que no hay que pelearse con el aparato “porque el aparato mata”, según reza la regla número uno del libro de la realpolitik.
A Jorge Winckler le habrán de revivir todas sus rapacerías que en tiempo record de dos años acumuló.
La primera es haber sido el responsable directo de la pírrica condena a Javier Duarte producto de una carpeta acusatoria mal integrada que presume incluso complicidad.
Ello amén de que los pasivos contra Winckler que no son pocos.
Ante la primera advertencia de los diputados entrantes de someterlo a juicio político, se suma el justo reclamo de las familias de los dos mil 750 desaparecidos y la urgencia de regresar autonomía a la Fiscalía General de Veracruz.
Se insiste incluso, que antes de que termine la administración del gobernador Miguel Angel Yunes, el oriundo de Oaxaca será sometido a juicio político.
Previsible pues que el señor Winckler transite de fotógrafo oficial del primer mandatario veracruzano a huésped de Pacho Viejo.
Caro habrá de pagar el encaramiento con Eric. Más la ofensa vertida contra los diputados al calificarlos de “corruptos”. El bautizar el imponer en los mejores puestos a un ejército de poblanos e imberbes aprendices de Boca del Río, el “cerco informativo” y los grandes negocios de su bufete jurídico privado.
El haber sido acusado de irregularidades por el SAT. Sus fallidas persecuciones contra Tarek Abdalá, Alberto Silva y Adolfo Mota, al integrar carpetas de investigación sin soporte jurídico y las tonterías del mismo carácter contra Karime Macías a quien terminó victimizándola y encolerizando al propio gobierno de Gran Bretaña.
En la sumatoria, la lista de yerros es larga. El último, revelar que no es Wimckler sino Matrix.
En fin que ese andar de chistorete en las redes habrá de costarle caro. Sus payasadas lo tienen contra la pared y ni la Mujer Maravilla con su riata transparente y su avión invisible habrán de salvarlo.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |