Por lo que es necesario que la nueva administración revise costos y beneficios. Pero la forma no es que mediante una consulta inconstitucional y nada representativa, entre quienes no saben sobre el asunto, se decida dónde seguir esa inversión.
El “sospechosismo” supone que los contratistas que hicieron grandes obras, como el segundo piso, cuando gobernó AMLO la Ciudad de México, fueron los que le metieron la idea de cancelar el actual proyecto, donde no tenían contratos y abrir la posibilidad de tenerlos con la construcción en Santa Lucía.
Esa especulación se cuela como posibilidad ante el grave error de una consulta “popular”, sin metodología adecuada ni bases legales, que en nada ayuda a AMLO y que le dificultará ganarse de nuevo la confianza de inversionistas, clave para logra más crecimiento y empleo en su gobierno.
AMLO perdió ganando con la consulta. Ojalá ese referéndum, que legalmente no es vinculante, solo sirva de base para iniciar otro entre expertos en aeropuertos y financieros, y con base en sus recomendaciones decidir dónde, y con qué recursos, construir el necesarísimo nuevo aeropuerto.
Twitter: @luispazos1 Mail: lpazos@prodigy.net.mx Profesor de Economía Política |