Pero el domingo pasado se aseguró un escenario muy complaciente, pues en la inauguración del puente vehicular Ojite, en la zona norte del estado, no sólo fue “destapado” por un lugareño como prospecto a la Presidencia de la República sino que, en su honor, las agradecidas autoridades municipales decidieron ponerle su nombre a esta obra de infraestructura financiada también con recursos públicos.
El alcalde de Álamo-Temapache, Jorge Vera, obviamente del PAN, dijo en su discurso durante la ceremonia inaugural que por decisión del Cabildo se había determinado ponerle el nombre del gobernador de su partido a este puente que comunica al municipio de Álamo con el de Tuxpan.
Por su parte, el alcalde vecino Juan Antonio Aguilar Mancha apoyó la idea de su homólogo y correligionario. El munícipe tuxpeño es primo de José de Jesús Mancha Alarcón, quien con todo el apoyo de Yunes Linares acaba de reelegirse como presidente del CDE del PAN, proceso interno que ha sido impugnado por el hombre fuerte de Tantoyuca, Joaquín Rosendo Guzmán Avilés, ex secretario de Desarrollo Agropecuario.
Al término del evento inaugural los reporteros, incrédulos, le preguntaron al gobernador si en verdad se le pondría su nombre al puente, a lo que Yunes Linares, sonriente, respondió: “Lo que decidan los habitantes, yo no le puse nombre”.
A diferencia de la reacción irascible que había mostrado tres días atrás en el Congreso local –cuando tachó de ignorante y mentiroso a un reportero que le preguntó si metería las manos por sus colaboradores y que si acaso se habían dado acuerdos bajo la mesa con los ex funcionarios duartistas corruptos que no han sido perseguidos penalmente por la Fiscalía General del Estado–, en esta ocasión, por supuesto, el mandatario estatal del PAN no agredió verbalmente a los periodistas.
A la que en cambio sí le leyó la cartilla fue a la alcaldesa de Tamiahua, Citlali Medellín Careaga, pues en el acto de inauguración de la carretera estatal que conecta a ese municipio con el puerto de Tuxpan, Yunes hizo un exhorto general a los pobladores y alcaldes veracruzanos para que no tomen ni bloqueen carreteras en lo que resta de su gobierno, pues les advirtió que “los voy a desalojar”.
Pero la advertencia fue específicamente para la alcaldesa Medellín Careaga, quien un día antes había encabezado el bloqueo de la autopista Tuxpan-Tampico.
Y es que por segunda ocasión en el año, la munícipe, que no es militante del PAN sino del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), ha tenido que recurrir a esta desesperada acción para que la empresa Mota-Engil, concesionaria de la autopista, cumpla con los acuerdos a los que se comprometió con el municipio de Tamiahua.
“Yo quiero pedirle a todos ustedes y muy particularmente a todos los alcaldes, que no bloqueen carreteras. En Veracruz hemos hecho algo estos dos años y así lo seguiré haciendo hasta el día 30 de noviembre: no hemos permitido bloqueos”, dijo Yunes, quien amagó: “Lo digo con toda claridad: si me vuelven a bloquear la carretera, la voy a desalojar, y voy a sancionar a los responsables. No al bloqueo de carreteras en Veracruz, que quede perfectamente claro. Eso no puede ser”.
Por su parte, la alcaldesa declaró a los reporteros que respeta la postura del gobernador pero dijo que en su caso “se vio obligada”, pues expuso que los trabajos de la autopista Tuxpan-Tampico están por concluirse y que la concesionaria podría irse sin cumplir los compromisos pactados.
¿La amenaza de Yunes para que no vuelvan a bloquear esta supercarretera como medida de presión será porque está concesionada al conglomerado portugués-mexicano Mota-Engil, uno de cuyos accionistas principales es el influyente empresario José Miguel Bejos, dueño del Grupo Prodi, amigo muy cercano del presidente Enrique Peña Nieto, y el cual fue muy favorecido también por el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, del PAN, y hasta por el ex gobernador priista Javier Duarte de Ochoa?
MORGADO: OTRA BAJA PRIISTA
Este martes 20 de noviembre –fecha con un gran simbolismo histórico–, Gonzalo Morgado Huesca decidió poner fin a sus 45 años de militancia en el PRI, partido al que le fue leal hasta la reciente elección de julio de este año, trabajando prácticamente sin recursos partidistas, movido más por su afecto, amistad y gratitud hacia el senador con licencia Pepe Yunes Zorrilla, candidato a la gubernatura.
Por las reacciones que desató en las redes sociales la publicación de su renuncia, se ve que el político martinense no es monedita de oro. Sin embargo, algo le deben de apreciar y reconocer quienes lo han invitado a trabajar en este nuevo proyecto partidista.
Morgado, quien ha sido el dirigente estatal más joven en toda la historia del tricolor en Veracruz –el cual, como ningún otro líder priista, permaneció en la presidencia del CDE del PRI seis años completos, todos los que duró la administración del gobernador Rafael Hernández Ochoa (1974-1980)– puntualiza, en la carta de renuncia que entregó ayer a Américo Zúñiga Martínez, que su dimisión la hace ahora que “no hay proceso electoral (…) para evitar interpretaciones equivocadas.”
El ex diputado federal y ex alcalde de Martínez de la Torre expone que lo hace “luego de reflexionar esta decisión con la seriedad que se requiere e impulsado por el entusiasmo que me provoca participar junto con un gran equipo de políticos veracruzanos de varios partidos políticos que buscamos hacer política para un Veracruz mejor, a través de un nuevo Partido Político Estatal.”
Pero, según se sabe, Morgado no se sumará al proyecto partidista de su ex correligionario Amadeo Flores Espinosa, de Vía Veracruzana, ni al del ex senador y actual diputado federal Héctor Yunes Landa, de Alianza Generacional. Tampoco pretende enrolarse en la nueva administración estatal de MORENA.
Según trascendió, fue convencido por militantes de otros partidos tradicionales que ya no están conformes con sus dirigencias gandallas y formas facciosas de hacer política, sin la sensibilidad ni el compromiso social y la cercanía con el electorado que durante décadas le funcionó al priismo para mantenerlo en el poder.
Para un zorro de la política como él, seguramente ve muy difícil también que el tricolor vuelva a recuperarse luego de perder dos sucesiones gubernamentales seguidas. A su edad, debió concluir que es más fácil cambiar de partido que ¡cambiar al partido!. Aunque en su caso tampoco va a ser fácil procrear una nueva fuerza política en las circunstancias actuales, con una ciudadanía harta de la partidocracia. Pero algo debe percibir el ex priista que anda muy entusiasmado. A ver cómo le va con el “gran equipo de políticos veracruzanos de varios partidos” al que decidió sumarse.
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