Seguramente para inicios o mediados del mes de febrero, la hija del cacique de la sierra de Zongolica, Mario Zepahua, Lilian Zepahua, abandonó ya la presidencia interina del PRI Estatal, donde por cierto hasta nombramientos está entregando como si su posición efímera se lo permitiera, pero bueno ese es otro boleto.

 Lo que es cierto, es que en breve habrá de salir la convocatoria para la renovación de la dirigencia estatal de este instituto político, la cual obligatoriamente debe ser diferente y apegarse a la realidad de una desgastada oposición, cuyos intereses de grupo tienen que pasar a segundo término para dar paso a la opinión de los auténticos líderes, dirigentes y priistas reconocidos por su militancia, trabajo y lealtad a su partido y no por erigirse como figuras decorativas.

Nos llama la atención el sentir de los auténticos priistas, cuya opinión se basa en no más intereses de grupo. ¡No!...a la recomendación del “Tío” Fide, mucho menos que metan la mano los duartistas, quienes sienten estar tomando aire fresco en este nuevo gobierno; ¡No!...a lo que digan los dinosaurios como Carlos Brito, cualquier otro grupúsculo o las designaciones desde la capital del país, en este caso desde la dirigencia nacional priista y una no menos importantes no más duplicidades dentro de esta elección, es decir quien ostente un cargo de elección popular, sea alcalde, diputado local, federal, ahí se quede, que cumpla con su encomienda que le dio el partido evitando el dobleteo, lo que sería injusto en este momento de crisis política.

Esta última posición es clara y el PRI debe aprender a escuchar porque de lo contrario desaparecerá. Lo mismo que el evitar el famoso doblete, expresan su rechazo a que participen, los que se hicieron de la vista gorda y no apoyaron al partido en la última elección, sobre todo en Veracruz, donde les propinaron una vergonzosa derrota y más enérgica es la postura para los traidores, aquellos que se fueron a apoyar otro instituto político, pero con más firmeza los que en abierto o bajo el agua, completamente identificados se fueron con el hijo de Miguel Angel Yunes Linares, Miguel Angel Yunes Marquez.

Los priistas demandan al Comité Nacional que los participantes sean aspirantes leales al PRI, con trabajo comprobado, que tengan una estructura de auténticos dirigentes o líderes de opinión que vengan a reforzar las filas o de lo contrario se avecina una renuncia de militantes, quienes ya están azuzados por el virus de la desconfianza.

En Veracruz, la dirigencia nacional priista tiene un gran reto en la renovación de su partido hasta ahora con una estructura no muy grata. Con un sector popular por los suelos, ante el mal trabajo de su dirigente, aunado que le sirve a varios amos y en campaña ni un evento de calidad le realizó a Pepe Yunes.

También un sector campesino con demandas laborales con su propia gente en su edificio matriz y que decir del sector obrero que prácticamente ni existe como la CTM (pero pedía diputación) y la CROM o una CROC con un comité incierto, pero además que en el pasado proceso se declararon “Chiquiyunistas”.

De ahí la urgencia de una dirigencia estatal en el PRI conciliatoria, conocedora de la geografía veracruzana, que no esté confrontada y que venga a sumar no a restar, así demandan los militantes que aún le quedan o pueden optar por lo rápido, enterrar al PRI lo que sería más fácil.

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