1.- Pepe Yunes no hizo precampaña, quien la hizo buscando nuevamente ser candidato a la gubernatura fue Héctor Yunes Landa que semanas después de haber perdido ante su primo Miguel Ángel Yunes Linares, anunció que haría un segundo intento.
2.- Héctor se movió rápido, reanudó sus viajes al interior del estado y multiplicó sus eventos públicos. En los medios de comunicación apareció en proporción de 4 a 1 en relación con Pepe Yunes que siempre habló de esperar los tiempos.
3.- La actitud de Héctor provocó confusión y malestar al interior del PRI estatal. Quienes integraban la cúpula del tricolor nacional debieron hablar con él y pedirle mesura; incluso debió llamarlo a cuentas el propio presidente Pena Nieto. Pero nadie se movió y Héctor se fue por la libre.
4.- Pepe Yunes resultó candidato y el priismo veracruzano hizo fiesta, pero Héctor Yunes se convirtió en su sombra omnipresente que lo mismo estuvo robando cámara el día del destape, que el día que José se registró ante el OPLE y en gran parte de su campaña proselitista.
5.- Para quitárselo de encima, el equipo de José Yunes dejó que Héctor influyera en la selección de candidatos a legisladores y el choleño se despachó con la cuchara grande. Esto terminó de enojar a los priistas que se quejaron con la dirigencia, pero como no les hicieron caso comenzaron a buscar otras opciones. Ahí se cuarteó el PRI.
6.- En sus giras Pepe tuvo que aceptar la compañía de sujetos como Juan Nicolás Callejas Roldán, impresentable para los maestros, y el vividor Marco Antonio del Ángel, impresentable como luchador social, que en cada mitin le restaron votos. Ambos tipos fueron parte de las incontables facturas ajenas que Yunes Zorrilla tuvo que pagar.
7.- José Yunes ha sido uno de los legisladores que más apoyos gestionó para Veracruz, pero por alguna incomprensible razón la gente de su equipo jamás promocionó esos beneficios. Cuando se dieron cuenta del garrafal error, quisieron enmendarlo con spots televisivos, pero ya era tarde.
8.- Todos los candidatos sin excepción, todos, contratan encuestadoras a modo. Bueno… la excepción fue José Yunes cuyo equipo fue incapaz de hacer lo mismo. Pepe nunca pasó del tercer sitio y su diferencia con el segundo lugar siempre fue abismal. Por lo cerrado de la pelea entre el primero y segundo lugar, una encuesta a modo que lo hubiera acercado a ese segundo sitio habría alentado a sus seguidores. Pero nunca la hicieron.
9.- Ese lejano tercer lugar provocó que miles de sus simpatizantes a quienes aterraba que Miguel Ángel hijo llegara a la gubernatura, optaran por la opción de Cuitláhuac García.
10.- La marca PRI es sinónimo de lo peor, tan es así que muchos priistas declinaron ser candidatos por ese partido. Pero hasta el publicista más bisoño sabe que un mal producto se vende bien con una buena publicidad. En el war room de Pepe les faltó talento para convertir al PRI (a nivel estatal, claro) en un aliado menos incómodo, en lugar del lastre que tuvo que cargar el peroteño.
11.- Si durante la campaña escaseo el dinero para los candidatos del PRI, la víspera de la elección esa escasez se hizo patente ya que faltó la solvencia económica que acostumbra (o acostumbraba) utilizar el tricolor para mover a su gente. Hay quienes aseguran sí hubo dinero, pero fue utilizado en otros menesteres ajenos al partido y sus militantes.
12.- Aparte de los que abandonaron al PRI por diversos motivos, hubo decenas de militantes que traicionaron al partido y a su candidato al pactar soterradamente tanto con Miguel Ángel Yunes Márquez y su papá el gobernador, como con Cuitláhuac García Jiménez. ¿Nombres? Seguro que Pepe se los sabe de memoria. (Continuará).
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