En el reciente pasado, la Secretaría de Seguridad Pública, intervenía en los asuntos a investigar, invadiendo, desde luego, las funciones de la propia Procuraduría General de Justicia, hoy convertida en Fiscalía General del Estado, que para los efectos es la misma gata, solamente que ya muy revolcada.
Pues bien, viene a colación este comentario, porque nos estamos dando cuenta que los enfrentamientos entre el Gobierno del Estado, y la Fiscalía General, que supuestamente actúa de manera autónoma, cuestión en la que hasta este momento no hay acuerdo, porque no se entiende la independencia del Poder Ejecutivo, han salido a relucir declaraciones en el sentido de que en materia de prevención del delito, le están aventando la bolita a la propia Fiscalía, y ésta, de acuerdo a lo que hemos comentado, no tiene directamente esta obligación, es decir, que esta responsabilidad corresponde a la Secretaría de Seguridad Pública, y la investigación de los delitos, así como la persecución de quienes los hayan cometido, es obligación de la Fiscalía.
Y que se entienda, no por estas razones tratamos de defender al Fiscal Winckler, pues bien es sabido que desde este mismo espacio hemos criticado seriamente los dimes y diretes del propio funcionario con el gobierno del Estado, y hasta habíamos sugerido, en determinado momento, como lo hacen la mayoría de los veracruzanos, que de una buena vez se pongan de acuerdo, tanto en el gobierno estatal, como en la propia Fiscalía, para terminar con esta serie de enfrentamientos que hasta este momento persisten, perjudicando a la propia sociedad veracruzana, que ya no sabe para donde mirar, si para Palacio de Gobierno, o Para el edificio de la Fiscalía, pues de ambas instancias salen diariamente una serie de declaraciones encontradas que están evidenciando más a más, la confrontación política, más que jurídica.
Cada quien tiene su responsabilidad y debe asumirla de la mejor manera, por lo que tanto el Gobernador del Estado, como sus más cercanos colaboradores, tienen que darse cuenta que son tiempos de trabajo, de reconciliación y de cumplimiento de compromisos con la ciudadanía, pues hay que recordar que este gobierno estatal, más que cualquier otro, tiene que cumplir acertadamente con las demandas del pueblo, el cual, como se ha visto, no perdona y a corto o largo plazo, ha sabido cobrar muy caras sus facturas.
Así es que, entre más declaraciones se hagan, más confusiones aparecen, dejando que sea la propia interpretación de los hechos y hasta la especulación política que se hace, la que determine la serie de acontecimientos que se están viviendo con los pleitos entre el Gobierno del Estado, y la Fiscalía General.
Mientras tanto, el tiempo corre y con consecuencias, posiblemente fatales en la vida política de Veracruz, porque tarde o temprano, el propio Presidente de la República, sin vulnerar la autonomía estatal, puede dar el manotazo que hace falta para terminar con esta serie de problemas que están obstaculizando el desarrollo de la entidad, así como perjudicando seriamente el avance político del Partido en el Poder.
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Y HABLANDO DE PREVENCION de los delitos, Veracruz, ya es catalogado, definitivamente, como un Estado peligroso.
No son, solamente, la ola de secuestros cometidos y que se comenten diariamente, sino también los asaltos a mano armada, en medio de la propia gente, donde la vigilancia es nula, donde los responsables de la seguridad pública, ni se aparecen.
Los crímenes que nunca se habían visto en esta ciudad capital, porque era una de las ciudades más tranquilas del país, donde todo mundo quería establecer su residencia, motivo por el cual, creció a pasos apresurados y dio lugar a la creación de cientos de fraccionamientos exclusivos y crecimiento desmedido de la población, son casi, el pan de todos los días.
Y ante la falta de gobernabilidad, porque reiteramos lo que recientemente escribimos en esta misma columna, el verdadero poder en Veracruz, lo tiene la delincuencia en general, podría decirse que la entidad es un verdadero caos, donde no existe orden, donde no hay tranquilidad y menos seguridad, tampoco libertad, porque ésta se ha visto acotada por el propio panorama de violencia que se vive.
La sociedad grita, pero sus gritos no se oyen, porque no hay, tampoco, la capacidad para escuchar.
Hacer caso de los gritos de la sociedad, es obligarse a cumplir con sus demandas y esas demandas, están, en primer lugar, las relacionadas con la seguridad, lo que difícilmente se alcanzará, ya que los índices de la violencia se han disparado, de tal manera, que detenerlos será un reto que no se podrá cumplir, más cuando no se tiene la voluntad para hacerlo.
Veracruz, por donde quiera verlo, es un verdadero caos.
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HOY EN DIA, quizá como nunca había sucedido, los medios de comunicación están cumpliendo su papel más importante, es decir, el de ser los canales más idóneos para los reclamos de la sociedad.
El temor de los gobernantes no será solamente, en breve, el cobro de las facturas pendientes, tal y como ya lo hemos comentado, sino la fuerza de los propios medios de comunicación que se han convertido en defensores del propio pueblo veracruzano, luego de que por mucho tiempo, las voces no eran consideradas importantes dentro del sistema político estatal.
Hoy, los medios, son parte del reclamo que hace la sociedad ante la carencia de buenos gobernantes, de los que se preocupan por las atenciones de sus propios gobernados, pues todo parece indicar que esta parte de la gobernanza, se ha perdido entre los dimes y diretes de los principales protagonistas de la vida pública de Veracruz.
Mal se ve el panorama político estatal, y no lo comentamos, solamente, los aldeanos, sino todos aquellos que se han fijado sus ojos desde el interior del país y el extranjero.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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