En materia de macroeconomía el objetivo de un crecimiento de 4 % anual al finalizar el sexenio, frente al 2 % promedio que hemos crecido durante varios lustros, constituye una idea noble y Carlos Slim la vislumbró como posible.
Experto en el manejo privado y mundial de empresas, el dueño del grupo CARSO es una voz autorizada sobre el tema y añade una estrategia clave: sí, se puede lograr el 4 % pero con inversiones.
Se requiere, de acuerdo al dueño de TELMEX y TELCEL, que el gobierno mexicano en todos sus niveles invierta dinero y que la iniciativa privada nacional e internacional hagan lo propio para que el Producto Interno Bruto Mexicano crezca un 100 % en sólo seis años de los cuales han transcurrido los primeros cien días.
Un 4 % de crecimiento anual de la economía representaría millones de empleos y eso se traduce en combate directo a la pobreza.
Otro elemento esencial lo representa que esos empleos estén bien remunerados, muy por encima de del salario mínimo autorizado en este momento.
Al mismo tiempo es indispensable una disciplina fiscal de tal orden que no se padezca inflación por una mejor repartición de la riqueza.
Por otra parte, no precisa ser un economista egresado del ITAM ni contar con un doctorado en la Universidad de Chicago para entender que si PEMEX constituye la más importante fuente de ingresos del gobierno mexicano y dicha empresa petrolera resulta la más endeudada del mundo con pasivos por arriba de los 104 mil millones de dólares, es ahí donde se debe empezar a tapar el hoyo o el hoyanco que nos impide crecer al ansiado 4 % anual.
Sólo en el 2018 PEMEX pagó más de ciento veintidós mil millones de pesos de servicio a la deuda -es decir más del equivalente al presupuesto anual total del estado de Veracruz- nada más para cubrir intereses, amortizaciones y servicios.
Los anuncios continuos del gobierno encabezado por AMLO en el sentido de que habrá inversiones multimillonarias en PEMEX nos remiten a varios aspectos del organismo y la canalización de más de 5 mil 200 millones de dólares como apoyo a la empresa -construir el complejo petroquímico privado Braskem-Idesa en Coatzacoalcos, Veracruz, costó la misma cifra: 5 mil 200 millones de dólares- calmaron ciertos ánimos en torno a un futuro durísimo de PEMEX, lo que representa un reto muy severo para la macroeconomía nacional.
Este año Petróleos Mexicanos tendrá capacidad para cubrir el abono a sus acreedores por el orden de los más de 6 mil millones de dólares
Se combate con fuerza la corrupción y el ataque a los huachicoleros en estos primeros cien días de gobierno constituyó una exitosa muestra de ello.
Sin embargo, a nivel de los inversionistas privados y extranjeros lo que se requiere es apertura de PEMEX a inversiones privadas para obtener metas que la empresa no está cumpliendo en este momento, a saber en materia de exploración y extracción de hidrocarburo y gas.
Hay mucho más detalles sobre este tema.
Hacemos alusión a una parte mínima de los primeros cien días de MORENA en el poder pero es preciso ir despacio para intentar traducir el galimatías en que se ha convertido la comunicación oficial centrada en el discurso vertical de Andrés Manuel López Obrador.
Desde la aldea –como solía decir don Ramón Roca Morteo, brillante intelectual y político acayuqueño que se nos ha adelantado en el camino- vale decir que aquí no hay informe de cien, días entre otros motivos porque no hay circunstancias políticas que lo permitan.
Si el gobernador Cuitláhuac García Jiménez asomase la cabeza en un ejercicio como el del Presidente que lo llevó sobre sus hombros al poder, con seguridad obtendría un resultado contrario al que buscó y obtuvo AMLO sobre la base del 80 % de aceptación de su figura y quehacer.
En Veracruz ese 80 % de aprobación al gobierno estatal no existe.
(2)
El jueves, por cierto, se realizó un interesante ejercicio desde la iniciativa privada y dirigido al sector privado en Acayucan, Veracruz.
Fue un tianguis ganadero.
La Unión Ganadera Regional del Sur de Veracruz devolvió a sus más de 30 mil socios agrupados en 35 asociaciones locales de productores pecuarios, el dinero que entregan vía cuotas a través de su facturación.
Se ofertaron tractores, por los que el comprador recibía un subsidio de 145 mil pesos…
Sementales de alto registro por los que el comprador recibía el subsidio de 10 mil pesos…
Alambre, aspersoras, semen –unos con descuentos, otro gratuito- de sementales cuyo costo en el mercado es de seis números…
No hubo dinero del gobierno de por medio, explicó el líder regional Jacob Abel Velasco Casarrubias.
Ganaderos que han cooperado recibieron la devolución de su dinero en subsidios y el objetivo es mejorar los hatos ganaderos a nivel de productores individuales o asociaciones o empresas que forman parte del sector.
En fecha reciente, en Minatitlán, hubo un ejercicio dirigido también a ganaderos.
Este sí es oficial: de la SEMARNAT, de la Dirección Nacional de Ganadería a cargo de David Monreal Avila.
Se trata del programa Crédito a la Palabra para pequeños productores ganaderos.
Se comprará un millón de animales vacunos y se entregarán a productores del país que los deberán pagar sin intereses y sólo basados en su ética, en su moral, en su palabra…
He ahí dos modelo de atención al sector ganadero desde una visión capitalista: te doy para que tu producción crezca.
En un caso -el de la UGRSV- te devuelvo lo que tú mismo has aportado, programa que ya es exitoso.
En el segundo, confío en tu palabra y te presto para que inviertas, programa del que el tiempo nos dirá si funciona o no.
Desde aquí deseamos el éxito para un sector primario de la economía que hace mucho tiempo sufre hambre, sed, frío y miedo en la mayor parte del territorio nacional. |