Línea Caliente.
Edgar Hernández.
 

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Veracruz en llamas… ¡Auxilio AMLO!
2019-03-19

¡Virtual estado de sitio ante el embate delincuencial!


Veracruz vive la ingobernabilidad total.


Cuitláhuac García de cara a la guerra total declarada por el crimen organizado, decidió también sacar sus mejores armas: inaugurar fuentes inauguradas hace 30 años e ir por las noches a echarse unos taquitos de tripa gorda para dar la impresión de que aquí no pasa.


La declaración de guerra del Cartel Jalisco Nueva Generación a la corrupta autoridad policial, ha dejado a la ciudadanía en medio de una batalla sin cuartel en sus calles, pueblos y ciudades no vista ni en países donde hay una guerra civil establecida.


En Veracruz, en los hechos, quedaron suspendidas las garantías individuales.


Coatzacoalcos se vació al quedar colocada como una de las 50 ciudades más inseguras del mundo. El 30 por ciento de sus habitantes abandonó la ciudad, los sectores comercial y empresarial en un 80 por ciento, cerraron sus puertas y la ciudadanía al caer la tarde se encierra a piedra y lodo en sus casas.


En la zona centro del estado, en el corredor Veracruz, Boca del Río, Alvarado y en la capital del estado hace cuatro días se vive una verdadera pesadilla.


Todo comenzó el pasado martes con ajusticiamientos de elementos policiacos en Cosolecaque. A esto siguió un enfrentamiento de la Fuerza Civil con delincuentes en Misantla. Luego repetidas balaceras en Veracruz y Tierra Blanca registrándose un coletazo violento en Tuxpan y en Zongolica donde fue asesinado un catedrático.


Rinconada, Minatitlán y Río Blanco también fueron escenarios de muerte para reventar la violencia en la carretera Córdoba-Las Tinajas con el incendio de trailers. Los heridos fueron trasladados a Córdoba hasta donde llegaron grupos criminales a rematarlos.


Ya para el sábado el teatro de la guerra fue Jáltipan y las Choapas extendiéndose el reguero de cadáveres a Xalapa, hoy tierra de nadie.


Así, hoy la muerte cabalga en Veracruz. 


Desde hace cien días estamos viviendo juicios sumarios y ejecuciones no vistos ni en los peores días del Duartismo, o los días más violentos del régimen de Miguel Angel Yunes Linares.


Policías ejecutados, ciudadanos masacrados por estar en el lugar y momento equivocados y la notable desobediencia y deserciones de la policía.


Las mismas autodefensas han sido rebasadas y el Cartel Jalisco Nueva Generación marca la agenda social de Veracruz. Ese el pan de cada día, mientras las amenazas y advertencias no cesan al cumplirse los desquites y venganzas. Es el caos total.


En Veracruz no hay miedo, hay terror.


A media tarde las calles se empiezan a vaciar. Nadie quiere salir ni a la iglesia a rezar. La población solo se está pendiente a través de las redes de nuevas ejecuciones, de las mantas que avisan de nuevos operativos delincuenciales, de descubrimientos de más despedazados tirados a las barrancas.


Ya no se sabe si tú eres el próximo, la debas o no.


Los paterfamilia no dejan salir a sus hijos; los taxistas se han convertido en sospechosos de ser halcones, y nadie quiere hablar ni por el celular con el familiar o el amigo para que no lo rastreen.


La Secretaría de Seguridad Pública estatal ahora está en calidad de perseguida y masacrada, la Armada de México no cuenta con los suficientes elementos, ni capacidad para enfrentar a los criminales y el ejército se mantiene en la discreción.


Nunca se había vivido un estado de zozobra como el que en estos días atraviesa la ciudadanía que si bien sabe a qué hora sale por las mañanas, ignora si regresará o no a casa.


Los videos expuestos en las redes son brutales.


Da miedo observar el despliegue armado del agresor; de su fuerza; de su capacidad combativa; de su armamento; de su capacidad de movilización; de la precisión para exterminar el foco enemigo.


¿Qué está pasando? ¿Dónde está el gobierno?


Si la estrategia es salir a comer tacos de buche, lengua y chorizo para crear una percepción de paz, lo único que se está logrando es mostrar incapacidad e ineptitud para combatir a los criminales.


En Veracruz es una pena constatar que a la vuelta de cien días simplemente no hay gobierno. No hay mando, no hay riendas, no hay más que ocurrencias de un atarantado que no sabe en la que se metió al buscar gobernar a una entidad de ocho millones de ciudadanos.


Veracruz está de luto ante el vacío de poder. Urge la intervención federal, Veracruz está en llamas.


Tiempo al tiempo.


*Premio Nacional de Periodismo

 
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