El secretario de Finanzas y Planeación, José Luis Lima Franco confirmó este lunes que trabaja ya en una nueva renegociación de la deuda pública del gobierno estatal.
Una renegociación más.
Los gobiernos de Fidel Herrera, Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes Linares recurrieron a diversos mecanismos para reducir, no el monto de la deuda, sino su servicio. Esto es, que no les importó aumentar la suma total de pasivos, con tal de conseguir que durante sus años al frente de la administración estatal, las obligaciones fueran menores.
Eran falsas, pues, aquellas afirmaciones de Yunes Linares de que gracias a su renegociación, Veracruz se estaba “ahorrando” dos mil millones de pesos. Era dinero que él estaba dejando de pagar, pero que no significaba una reducción en los pasivos de la entidad.
La deuda actual del gobierno de Veracruz es superior a los 47 mil millones de pesos, y lo que el gobierno de Cuitláhuac García Jiménez pretende es bajar las tasas de interés.
En noviembre del 2004, días antes de que dejara su encargo, Miguel Alemán gestionó créditos bancarios por un monto de 3 mil 500 millones de pesos, para saldar compromisos que había adquirido en el último año. A cambio de ello, argumentó, dejaba en proceso una negociación con el gobierno federal que le debía a Veracruz –según el propio Miguel Alemán- más de seis mil millones de pesos de programas del sector educativo que había cubierto la administración estatal pero debía resarcir la Federación.
A su llegada, Fidel Herrera no sólo hizo referencia a los 3 mil 500 millones de pesos de deuda que había recibido de herencia, sino que le agregó otro tanto más, de pasivos que se había encontrado con proveedores y contratistas.
El gobierno federal le ofreció al de Veracruz apenas 800 millones de pesos y no los seis mil millones que presumía Alemán. Fidel Herrera decidió aceptarlos, pues la otra opción era irse a un litigio que temía que iba a perder.
Para capitalizarse, Fidel Herrera recurrió a un mecanismo que ya había utilizado Miguel Alemán (usando como prenda los ingresos de la caseta de peaje de La Antigua): La bursatilización.
La prenda utilizada por Fidel Herrera fue la parte proporcional que le correspondía al Estado por el impuesto a la tenencia vehicular (el 80 por ciento), y convenció a poco más de 200 ayuntamientos de la entidad para que bursatilizaran lo que les correspondía de ese mismo gravamen.
A su llegada al gobierno estatal, en el 2010, Javier Duarte se encontró con más de 30 mil millones de pesos de deuda, además de otros 10 mil millones de pesos en “pasivo circulante”, esto es, en la deuda a proveedores y contratistas.
En el 2016, la deuda bancaria y de la bursatilización ascendía a 48 mil millones de pesos, pero a ello se sumaba lo que se había retenido a los municipios de sus participaciones federales, lo que se le dejó de dar a la Universidad Veracruzana, lo que ya no se le pagó al IPE, ni al IMSS, ni al ISSSTE, ni al SAT, y la cada vez mayor deuda con proveedores y contratistas.
Yunes Linares poco hizo para solucionar ese problema. Concentró sus esfuerzos en conseguir liquidez y para ello renegoció la deuda bancaria, con plazos más largos y pagos menores.
A mediados del 2018, una vez que se confirmó la derrota de su vástago, Yunes Linares les “sugirió” a los alcaldes que demandaran al gobierno estatal para exigir les fueran pagadas las participaciones retenidas, sabedor de que esos litigios habrían de concluir cuando él ya hubiera entregado el cargo a Cuitláhuac García.
Paso a paso, la actual administración estatal ha hecho frente a los compromisos que se encontró. Esta nueva renegociación se diseña de la mano de la Secretaría de Hacienda y de Banobras, por lo que hay fuertes posibilidades de conseguir mejores términos. Se contratarán algunos créditos, pero estos serán pagaderos en este mismo gobierno, de manera que para el 2024 el pasivo sea menor.
Son demasiados años saqueando las arcas estatales, por lo que seis años no son suficientes para dejar todo en orden.
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Epílogo.
Llama la atención el dato aportado por el aún fiscal de Veracruz, Jorge Winckler. Dice que el activista Abiram Hernández no murió por el disparo de un arma de fuego, sino que fue a causa de un golpe que recibió con un objeto contundente. Y resulta curioso, pues las primeras noticias de su muerte mencionaban que habían sido los vecinos de la víctima los que habían llamado a la policía, porque “habían escuchado disparos” y las crónicas mencionaban que su cuerpo mostraba huellas de un disparo en el rostro. Pronto conoceremos más detalles de este reprobable crimen. *** La mañana de este lunes acudieron al Congreso del Estado el secretario de Finanzas y Planeación, José Luis Lima Franco y la titular del Programa de Gobierno, Waltraud Martínez Olvera, para entregar formalmente el Plan Veracruzano de Desarrollo 2018-2024. El documento fue recibido por los integrantes de la Mesa Directiva de la LXV Legislatura, Jose Manuel Pozos Castro, Alexis Sánchez García y Jorge Moreno Salinas.
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