La corrupción se ha incrustado lamentablemente en las dependencias
Me siento con la suficiente capacidad probada, moral y profesionalmente, para poder envestir una responsabilidad de tan gran envergadura, que es un gran reto para quienes llegaran a incursionar en ese puesto tan importante, afirmó el contador Arturo Rivera Hernández, al presentar su aspiración de ser el auditor general del estado en el ORFIS, durante un desayuno con los miembros de Otero Ciudadano.
En materia de fiscalización yo he sido riguroso con los dictámenes de mis auditorías, he tenido inclusive serios desencuentros con personas a las que les he dicho, señores yo viene a hacer una auditoría, se me contrató para hacer un trabajo y se me contrató para dar ciertos resultados, no para tranzar la ley, no se me contrató para hacer convenios o presentar informes a modo.
Soy muy exigente con mis valores, y son muy exigente con mi profesión y así me ha defendido siempre en mis acciones de vida y así lo seguiré haciendo.
Por eso a mi me molesta esta falta de desarrollo esta falta de crecimiento, que incide por supuesto de situaciones y actos de corrupción muy severos, y que aunado a que tenemos hoy en día organismos, se supone, muy profesionalizados.
Si se ha avanzado, pero creo que no se han cumplido a cabalidad con los objetivos a cabalidad, de certeza, de oportunidad, de presentación de las cuentas públicas de los diferentes órdenes de gobierno, federal, estatal y municipal y los diferentes poderes que la estructuran.
Nos hemos atorado tristemente en materias de corrupción, hemos dado mucho tiempo, se han destinado muchos recursos a ese tema de falta de transparencia y corrupción.
Mientras las economías de primer mundo, están buscando nuevos mercados, están invadiendo los mercado internacionales de bienes, servicios y productos, hoy en día con el gran avance tecnológico que tenemos, nosotros nos estamos rezagando las vestiduras aquí por si se lo robó, cuanto se robó, cuándo se lo robó, si presentaron la cuenta pública, cómo la presentaron y destinando carretadas de dinero que demandan del presupuesto de egresos y que cada funcionario que llega los dilapidan como quieren.
La corrupción se ha incrustado lamentablemente en las estructuras gubernamentales de manera muy caótica, tenemos que trabajar para lograr el buen espíritu y exijamos desde nuestras trincheras.
Acabo de presentar un oficio al Congreso del Estado para tratar de frenar esta campaña tan ofensiva que trae el nuevo titular del organismo, no puede ser, con nuestros recursos, en horarios de trabajo, a unos días de presentar un informe de resultados de la Cuenta Pública 2018, por favor, con mucho respeto, pero de manera muy enérgica y muy categórica, de que se deben de suspender ese tipo de acciones porque entonces en que papel quedamos los diferentes actores que queramos participar de manera muy genuina y profesional, pues en una desventaja, muy desfavorables.
Tenemos que trascender esta cultura de deshonestidad, no podemos seguir en esta situación tan crítica de falta de probidad, de falta de ética y de falta de profesionalismo, porque sino seguimos atorados en lo mismo.
Mi anhelo de participar y llegar a ocupar la titularidad del ORFIS es lograr una transformación, en la instrumentación de las auditorías financieras y técnicas.
Porque el espíritu y la esencia desde que nacen las instancias fiscalizadoras, nacen con ese espíritu, de transparentar, de fiscalizar, de presentar en tiempo y forma, las cuentas públicas de los gobiernos.
En un estado democrático, como lo es el nuestro, no podemos aspirar a un estado democrático, si no tenemos verdaderamente renidición de cuentas y credibilidad ante la sociedad. Aquí la urgencia de las instancias fiscalizadoras, de tomar verdaderamente ese papel para lo que fueron constituidas.
Si no se cumple con ese objetivo en materia de transparencia, pues como consecuencia de eso, no es nada más la situación o el hecho de que el funcionario de tal o cual dependencia haya desviado los recursos, no se hayan cumplido los objetivos, la incidencia es mayúscula, es mucho mayor, la falta del desarrollo social, la falta de crecimiento, la falta de inversión pública y privada.
Lamentablemente vemos el desarrollo en otros estados y desgraciadamente se nos dice en forma peyorativa, es que Veracruz está para llorar, que les pasó a los veracruzanos, con un territorio tan rico, no ha sido por falta de voluntad, ética y moral en el ejercicio verdadero de los puestos en los diferentes actores y niveles de gobierno.
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