El PAN interpuso una demanda de juicio político contra la entonces funcionaria, pero también contra el entonces gobernador Javier Duarte por el presunto desvío de recursos. Aparte presentó una denuncia penal ante la entonces Procuraduría General de la República.
Madero apoyó su denuncia en 13 horas de grabaciones, de las cuales 2:30 horas eran de videos y el resto solo de audios. Lo que se escuchaba eran pláticas de miembros del llamado “Grupo Boca (de Boca del Río)” organizándose para utilizar los programas Oportunidades y 65 y Más a fin de coaccionar el voto a favor de los candidatos tricolores a alcaldes y diputados locales en la elección que tendría lugar en julio de ese año.
Las grabaciones las había obtenido Miguel Ángel Yunes Linares entre el domingo 3 de febrero y el domingo 7 de abril. En la de esta última fecha se escuchaba al entonces alcalde boqueño, Salvador Manzur Díaz, decirles a operadores priistas que los programas sociales eran “realmente oro molido”, que tenían en sus manos, que la única instrucción que daba era: “que lo hagamos con el sentido político”.
El escándalo de entonces tuvo consecuencias pero no las que pretendían: Duarte renunció a Manzur, que para entonces ya era secretario de Finanzas, y Rosario destituyó al delegado Ranulfo Márquez Hernández, así como a otros funcionarios menores, pero de ahí no pasó. Ambos quedaron a salvo entonces.
Anoche tanto Duarte como Rosario durmieron en prisión. Aquel “oro molido” les ha dado para que estén ahora en jaulas de oro, porque no son tratados como presos comunes, sino que incluso adentro de las rejas tienen privilegios, como hemos visto al exgobernador que envía cartas y hace declaraciones cada que quiere, algo que a nadie más se ha permitido; pero jaulas de oro, al fin.
Un buen cierre de episodio sería que Yunes saliera a hacer un encendido reconocimiento a AMLO por haber aplicado la justicia y no haber permitido la impunidad. A ver si nos sorprende con un mensaje en las redes sociales.
El PRI
Lectores me han escrito para preguntarme por qué solo menciono al PAN, a Movimiento a Ciudadano y a Podemos (en construcción) como opciones para la elección intermedia de 2021. ¿Y el PRI?, me interrogan.
Veo muy difícil el panorama para el tricolor.
No me cabe duda que el actual presidente del Comité Directivo Estatal, Marlon Ramírez Marín, ha estado haciendo lo adecuado: trabajando en las bases, recorriendo el Estado, reuniéndose con organizaciones y sus dirigentes, con agrupaciones afiliadas al otrora partidazo, pero las circunstancias le siguen pesando.
Marlon es un buen político y sabe hacer política, pero le dejaron un partido casi en ruinas, con la circunstancia además de que se quedó sin fuentes de financiamiento al haber perdido la presidencia, la gubernatura y casi todas las administraciones municipales.
Es admirable cómo ha tratado de hacer lo que puede para enfrentar con éxito la adversidad, como andar pintando él mismo los edificios de su partido, pero todo lo que hace es insuficiente como para pensar que será de nuevo un protagonista en las elecciones intermedias.
Para su pesar, los escándalos por actos de corrupción que involucran a funcionarios de su partido están a la luz del día. Por un lado Javier Duarte no cierra la boca y hasta amenaza con destapar lo que sería una gran cloaca, por el otro Morena ha empezado a actuar contra funcionarios del gobierno de Enrique Peña Nieto.
La corrupción sigue siendo la pesada losa que no permite, ni creo que permitirá, que el PRI vuelva por sus fueros.
Hombre que anda a ras de tierra, que visita sitios públicos y escucha a la gente, puedo afirmar que el rechazo al tricolor, fuera de sus militantes leales que todavía le quedan, es generalizado.
Incluso, en reuniones con personajes priistas que todavía no han renunciado a sus filas, he podido comprobar que ya no están convencidos de buscar una postulación bajo sus siglas y colores porque están convencidos del rechazo ciudadano.
También tengo información de primera mano de cómo algunos que todavía no se van de ese partido, en realidad están operando para otros o trabajan con activistas de otra militancia. Sin duda, preparan el terreno para saltar del barco y buscar la opción que más les reditúe.
Según creo, lo más valioso que tiene todavía el tricolor son sus mujeres. Permanecen fieles la mayoría, continúan trabajando y confían en que van a recuperar terreno ante el electorado. Muchas están decididas a buscar una candidatura y a contender abiertamente con las siglas tricolores.
Algo que me ha extrañado es que Marlon Ramírez, quien fue subsecretario de Gobierno y operó con gran éxito pese a lo que dice Javier Duarte, se ha mantenido distante del cabildeo con la prensa, a la que ahora, más que nunca, la necesita. Solo él sabe su cuento.
¿El Verde? ¿El PVEM? Sigue siendo una franquicia de Fidel Herrera y terminará de satélite de alguno de los partidos fuertes que más le reditúen beneficios al Tío. Casi se da por hecho que terminará aliado a Morena, supeditado.
Se autodestapa Chiquiyunes y apoya a Mancha
La respuesta a la corriente que apoya a Joaquín Guzmán Avilés para que sea el nuevo dirigente estatal del PAN ha tenido respuesta ya.
Ayer el excandidato a la gubernatura Miguel Ángel Yunes Márquez dejó entrever que buscará de nuevo la candidatura a la vez que llamó a apoyar a Jesús Mancha Alarcón para que siga al frente de ese partido.
De acuerdo con una información que se publicó en el portal e-consulta.com Veracruz, el hijo del exgobernador del mismo nombre fue el orador principal en un acto que se convocó para apoyar a Mancha y ahí dijo que el partido de ellos “le va a romper la madre a Morena en las próximas elecciones” (en su pasada incursión tildó de “viejo guango” a López Obrador).
Queda clara y abierta, pues, la confrontación entre las dos corrientes panistas y la inminente división. La yunista acusa a la guzmanista de haber pactado con el gobierno de Cuitláhuac García. La elección interna tendrá lugar el próximo 8 de septiembre. |