Obviamente el joven Miguel Ángel, junto al bonachón de Paco López, era una chucha cuerera, por eso quien manejó todo lo relacionado con Patrimonio del Estado en ese gobierno fue precisamente Yunes Linares. Desde ahí fundó algo que llamó Profesionales Unidos de México A.C (PUMAC), contando con la adhesión de funcionarios del gobierno hernandezochoísta que le hicieron el juego; luego, Gonzalo Morgado Huesca lo pasó a la dirigencia estatal de la CNOP y, más tarde, fue diputado local. Hasta ahí todo iba bien para una joven promesa de la política en Veracruz, un exalumno destacado de la UV, un recomendado de don Pepe Yunes.
Pero vino el cambio de gobierno. Agustín Acosta Lagunes decidió meter en cintura a quienes consideraba corruptos de la administración anterior, comenzando por el maestro José Luis Lobato Campos, exdirector del IPE, a quien sacó de la comodidad de su casa, en pijama, para encerrarlo en una crujía porque, según don Agustín, se había ido liso con la lana del IPE y era una afrenta para los veracruzanos permitir la corrupción. Y como Yunes Linares era compadre de Lobato Campos y diputado local, a la primera oportunidad que tuvo subió a tribuna, protestó contra los abusos del nuevo gobierno y pidió la destitución de Acosta Lagunes, la cual puso a votación de sus compañeros de cámara. Obviamente, perdió y salió huyendo del estado refugiándose en el Distrito Federal. Allá encontró cobijo con antiguos amigos de la facultad, entre ellos Fidel Herrera Beltrán, y logró ser candidato a diputado federal; su problema es que compitió contra Porfirio Múñoz Ledo quien le ganó de calle la elección, una de sus primeras derrotas en las urnas. Hoy se le recuerda a Muñoz Ledo ese pasaje y le causa mucha risa que le hubieran puesto como contrincante a un chamaquito, finito, de ojos verdes a competir en algo que ni idea tenía…
Pocos políticos locales recuerdan o saben de esa amarga derrota de El Turco, como le decían sus cuates de aquella época.
La segunda más estruendosa, con Chirinos
Miguel Ángel Yunes Linares fue también candidato del PRI a diputado federal por el distrito de Huatusco; esa elección la ganó en buena lid, con trabajo y la coordinación de un operador político profesional como Nemesio Domínguez Domínguez, quien lo llevó al triunfo por su partido, el PRI, en tiempos de Roberto Madrazo Pintado.
La parte más difícil en la vida política de Yunes Linares, aparte de la derrota de su hijo, debió ser cuando tras ser poderoso Secretario de Gobierno con Patricio Chirinos, más bien vicegobernador, se fue el PRI a construir su candidatura al gobierno con el manejo de un proceso municipal como boleto para pasar a la siguiente ronda, y el abogado y periodista Juan José Llanes Gil del Ángel narra así este trágico momento:
“Es incuestionable que el sector más joven (en edad) del padrón electoral es el que decidió quitarle el poder a los Yunes. Quizás esos jóvenes no lo sepan, pero la generación que le antecedió hizo (hicimos) lo mismo, hace casi 21 años, en 1997, cuando el ahora gobernador era priista, en un contexto de paralelismos ineludibles.
“Hace 21 años, Yunes dejaba de ser el gobernador de facto (que lo fue durante 5 años ante la ausencia política, anímica y moral de Chirinos), para desbocar su ambición de ser gobernador. Se hacía de la dirigencia estatal del PRI para construir -a partir de la contienda por las presidencias municipales y diputaciones locales- lo que pretendía fuese su candidatura a la titularidad del Poder Ejecutivo. Y operaba la elección, en aquel tiempo como ahora, desde el poder del Estado, con los recursos humanos y materiales del gobierno, y con el erario a su disposición. Nunca fue un error afirmar que al Yunes Linares de 2016 se le había parado el reloj en 1992.
“La decisión de los ciudadanos aquel domingo 9 de noviembre de 1997, fue aplastante e infirió al PRI la que fue, hasta ese momento, la peor derrota de su historia. Yunes se delineó como un Anti-Midas, porque si aquel mitológico soberano fue maldecido para que todo lo que tocara se volviese oro, el ex secretario de gobierno fue maldecido para que todo lo que tocara se volviera mierda.
“Y hay tantos paralelismos que se desprenden de ahí: el PRI, en manos de Yunes, perdió la alcaldía de Xalapa por primera vez, con Rafael Hernández Villalpando; ahora, el ex rector de la UV le vuelve a ganar, pero esta vez la diputación federal; a Hernández Villalpando lo impulsa, desde la cárcel, Dante Delgado para que fuera candidato del PRD y de su incipiente Convergencia por la Democracia (aún sin registro); ahora, ambos partidos y el propio Dante, compartieron la debacle de ayer, primero de julio, y quedarán con la mácula de la indignidad.
“En el ’97 perdió el PRI por primera vez el puerto de Veracruz, a manos del PAN; y es, aquella zona del Estado, de los pocos bastiones que le quedaron a los blanquiazules que pagarán el costo de entregarle la prosapia de su partido a quien, ostensiblemente, los despreciaba. Así pues, en resumen, de los 210 municipios que había hace 21 años, más de la mitad (107) los perdió el PRI: 59 fueron para el PRD; 39 se le quedaron al PAN; 6 los tuvo el PT; 2, el PVEM, y 1 el ya extinto PPS.”
La más cruel, la del hijo
Y Miguel Ángel Yunes Linares, quien se convirtió en un obsesionado por ser gobernador de Veracruz, luego de que su enemigo número uno Fidel Herrera Beltrán lo consiguió primero que él, sintió que la oportunidad estaba cuando el PRI lanzó como su candidato a un joven inexperto y nuevo en la política, a Javier Duarte de Ochoa quien resultó lo más eficiente que hemos visto para eso de la corrupción y el saqueo, y triste su calavera, esa elección se la ganó prácticamente Fidel Herrera Beltrán imponiendo al candidato de su esposa Rosa Borunda, al inefable Javier Duarte de Ochoa.
Pero Yunes Linares no se dio por vencido, nunca lo ha hecho, al siguiente proceso, sabiendo que podía ganar con el repudio que los ciudadanos tenían en contra del PRI por tanta violencia, abusos, corrupción y pésimo gobierno, se lanzó sobre seguro ganando la gubernatura de dos años e implementando un proyecto a largo plazo que incluía apoderarse del estado por el tiempo que fuera posible, imponiendo a sus hijos como gobernadores, primero a Miguelito (así le dicen de cariño sus cercanos) y luego a Fernandito.
Nuevamente triste la calavera de Yunes Linares porque la elección más importante de su vida, la de su hijo, la perdió ante un movimiento ciudadano encabezado a nivel nacional por Andrés Manuel López Obrador denominado Movimiento Regeneración Nacional, el que hizo ganar a Cuitláhuac García Jiménez la gubernatura del estado y a Miguel ángel Yunes Linares llorar ante tan devastadora tragedia.
Esto aún no termina
Revolcándose como perro de pelea, Miguel Ángel Yunes Linares tardó en asimilar la derrota, no era posible que teniendo todo, habiendo usado los recursos del estado y al propio estado para ungir a su hijo, no pudiera ganar. Cuando decidió aceptar la derrota dejó una amenaza: esto aún no termina. Obviamente dejó sembrado al Fiscal, puso su mira en el CDE del PRI, y comenzó a planear el retorno.
Pero como el que siembra cosecha, los recuerdos de aquel 1997 se reproducen y toman vida propia. Todo lo que hicieron los Yunes por soberbia, en una actitud de arrogancia, creyendo que eran los dueños de la vida de los veracruzanos, se les revirtió, hoy no pudieron ganar ni el partido (PAN). Un líder auténtico como lo es Joaquín Rosendo Guzmán Avilés le ganó la partida con el apoyo de los panistas… panistas, ellos recuperaron el partido que Yunes les arrebató para ser gobernador, alcaldes y senadores a sus hijos y con eso terminar con los principios de ese instituto político.
Una historia de derrotas apoyada con tragedias humanas, corrupción, abusos y odio.
REFLEXIÓN
Sergio Hernández Hernández, María Josefina Gamboa Torales y otros personajes que tomaron notoriedad durante el yunismo, están fuera. Para ellos, sin experiencia en la política, con muchas ansias de poder y siendo rehenes de adicciones, se tienen que replegar y asumir una nueva conducta. Escríbanos a mrossete@yahoo.com.mx formatosiete@gmail.com www.formato7.com/columnistas |